Guerra comercial entre EE.UU. y China: Los vinos estadounidenses triplicarán su valor cuando entren en el mercado chino

El consumidor chino deberá pagar casi un 70% en impuestos si decide comprar un vino de Estados Unidos

Viernes 06 de Abril de 2018

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Desde el día 2 del este mes de abril ha entrado en vigor el nuevo régimen fiscal chino que se aplicará a los vinos importados estadounidenses, según ha hecho público el Ministerio de Economía de la República China como parte de su represalia contra la decisión de la Administración Trump de imponer aranceles sobre las importaciones chinas en EE..UU.

Esto significa que China aplica desde ya oficialmente su gravamen impositivo sobre los vinos estadounidenses, subiendo un 15% sobre el arancel de importación del 14% ya existente y que los vinos norteamericanos que lleguen a China a partir de ahora están sujetos a un arancel de importación del 29%, lo que supone un incremento final para el consumidor chino en impuestos, exclusivamente al vino de EE.UU., del 48.2% al 67.7%, importe donde se incluye el impuesto al consumo del país (IVA), impuestos especiales y el nuevo arancel de importación.

La medida, que ha sido publicado por el Gobierno de China sin fecha de finalización, arroja mucha incertidumbre sobre las perspectivas del mercado estadounidense en China continental, de tal modo que, a efectos prácticos, un vino californiano triplicará su valor cuando entre en el mercado chino.

Es muy cierto que la nueva política afectará negativamente a las bodegas estadounidenses que ya cuentan con China continental como uno de sus principales mercados de exportación. Sin embargo, es demasiado pronto para evaluar el efecto total que tendrá en las exportaciones estadounidenses de vinos en general, ya que el país americano no es un gran exportador y la mayoría de los vinos estadounidenses se consumen en el país. China solo ocupa el quinto mercado de exportación más grande de los Estados Unidos después de la UE, Canadá, Hong Kong y Japón.

Wine Institute of California advirtió desde el principio que la nueva política va a significar "pérdidas de cuotas de mercado en los próximos años" en un momento en que sus principales competidores, como Australia y Chile, avanzan con acuerdos de libre comercio y reducciones arancelarias.

Por el momento, las exportaciones estadounidenses de vinos a China solo representan el 3% del mercado de vinos embotellados de China. China importó 9.633 millones de litros de vino estadounidense en 2017 por valor de aproximadamente 75,6 millones de dólares, según las cifras publicadas por la Asociación de Importación y Exportación de Licores y Vino de China.

Vale la pena señalar que el volumen de importación cayó aproximadamente un 1%, pero su valor aumentó en más del 44% el año pasado, lo que sugiere una tendencia de premiumización de los vinos estadounidenses enviados a China continental. Su precio promedio por litro fue de 7.85 dólares americanos, el más elevado después de los de Nueva Zelanda y Canadá.

La medida, aunque no suponga un gran impacto para la economía global estadounidense debido a que las exportaciones de vino al gigante asiático son muy reducidas, afectará negativamente a las empresas americanas que han invertido y apostado actualmente por el país asiático, además de suponer un elevado coste de oportunidad para EE.UU. si el ritmo de crecimiento de China se mantiene y las previsiones de que este mercado se convierta el el mayor mercado del vino en unos años. Desde este punto de vista, tiene un impacto muy significativo en la industria del vino estadounidense, especialmente por su desarrollo estratégico a largo plazo

Además la brecha que se puede generar con otros mercados competidores es todavía más preocupante, máxime cuando los consumidores chinos puedan rechazar los vinos estadounidenses, tanto por el precio y la llegada de vinos con una relación calidad precio más atractiva como en el caso de los chilenos, australianos o incluso los españoles, como con una respuesta nacionalista a las fricciones crecientes de los dos países sobre temas que van desde los derechos humanos hasta las disputas comerciales, como se vio ya en el pasado cuando las relaciones con Japón y Corea del Sur se volvieron tensas.

Resulta también patente la preocupación del sector cuando, una vez abierta la guerra comercial por la medida tomada por Donald Trump el pasado mes de marzo, importadores y bodegas estadounidenses se apresuraban a enviar sus vinos a China continental para evitar la temida subida.

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