Miércoles 12 de Noviembre de 2025
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Papúa Colón celebra cinco años de éxitos en la Plaza de Colón, consolidado como un referente de la gastronomía y el ocio nocturno de la capital. Para los días de invierno, propone un plan redondo: cenas con amigos, celebraciones de empresa o una noche diferente en la jungla más animada de Madrid, combinando cocina castiza con guiños tropicales, una exclusiva coctelería y espectáculos en directo para disfrutar sin prisa.
Desde su apertura hace cinco años, Papúa Colón se ha convertido en uno de los restaurantes que más ha dado que hablar en Madrid, gracias a su propuesta gastronómica de primer nivel y a ser pionero en combinar cena y espectáculo en formato dinner show, marcando un antes y un después en la oferta nocturna de la ciudad. Bajo luces cálidas, vegetación exuberante y esculturas de animales, sus más de 600 metros cuadrados transportan a los comensales a una auténtica jungla urbana. Situado junto al Teatro Fernán Gómez, su innovadora decoración crea el marco perfecto para disfrutar de platos elaborados con materias primas de primera calidad y técnicas que combinan la tradición española con guiños internacionales.
Los viernes y sábados a partir de las 21h, Papúa Colón se convierte en el lugar ideal para quienes buscan combinar gastronomía y diversión. El DJ residente marca el ritmo de la noche mientras las luces cálidas y la vegetación de la jungla urbana crean un ambiente animado pero cómodo, perfecto para alargar la cena con amigos, celebrar un afterwork con compañeros de trabajo o disfrutar de una noche diferente durante una visita a Madrid.
A esta propuesta se suma un show que sorprende sin invadir la conversación: acrobacias aéreas con telas, música en directo con saxofón, flamenco y otras sorpresas que mantienen a los comensales entretenidos sin perder la posibilidad de charlar y disfrutar de la compañía. Esta combinación de espectáculo y cena convierte cada velada en un plan completo, ideal para compartir momentos especiales y celebrar tanto encuentros informales como eventos más formales en un marco único.

Detrás de los fogones, el chef Wilmar Soto firma una propuesta que combina raíces españolas y guiños tropicales, con especial atención al producto, la técnica y la brasa de encina. El resultado es una carta reconocible y viajera, pensada para compartir y sorprender.
La recomendación de la casa es abrir boca con su propia versión de la ensalada César: a modo de ssäm coreano, se come con la mano y encierra en su interior todos los ingredientes del plato tradicional, además de un extra de parmesano. A partir de ahí, comienza un desfile de sabores que no deja indiferente, con imprescindibles como el steak tartar "Jules Verne" de vaca rubia gallega madurada sobre brioche de mantequilla tostado, la ensaladilla de txangurro escabechado con un sutil toque ahumado, y el tartar de bonito y ajo blanco de coco con huevas de trucha, mini mazorcas tatemadas y salicornia.
Los arroces son otro de los grandes protagonistas —como el socarrat de gamba roja con alioli de ajo negro o el bomba mantecado con picanha madurada 180 días—, mientras que la brasa de encina aporta carácter a platos como el aguacate braseado con tartar de langostino o el tomahawk de angus. Entre los pescados, sobresalen el pargo a la brasa con satay de camarones y la lubina al carbón con puré de apionabo y limón glaseado.

El capítulo dulce también merece su tarta entre algodones, el mini-cake de chocolate Papúa 70% o la torrija caramelizada de pan brioche con helado de vainilla son tres motivos de peso para no saltarse el postre. El restaurante cuenta también con un sensacional menú gastronómico de 10 pasos con un precio de 80€ por persona
Alta coctelería con firma propia: así es la propuesta de Daniel Regajo
Al frente de la barra está Daniel Regajo, toda una eminencia del sector, que ha convertido la coctelería de Papúa Colón en una parte esencial del concepto. Sus combinaciones, que equilibran técnica y originalidad, se han hecho imprescindibles: desde el Perro Verde (pisco, mezcal, manzana y jalapeño), hasta el Pasión Pop (ron blanco, chocolate blanco y fruta de la pasión) o el Papúa Spritz, un guiño sofisticado al clásico aperitivo con vodka, St Germain, hierbabuena y champagne.

"En Papúa queremos representar una coctelería viajera, con mucho sabor y un tanto exótica. Por eso mismo creamos la carta de tal forma, tenemos un mapa en el cual intentamos representar diferentes culturas y países mediante los tragos. Es decir, todos los cócteles están relacionados tanto en la vajilla, el nombre del cóctel y los ingredientes", asegura Regajo.
Durante los fines de semana, la música y su espectáculo convierte a Papúa Colón en un lugar perfecto para seguir la noche sin moverse de la mesa. Una fórmula que lo ha consolidado como uno de los planes más apetecibles para alegrar el invierno madrileño, tanto para grupos de amigos como para eventos corporativos o visitas gastronómicas a la capital.
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