Martes 23 de Septiembre de 2025
El sector vitivinícola alemán atraviesa una situación difícil, según han informado el Instituto Alemán del Vino y la asociación Deutscher Weinbauverband. Ambas entidades han advertido que la mitad de las bodegas del país y cerca del 30 por ciento de la superficie de viñedo podrían desaparecer si el consumo y las ventas de vino mantienen la tendencia actual. Así lo recoge un comunicado difundido por la Deutscher Weinbauverband y citado esta semana por el portal francés Vitisphere.
La organización señala que, aunque las cifras varían entre el 30 por ciento de la superficie y el 50 por ciento de las empresas afectadas, la situación es grave y consideran que los responsables políticos federales no pueden seguir sin actuar. El comunicado subraya que la viticultura alemana atraviesa una crisis profunda.
El sector tiene dificultades para aumentar su cuota de mercado incluso dentro de Alemania. Actualmente, los vinos alemanes representan el 42 por ciento del consumo nacional, un porcentaje que ha ido disminuyendo en los últimos años. Esta caída en la demanda interna ha llevado a algunos productores a vender botellas a precios muy bajos. El viticultor Thomas Schaurer ha explicado que algunas botellas se venden a solo 0,99 euros, menos que una botella de agua mineral.
Además, algunos productores han mostrado su descontento con los organismos regionales encargados de representar sus intereses. Schaurer ha criticado lo que considera una actitud indiferente por parte de estas entidades.
La publicación de estos datos ha hecho que términos como "arranque de viñas" y "destilación de crisis", habituales en Francia y España en los últimos años, empiecen a utilizarse también en Alemania. Sin embargo, por ahora, la Deutscher Weinbauverband no solicita ayudas económicas al Gobierno federal. En su lugar, pide a los consumidores alemanes que apoyen los vinos nacionales.
La asociación explica que si cada persona en Alemania comprara una botella más de vino alemán al año en lugar de una importada, se podría garantizar la continuidad económica de muchas familias productoras. Además, esto permitiría mantener los estándares medioambientales y sociales vigentes en el país.