¿Cómo se elaboran las barricas de vino?

Martes 02 de Febrero de 2021

Los orígenes de las barricas se remontan a casi mil años antes de Cristo, donde encontramos las primeras referencias sobre vasijas de madera. En esos tiempos servían para transportar el vino de forma fácil y rápida. Hoy, su principal función consiste en controlar la microoxigenación del vino, ya que este se filtra a través de los poros de la madera, actuando como un agente suavizante de los taninos.

Por norma general, las barricas se fabrican con madera de roble francés o americano. Se escogen estas maderas en particular porque aportan sabores y aromas que enriquecen los vinos y evitan alteraciones en su color.

El proceso de elaboración destaca por su gran antigüedad, tradición y el alto nivel de especialización que requiere su realización por parte de los artesanos. Para conocer a fondo el sistema de elaboración de las barricas tenemos que dividir el proceso en sus diferentes partes: secado, armado, tostado y comprobación. Posteriormente, también se les aplica un tratamiento en bodega antes de su uso.

Proceso de elaboración de las barricas

Secado
La primera fase del proceso de elaboración consiste en el secado de las duelas, que son las láminas (o tiras) de madera. Para el proceso de secado se combinan un secado natural con uno artificial en unas condiciones de temperatura y humedad concretas, de modo que la madera no se seque en exceso y así evitar que se resquebraje.

Armado
Después de su secado, las duelas se cortan a una determinada medida, todas por igual, siendo más estrechas en los extremos y amplias en el centro, con una ligera inclinación en los laterales. A continuación, se arma la barrica y para ello las láminas de madera se colocan verticalmente sobre el interior de un aro metálico denominado molde.

Tostado
La estructura de la barrica se humedece por dentro y por fuera para moldearla y, posteriormente, se coloca sobre un fuego de leña, de ahí la denominación de tostado. El fuego genera la formación de sustancias que confieren al vino unos particulares olores y sabores que complementan a los de la madera seca. Una vez finalizado este proceso de tostado, se procede a la realización de los detalles, es decir, los fondos, el hueco para el tapón y el lijado de la barrica.

Comprobación
Para comprobar tanto la calidad como el sellado de la barrica, esta se llena de agua para verificar que no existan fugas. Después de su visto bueno, el tonelero deja su rúbrica sobre la madera mediante láser o fuego. Generalmente, también se indica en la firma el tipo de tostado, el origen de la madera y su código de trazabilidad.

Después de todos estos pasos comienza la vida útil de la barrica, que puede prolongarse durante años y que es una fáctor clave en el proceso de elaboración de muchos vinos.

Un artículo de Francisco Fernández

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