Vinos Borgoña cosecha de 2022: mucha calidad, mucho precio

El año 2022 se perfila como un periodo muy especial en la historia del vino de Borgoña, tanto en su versión tinta como blanca. Esta añada se presenta como una muestra ejemplar de la calidad y distinción que distingue a esta región vinícola, tal y como relatan los medios del país. Sin embargo, más allá de la excelencia enológica, se impone una reflexión sobre la dinámica actual del mercado y sus implicaciones económicas.

Las características de la añada 2022 en Borgoña son notables. El clima, predominantemente cálido, seco y soleado, junto con una primavera que causó daños mínimos por heladas y una ausencia de picos de calor peligrosos, ha resultado en una cosecha de gran calidad. La singularidad de este año se vio marcada por una tormenta extraordinaria en junio, que, a pesar de los desafíos que presentó, no mermó la calidad de la uva recolectada.

Los vinos de Borgoña de 2022 destacan por su equilibrio, frescura y tipicidad. La vendimia comenzó en agosto y, basándose en las catas realizadas, se observa una maduración casi perfecta de la uva. Los blancos muestran niveles de alcohol de aproximadamente 12.5-13.5%, mientras que los tintos oscilan entre 13-14%. Estos vinos no solo exhiben una acidez refrescante, sino también esa mineralidad pétreo tan apreciada en los blancos de Borgoña. En este contexto, zonas como Volnay, Pommard, Santenay y Marenges, así como Auxey-Duresses y Pernand-Vergelesses, ganan relevancia.

En cuanto a la vinificación y viticultura, se observa una adaptación a las nuevas realidades climáticas. La fermentación con racimos enteros se utiliza más como una herramienta que como una declaración de estilo, y la tendencia es hacia un uso menor de madera nueva. Esto refleja un enfoque más matizado y enfocado en preservar la frescura y la fruta del vino.

El tema del precio es, sin duda, un aspecto central en la discusión sobre la añada 2022 de Borgoña. Aunque los precios parecen estables o moderadamente ascendentes en comparación con el año anterior, la división entre aquellos que poseen viñedos y los que deben comprar uvas es más pronunciada que nunca. Los precios de las uvas han aumentado aproximadamente un 15% en 2022, y aunque algunos comerciantes han reducido sus márgenes para mantener los precios estables, la situación varía significativamente entre los distintos segmentos del mercado.

En el extremo superior del mercado, la demanda sigue siendo fuerte, especialmente en los premiers crus y grands crus. Sin embargo, esta demanda está sujeta a fluctuaciones y a la dinámica cambiante del mercado global. Por otro lado, el interés creciente en los vinos de aldeas menos conocidas ofrece una alternativa atractiva tanto para consumidores como para restaurantes y hoteles.

El aspecto de la propiedad de viñedos en Borgoña también merece atención. La compra de terrenos vitivinícolas se ha convertido en un juego dominado por corporaciones multinacionales, con precios que superan incluso a los de los viñedos más cotizados de Burdeos. Este fenómeno refleja un cambio gradual hacia una estructura más corporativa y menos familiar en la región.

Para concluir, la añada 2022 de Borgoña se perfila como una cosecha que seducirá tanto en su juventud como con el envejecimiento. Los premiers crus y grands crus tintos necesitarán tiempo para revelar plenamente su potencial, mientras que los vinos de menor categoría son deliciosamente disfrutables en su estado actual. Este año, los vinos de Borgoña lo tienen todo, pero a un precio que merece una reflexión profunda sobre su valor y accesibilidad.