El año pasado, el norteamericano Robert Parker, uno de los mayores expertos en vino del mundo, calificó un vino de El Bierzo como el mejor vino de España por su relación calidad-precio. Descubre con nosotros los secretos de esta comarca vinícola y de la uva que hace grandes sus vinos: la Mencía.
La Mencía es, junto a la Tempranillo, la Garnacha y la Monastrell, una de las cuatro variedades mayoritarias de uva tinta autóctona española. Pese a ello, hasta hace relativamente poco ha sido una uva prácticamente olvidada, relegada e injustamente tratada. Una uva considerada en cierto modo inferior, incapaz de dar vinos de calidad, falta de acidez, falta de complejidad, de difícil crianza… Sin embargo, en los últimos años esta uva ha resurgido en forma de algunos de los vinos más valorados de nuestro país, a nivel tanto nacional como internacional. Como a menudo sucede en el complejo mundo del vino, el problema no estaba en la uva, sino en saber cómo tratarla…

La Mencía es la uva por antonomasia de la comarca de El Bierzo, una pequeña región del noroeste de León, en la zona limítrofe con Galicia y Asturias, en la que representa el 85% del total de los viñedos existentes. Debemos agradecer a los romanos que extraían oro en las minas de
Las Médulas (hoy Patrimonio de la Humanidad) el hecho de que introdujeran el cultivo de vid en esta zona, siendo después los monjes cistercienses, ya en la Edad Media, los que extenderían su cultivo por buena parte de la comarca. Pero han tenido que pasar más de 2000 años para que de verdad se empiece a extraer todo el potencial que los vinos de El Bierzo son capaces de dar.
Dicen los expertos que el revulsivo de la enología en la zona fue la llegada de Álvaro Palacios, ese descendiente de una familia de bodegueros riojanos que, después de poner al Priorato a la cabeza de las áreas vinícolas de gran calidad españolas, vislumbró en El Bierzo otra zona olvidada con un potencial similar. Su bodega en El Bierzo es hoy probablemente la más famosa y representativa de la comarca, “Descendientes de J. Palacios”, una bodega fundada en época tan reciente como 1999 y que sin embargo es ya ampliamente reconocida por elaborar vinos de la categoría del
Moncerbal, todo un vinazo tanto en calidad como en precio, o el popular
Pétalos del Bierzo, ese vino que en 2014 se agotó en todas las tiendas después de que el norteamericano
Robert Parker lo calificara como
el mejor vino de España por su relación calidad-precio.
Hasta hace poco más de una década, El Bierzo había sido poco más que una zona de elaboración de vinos de mesa, vinos sin personalidad y de calidad más que cuestionable. Pero cuando Álvaro Palacios llegó a la zona se dio cuenta de que existían grandes diferencias entre la zona del valle, la más accesible y la que concentraba la mayor parte de la producción desde las replantaciones que siguieron a la epidemia de filoxera a finales del s. XIX, y las laderas de las montañas circundantes, donde quedaban algunas pocas viñas viejas de épocas pasadas. El valle tiene suelos fértiles, y su orografía más llana facilita los cultivos; en cambio, las laderas son pedregosas y más inaccesibles. Pero la uva es caprichosa, y generalmente los mejores vinos proceden de los suelos más pobres. Palacios se dio cuenta de que el verdadero potencial vinícola de la zona estaba en las laderas y en las cepas centenarias que aún quedaban diseminadas aquí y allá por esas pendientes, en suelos pìzarrosos situados a mayor altura. Era allí donde se había iniciado el cultivo de la vid en la antigüedad, y era allí donde residía todo el potencial para elaborar vinos modernos y de calidad.
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Álvaro Palacios y su sobrino y socio Ricardo Pérez, en las viñas en ladera de El Bierzo |
Así, en apenas 10 ó 15 años se han ido instalando por la zona una serie de nuevos productores que han comenzado a sacar a la Mencía de su ancestral categoría de uva de vinos potentes, rústicos, recios y poco elegantes en general, para transformarla en la clave de unos vinos modernos repletos de fruta y frescor. Parece increíble que unos y otros surjan del mismo fruto. La clave está en los suelos, en las cepas viejas y en un cuidadoso proceso de elaboración. Creciendo en suelos pobres, en laderas situadas a altitudes que rondan los 800 metros, y procedentes de cepas viejas de baja productividad, los granos de Mencía dan lugar ahora a vinos que destilan ligereza y frescor, con toques minerales fiel reflejo de los suelos en los que han crecido, como encontramos en el relativamente joven (10 meses en barrica)
Pétalos del Bierzo. Sometidos a una crianza más prolongada, un proceso para el que tradicionalmente se consideraba a la Mencía como una variedad poco adaptada, se obtienen ejemplos de finura y elegancia como el fantástico
Corullón o los exclusivos
Moncerbal y
Las Lamas, vinos de producciones muy limitadas reservados para los paladares (y bolsillos) más selectos.
Tras la “revolución” iniciada por Palacios, otras bodegas de la zona han empezado también a extraer todo el potencial oculto de la Mencía autóctona. Son bastantes hoy en día los vinos de calidad que podemos encontrar en El Bierzo, y es de esperar que sean cada día más, con el resurgir de la zona que va lógicamente unido a la fama, pero merece la pena destacar también los vinos de Bodegas Pittacum, como el
Pittacum básico o el
Pittacum Aurea, otros dos magníficos ejemplos de lo que puede llegar a extraerse de una uva, en este caso la Mencía, cuando se la trata con cariño.
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Conseguir estos magníficos vinos requiere un gran esfuerzo |
Lamentablemente, El Bierzo no es sinónimo de vinos baratos; no puede serlo: como hemos explicado, una viticultura de baja producción a partir de vides cultivadas en laderas a veces tan poco accesibles que sólo se puede trabajar con mulas, tiene que ser, por fuerza, una viticultura de coste elevado. Pero el resultado merece la pena. Y si para Robert Parker siguen saliendo de aquí los vinos con mejor relación calidad-precio de España, esto es indicativo de que el potencial de subida de dichos precios es todavía muy grande. ¡Aprovechemos para probarlos antes de que se hagan inaccesibles!
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Prueba Pétalos del Bierzo, el mejor vino de España por relación calidad-precio según Robert Parker.
Una buena alternativa algo más económica es el Pittacum, vino joven con 6 meses de crianza, 100% Mencía.
O si quieres darte un lujo con un buen crianza, te animamos con algunos de los más asequibles de la zona: Pittacum Áurea o La Prohibición (este último, un vino del Bierzo pero que usa la Garnacha Tintorera en lugar de la Mencía como su uva base).