Lunes 27 de Marzo de 2017
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El Observatorio Español del Mercado del Vino, OEMV, ha hecho público su informe relativo a la memoria anual de la información económica del sector del vino en 2016.
Entre las principales conclusiones destaca la buena marcha de la industria en el año 2016, que ha traído buenas noticias al vino español. La combinación de mercados internacionales con menos volumen pero más valor, recuperación del consumo en la España post-crisis, particularmente en hostelería, y producciones equilibradas tanto en España como a nivel mundial, han permitido cerrar el año con cuentas más saneadas y encarar 2017 con mayor optimismo del que era frecuente en los últimos años.
El año se ha caracterizado por una recuperación del consumo interior en España, como conjunto del canal de alimentación, hostelería y un tercer canal que incluye la venta directa, el enoturismo, la venta on line y el autoconsumo y por un menor volumen exportado por descenso, sobre todo, del vino a granel sin ninguna indicación, con una facturación estable y precios medios al alza.
Esta estabilidad y recuperación del valor de las ventas tiene mucho que ver con el mejor equilibrio entre oferta y demanda.
España, el país de los 42 millones de Hl.
La campaña se inició con unas existencias que eran 3 millones de hectolitros menores que en la misma fecha del año anterior. Y, frente a las previsiones iniciales de la gran cosecha que podía llegar, finalmente la cosecha fue mucho menos abundante de lo esperado. Con grandes oscilaciones entre distintos años, la producción española de vino y mosto se ha mantenido en torno a los 42 millones de hectolitros en los últimos 10 años, misma cantidad que establece el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) para la campaña 2015/2016.
Una estabilidad, que parece ser mayor en los años más recientes, sin tener en cuenta el pico del año 2013 en el que se produjeron 53 millones de hectolitros.
Así, el año 2016 se caracteriza por un equilibrio entre la oferta y la demanda, en el que se exporta un menor volumen, con ligero descenso también para la facturación, aunque con precios medios al alza.
Por otro lado, las fuertes alzas en precios pagados durante la extraña vendimia de este año auguran una subida también en los envasados y también en las ventas en mercado interior que se espera no trunque la mejor marcha reciente del consumo.
La campaña 2015/2016 finalizó con un stock de 29 millones de hectolitros
Si tenemos en cuenta los datos del balance vitivinícola, que permite observar, para cada campaña, el total de vino disponible (stock a inicio de campaña, producción de vino nuevo e importaciones) y el destino de dicho vino disponible (consumo interno, exportaciones, destilaciones, otros usos industriales y stock a final de campaña), la campaña 2015/2016 se inició con un stock de 32,1 millones de hectolitros, a los que hay que añadir una producción de vino nuevo de 37,7 millones de hectolitros, 5,6 millones de hectolitros de mosto, además de unas importaciones de 0,5 millones de hectolitros. Por tanto, las disponibilidades de vino y mosto en la campaña 2015/2016 ascendieron a 70,35 millones de hectolitros.
En cuanto a los empleos, 23,1 millones de hectolitros correspondieron a exportaciones, mientras que la demanda interior se repartió de la siguiente forma: 9,8 millones de hectolitros para consumo y 3,9 millones para usos industriales y mermas. Por último, se destilaron 4,5 millones de hectolitros, de los cuales 1,6 millones fueron destilaciones de subproductos y 2,9 millones, destilaciones para uso de boca.
Por tanto, según el balance del Ministerio de Alimentación, MAPAMA, la campaña 2015/2016 finalizó con un stock de 29 millones de hectolitros de vino, que equivalen a un 9,6% menos que el vino disponible a principios de esa campaña, por lo que las salidas fueron mayores que las entradas, con el consiguiente efecto en precios para la campaña siguiente.
Con respecto a la campaña anterior, en la campaña 2015/2016 destaca, en el lado del vino disponible, una menor producción de vino (-4,5%), por caída del vino sin DOP (-7,6%), ya que la producción de vino con DOP aumentó (+2,4%, hasta los 12,3 millones de hectolitros). La producción de mosto aumentó un 1,1%, hasta los 5,6 millones de hectolitros.
En cuanto a las importaciones, fueron de 0,54 millones de hectolitros, un 19,4% superiores a las de la campaña anterior, aunque siguen siendo reducidas.
En el lado de los empleos del vino disponible, durante la campaña 2015/2016, el consumo interno se mantuvo estable en los 9,8 millones de hectolitros, mientras que aumentó de forma significativa la fabricación de vinagres (+95,3%), hasta los 1,65 millones de hectolitros.
En cuanto a las destilaciones, se redujeron en un -2,9% hasta los 4,5 millones de hectolitros, de los cuales, 1,6 millones corresponden a destilación de subproductos (-1,5%) y 2,9 millones a destilación para uso de boca (-3,7%).
Por último, se redujeron las exportaciones en la campaña 2015/2016 (-5,7%, hasta los 23,13 millones de hectolitros), según el balance provisional del MAPAMA.
Como resultado de todas estas variaciones, la campaña 2015/2016 finalizó con un stock de 29,03 millones de hectolitros, que ya hemos visto fue un -9,6% inferior al de la campaña anterior.
Recuperación del consumo de vino en España
Profundizando en el lado de la demanda, existen buenas perspectivas para la recuperación del consumo nacional. La recuperación de la hostelería española desde mediados de 2014, consolidada en 2015 y muy mejorada en 2016 (para el que Nielsen augura una subida superior al 10%), la pequeña disminución hasta noviembre de 2016 en el canal alimentación, sobre todo por caída de bebidas con vino pero con buena marcha para los vinos con denominación de origen y para los espumosos y cavas, y un crecimiento estimado en el tercer canal de ventas directas, enoturismo, ventas online y autoconsumos, así como la buena marcha de determinados productos como los blancos de calidad, los vinos de baja graduación o los tintos de verano, son indicios de mejora del consumo nacional de vino.
Según los datos del balance vitivinícola del MAPAMA, el consumo nacional se estabiliza en los últimos años, ligeramente por debajo de los 10 millones de hectolitros aunque, con las mejores estimaciones de las que ahora disponemos para el 2016, es posible que supere esos 10 millones de hectolitros, con remontada muy esperanzadora.
Después de la caída continuada que se viene registrando desde los años 80, que el consumo se estabilice es ya una buena noticia. Y según los datos más recientes del panel de consumo alimentario del MAPAMA, disponibles hasta noviembre de 2016, crece el consumo en alimentación en el interanual en términos de valor (+1,2%) aunque cae ligeramente en términos de volumen (-2,2%). Los datos para los once primeros meses del año reflejan datos positivos sobre todo para los espumosos y para los vinos con DOP.
Los datos de Nielsen, en su informe Market Trends para el mercado del libreservicio, corroboran estos datos, atribuyendo un crecimiento en valor en el año 2016 del +4,8% para los vinos tranquilos y del +4,1% para los vinos espumosos, que crecen, junto con las aguas, por encima del resto de bebidas el pasado año.
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