Restaurantes: ¿Cuál es la diferencia entre un maridaje y un acompañamiento?

Para los amantes de la gastronomía, el maridaje es una opción que completa la experiencia. Pero no siempre la completa. Al contrario. Veamos como no siempre elegir el maridaje es la mejor opción.

Javier Campo

Miércoles 05 de Mayo de 2021

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Los menús de degustación, mas cortos o más largos suelen ser una de las opciones que para quienes disfrutan de la gastronomía y de tanto en tanto se dan un capricho, eligen para disfrutar de una experiencia que va más allá de comer y beber.

1. Maridajes de vinos

No todos los restaurantes ofrecen menús de degustación y, es el sumiller o el personal de sala quien recomienda (o no) tanto la comida como la bebida. En otros restaurantes, en cambio, no existe carta y solo se sirve uno o dos menús a mesa completa. Esta opción, a veces va acompañada de un anuncio al lado del precio del menú y que se llama maridaje.

Si el menú tiene por ejemplo doce platos, el sumiller del restaurante servirá una bebida para cada uno de ellos. No siempre vino, cabe decir. En este caso, el trabajo del sumiller junto con el del cocinero es elegir que funciona con cada cosa para ensalzar la comida y la bebida en conjunto y no por separado, consiguiendo una experiencia plena. Puede gustar más o menos. Es cierto. Pero en general, detrás hay un cuidado trabajo para acertar con la asociación. Teniendo en cuenta que el menú ya cuesta un dinero y, el maridaje no suele ser tampoco barato, el resultado debería ser óptimo.

2. Acompañamiento de vinos

Pero luego hay restaurantes que no son gastronómicos o que no tiene la figura del sumiller que, en el menú, al final, también ponen la opción del maridaje y, en realidad, lo que hacen es servir una secuencia de vinos. La más usada es el espumoso, el blanco, el tinto y el dulce. Aunque haya ocho platos. Y eso, no es un maridaje. Lo podríamos definir como acompañamiento de vinos. En algunos casos podría no ser un problema, si el precio estuviese acorde a la palabra acompañamiento y no maridaje, que, obviamente es otra cosa.

3. Otras cosas

Pero, ahí no queda la cosa. Lo máximo es llegar a un local, pedir un menú con opción de maridaje y lo que te sirven para beber es... Pues aquí puede pasar de todo. Desde vinos que no pegan ni con cola hasta vinos que, fuera de fecha, deben sacarse de encima y con la excusa del maridaje te cuelan. Una vez, claro. Porque al ver como ha ido el tema lo fácil es no volver a tropezar en el mismo error y no volver a pedirlo.

Estas serían las tres situaciones reales con respecto al maridaje. Obviamente la primera sería la correcta, independientemente de que el precio pueda ser discutible o no. Pero la segunda y la tercera son las que dañan el enorme trabajo que conlleva hacer un buen maridaje, aunque haya partidarios, pero también, detractores. En fin. Salud.

Javier Campo
Sumiller y escritor de vinos
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