Subiendo al Muro

Francisco [Redacción]

Martes 23 de Junio de 2009

Muros representa un magnífico punto turístico



Su casco antiguo traza la identidad histórica de Muros y nos hace sentir los tambores del pasado, aquellos que retumban por las angostas callejuelas caladas de blasones, y en los soportales de las viviendas que rodean sus plazas y sus fuentes. Después de caminar por su paseo y por su puerto, hasta la pequeña playa del Castillo, la Casa Consistorial será un buen punto de encuentro de cara al ascenso por la laberíntica pendiente, paseando por sus vecindarios y contemplando las reliquias góticas que narran la historia de ayer, entre sangrientas refriegas e invasiones frustradas, siendo Muros acceso estratégico al poder y localización de importantes construcciones monásticas.

En la villa destacan otras construcciones de índole religioso como puede ser su iglesia parroquial. Dentro de la misma llama la atención sus arcos ojivales, emplazamientos sepulcrales, el estilo cruzado de su bóveda y demás matices propios del estilo gótico. Cabe destacar los paralelismos arquitectónicos en su interior con el del Santuario da Virxe do Camiño que años atrás sirviera de albergue a los numerosos peregrinos que desde Santiago enfilaban rumbo a Fisterra.

El convento de los Monjes Franciscanos, situado en el lugar turístico de San Francisco, se halla fornidamente amurallado y representa uno de los principales reclamos turísticos de la comarca. Hoy día las murallas, que en otro tiempo protegieron a monjes y clérigos, se han visto convertidas en el granítico cercado de un apacible camping con multitud de servicios. En sus exteriores se encuentran los suntuosos edificios monásticos: la iglesia, el claustro y demás edificios monásticos, patrimonio propio de la sagrada Orden Franciscana. A los pies de la montaña, en cuyas entrañas se halla el sendero que, en pocos minutos y embargados por el agradable aroma de sus pinos y eucaliptos, nos acercará nuevamente a la villa muradana. En el valle contiguo llama la atención una de sus pedregosas laderas por la originalidad de la pequeña estación allí formada; simbólicos crucifijos y pequeñas construcciones religiosas, fueron levantados en el siglo XIX en honor al Vía Crucis de Jesús.

Tanto en Muros como en la mayoría de sus parroquias resulta especialmente sugestiva la visita a otras estaciones, en esta ocasión retrocederemos hasta épocas prehistóricas para contemplar la abundancia de obras rupestres grabadas en piedra por los antepasados de la Edad de Bronce. Destacan los Castros como enclaves sociales donde los primeros habitantes del lugar asentaban sus aposentos; los petroglifos son grabados rupestres que servían como principal vehiculo de expresión espiritual; además de las exuberantes representaciones, profundamente místicas, con que los lugareños plasmaban sus creencias e inquietudes en una prehistoria que, a todas luces, continuará resultándonos ignota, en gran medida, pero cuya expresividad nos dejará igualmente fascinados. No sólo las encontraremos en las principales estaciones rupestres que alegran los yermos valles y aireados emplazamientos graníticos; existen también algunas cuevas en las que poder adentrarse para atravesar el tiempo y bosquejar en nuestra imaginación algo sobre este, tan atrayente como arcaico, costumbrismo.

Hoy día Muros representa un magnífico punto turístico. Se trata de una de las villas históricas más bonitas de Galicia y constituye una demarcación costera cuya visita resulta imprescindible; una tierra de celtas y romanos que nos transmitirá agradables sensaciones y que, a buen seguro, nos transportará a través del tiempo en un viaje memorable.

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