Château Lafleur abandona la denominación de origen Pomerol y reaviva el debate sobre el futuro del vino francés

Martes 07 de Octubre de 2025

La bodega busca mayor flexibilidad ante el cambio climático y cuestiona la rigidez de las normas tradicionales en Burdeos

La decisión de Château Lafleur de abandonar la denominación de origen Pomerol y la designación más amplia de Burdeos a partir de la cosecha de 2025 ha generado un debate intenso en el sector vitivinícola francés. El anuncio, realizado por la familia Guinaudeau y confirmado en una conversación con el periodista Jean-Marc Quarin, supone que los vinos de Lafleur dejarán de llevar las etiquetas ‘Pomerol’, ‘Bordeaux’ e incluso ‘Château’ en sus botellas.

La familia Guinaudeau ha explicado que busca recuperar flexibilidad en aspectos como el riego, la densidad de plantación, la cobertura vegetal, la altura del follaje y el sombreado. Estas prácticas, según indican, son necesarias para adaptarse a las condiciones climáticas actuales y futuras. Las normas de la denominación limitan estas posibilidades, lo que ha llevado a Lafleur a tomar esta medida.

El corresponsal en Burdeos Colin Hay señala que esta decisión pone sobre la mesa la discusión sobre la viabilidad del sistema de denominaciones en un momento marcado por el cambio climático. Muchos productores de Burdeos ya se ven afectados por lo que consideran una falta de flexibilidad en las reglas del sistema, que no permite adaptaciones rápidas ante los cambios ambientales. Sin embargo, hasta ahora pocos han optado por salir del sistema debido a los riesgos comerciales y de reputación que implica.

El sistema de denominaciones en Francia se basa en reglas estrictas sobre variedades permitidas, métodos de cultivo y elaboración. Estas normas buscan garantizar la calidad y tipicidad de los vinos, pero también pueden limitar la capacidad de los productores para responder a nuevas realidades climáticas. La salida de Lafleur plantea si es posible mantener estos estándares sin perder capacidad de adaptación.

Algunos expertos consideran que el caso Lafleur puede impulsar una revisión profunda del sistema. Señalan que no existe un motivo por el cual las denominaciones no puedan reformarse para ser más flexibles y responder mejor a las necesidades actuales y futuras del sector. Sin embargo, advierten que los cambios necesarios serían amplios y complejos.

La decisión también tiene implicaciones comerciales. Renunciar a las etiquetas reconocidas puede afectar la percepción del consumidor y el posicionamiento en el mercado internacional. No obstante, Lafleur cuenta con un prestigio consolidado que podría mitigar estos efectos.

El debate abierto por Lafleur llega en un momento en el que otras regiones vitivinícolas también revisan sus normativas para adaptarse al cambio climático. En Burdeos, algunos productores han comenzado a experimentar con nuevas variedades autorizadas o técnicas alternativas dentro del marco legal actual, pero muchos consideran insuficientes estas medidas.

La evolución del caso Lafleur será observada con atención tanto por productores como por reguladores. Su experiencia podría servir como referencia para otros viñedos que buscan mayor margen de maniobra ante los cambios ambientales y económicos. Por ahora, la decisión ha puesto en primer plano la necesidad de revisar un sistema que ha sido pilar del vino francés durante décadas.

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