¿Por qué no emplear variedades que no enfermen, en lugar de usar pesticidas?

Tras casi 20 años de investigación y pruebas con miles de vides, un grupo de investigadores ha conseguido crear las “superuvas”, cuatro tipos de variedades inmunes a plagas

Miércoles 08 de Agosto de 2018

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Allá por el año 2000, un grupo de investigadores franceses del INRA, a raíz del excesivo uso que se estaba haciendo de pesticidas entre los viticultores de su país, se embarcaron en un proyecto llamado ResDur con el propósito de crear nuevas variedades vitícolas inmunes a las principales enfermedades fúngicas para reducir el empleo de químicos en los cultivos.

Casi 20 años después, estos investigadores han creado cuatros variedades, dos tintas y dos blancas, que afirman resisten el ataque fúngico reduciendo drásticamente el uso de productos fitosanitarios, impulsando una viticultura más saludable, eficiente y respetuosa con el medio ambiente.

Bautizadas como "Artaban" y "Vidoc", las tintas, así como "Floreal" y "Voltis", las blancas, cada variedad ha sido creada a partir de vides europeas seleccionadas de vitis vinifera, que carecen de resistencia a la enfermedad fúngica, con marcadores moleculares específicos obtenidos de diferentes cepas de vitis rotundifolia americana y vitis rupestris, así como viñedos silvestres asiáticos, todos los cuales tienen resistencia natural a las enfermedades fúngicas.

No se trata de variedades híbridas, o cruces tradicionales. Los resultados son fruto de un duro trabajo de clasificación y aislamiento de marcadores moleculares de miles de vides de acuerdo con sus características de resistencia para crear nuevas variedades poligénicas, un método patentado por el programa ResDur. Para su creación utilizaron una estrategia de cruzamiento de varios tipos de genes de resistencia al mildiu (velloso y en polvo). De este modo, las nuevas variedades están dotadas de resistencias poligénicas natural al mildiu y al oidio, lo que permite reforzar su potencial de durabilidad.

Otra de las ventajas es que estas variedades ofrecen alta calidad, buena capacidad productiva y sus análisis organolépticos son equivalentes a la de las variedades de uva tradicionales.

En abril, el equipo de investigadores completaron su primera siembra de estas variedades en un finca experimental en Bergheim con el objetivo de investigar a fondo el potencial de estas variedades. Esta misma semana, el equipo recibió autorización de las autoridades francesas para producir vinos de las cuatro nuevas variedades, y se espera que los primeros vinos se embotellen a partir de 2020.

Estas variedades resistentes están diseñadas para ser comercializadas y desplegadas en todas las regiones vitivinícolas francesas a partir de 2025.

Además, otras treinta variedades nuevas se registrarán este mismo año 2018, y siete variedades de uva de vino "Bouquet "se están estudiando para su registro en 2020.

Entre otros beneficios estas variedades presentan además una manera eficiente para reducir costes operativos en el uso de productos fitosanitarios (reducción del 96% en la frecuencia) de tratamientos con fungicidas, herbicidas e insecticidas, manteniendo la imagen de calidad y excelencia del producto final, especialmente en un contexto de mayor conciencia entre los consumidores sobre los problemas medioambientales y el consumo saludable.

Unas nuevas variedades que parecen prometedoras por sus beneficios en la producción de vino, especialmente en regiones vitivinícolas húmedas, frías y propensas a enfermedades donde es más difícil reducir el uso de pesticidas nocivos.

El INRA

El Instituto Nacional de la Investigación Agronómica de Francia (INRA), primer instituto de investigación agronómica de Europa y segundo en ciencias agrícolas del mundo, lleva a cabo trabajos de investigación para responder a los grandes desafíos a los que se enfrenta la sociedad.

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