Bebidas espirituosas sin alcohol ganan terreno en España.

Un estudio reciente realizado por Alba Ramírez, la Dra. Belén Derqui y el Dr. Marcos Polo, de la Universidad Ramón Llull, ha analizado la evolución en el consumo de bebidas espirituosas, poniendo especial énfasis en aquellas que poseen bajo o ningún contenido alcohólico, denominadas NoLo. Este cambio, se subraya en la investigación, está fuertemente vinculado a un incremento en la conciencia sobre la salud y la sostenibilidad, factores cada vez más relevantes en la toma de decisiones de los consumidores.

Según datos de Euromonitor de 2023, mientras el sector de bebidas crece alrededor de un 1% anual, los espirituosos NoLo registran un crecimiento del 10%, reflejando no solo una tendencia, sino un verdadero cambio de paradigma en la industria de las bebidas. El estudio, publicado en la prestigiosa revista Appetite, detalla cómo este segmento de mercado está respondiendo a una demanda creciente por alternativas saludables, permitiendo a los consumidores disfrutar de la experiencia cultural de beber, pero de manera responsable y con una mirada hacia un futuro más sostenible.

La investigación destaca que el estilo de vida saludable está modificando las elecciones de consumo en España, donde la cultura del alcohol está históricamente arraigada. Se ha analizado la percepción de los consumidores hacia las bebidas NoLo, considerándolas opciones más saludables en una industria que tradicionalmente no ha sido vista bajo esta luz. Alba Ramírez señala la importancia de la innovación para la supervivencia y éxito en este mercado: "La innovación es clave para la evolución, y con nuestra experiencia profesional y metodología científica buscamos aumentar la tasa de éxito de las innovaciones que realmente atienden las necesidades del consumidor".

Además, el estudio resalta la aceptación creciente hacia las bebidas con bajo contenido o sin alcohol, con un 85% de los consumidores conscientes de estas innovaciones y un 34% dispuestos a probarlas. De estos, un 12% ha adoptado su consumo de manera regular, lo cual refleja no solo una experimentación con las alternativas, sino también una adopción en sus hábitos de consumo.

Un hallazgo interesante del estudio es la diferencia en la recepción de estas bebidas según la edad de los consumidores. Entre los menores de 30 años, existe una percepción de presión social que puede actuar como una barrera: algunos jóvenes expresan que pedir una bebida sin alcohol podría provocar burlas entre sus amigos. Por otro lado, los mayores de 30 años muestran una mayor inclinación hacia estas opciones, motivados por razones de salud y sostenibilidad, aunque también enfrentan retos relacionados con las expectativas sociales y la percepción de diversión en el consumo de alcohol.

Las autoras del estudio argumentan que entender y responder a estas tendencias no solo es estratégicamente ventajoso para las marcas, sino que también puede liderar a un cambio significativo en la salud pública y en las estrategias de marketing futuras. En países como el Reino Unido y Estados Unidos, estas bebidas ya gozan de una alta aceptación, lo que podría prever un camino similar en otros mercados.

Este tipo de estudios ilustra cómo las preferencias de consumo están siendo reformuladas por una mayor conciencia sobre la salud y la sostenibilidad, ofreciendo a la industria de bebidas nuevas vías para innovar y responder a un consumidor moderno, consciente y exigente. La clave no es enfrentarse al avance, sino adaptarse.