Pago de Carraovejas: Vino y arquitectura

  Dicen que quien prueba un vino de Pago de Carraovejas queda asombrado por su excelente calidad, del mismo modo, el visitante que...

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Jueves 11 de Septiembre de 2014

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Dicen que quien prueba un vino de Pago de Carraovejas queda asombrado por su excelente calidad, del mismo modo, el visitante que accede a la finca de la bodega  observa un lugar sencillo pero cargado de elegancia y diseño que le deja asombrado por su gran expresividad al combinar a la perfección grandeza y sencillez. Una fiel imagen de lo que sus vinos pueden hacernos sentir cuando descorchamos una de sus botellas.
 
La bodega se encuentra en una ladera de la denominación de origen Ribera del Duero muy cerca de Peñafiel, a orillas del río Duero, sobre una gran finca donde se ubican los viñedos en los que se cultiva TempranilloCabernet Sauvignon Merlot.
 
 
 
El edificio posee una superficie construida de 14.000 metros cuadrados y por su ubicación sobre una ladera permite un correcto funcionamiento por gravedad, es decir, que la uva entra por los pisos superiores, en los intermedios se fermenta y en los más bajos madura y envejece en una gran nave de hormigón enterrada bajo la tierra con unos niveles de luz y temperatura muy controlados para un óptimo almacenamiento de las barricas.
 
En el año 2003 gracias a un proyecto de ampliación de la antigua bodega fue posible el desarrollo de esta gran obra que buscaba envolver las anteriores instalaciones en un nuevo edificio que transmitiera modernidad y vanguardia pero al mismo tiempo conservara la tradición y el buen hacer que la bodega siempre ha mantenido. La misma filosofía que ha llevado a sus vinos a numerosos reconocimientos y premios internacionales.
 
 
 
La fachada es de hormigón color rojizo coral por el día y rojo teja por la noche, en función de la cantidad de luz que haya. Las cristaleras son un elemento esencial para la bodega, por un lado enmarcan al visitante unas magnificas vistas a la finca y los alrededores, y por otro hacen posible la entrada de grandes cantidades de luz en el interior que ofrecen espacios muy funcionales. También cabe destacar los espacios aterrazados al aire libre donde se puede disfrutar de las vistas.
 
La madera de roble francés no sólo está presente en las barricas, también en los techos y suelos de las instalaciones a modo de diseño, expresando unagran elegancia en sus  líneas rectas que inspiran perfección y sencillez al igual que sus vinos.
 
 

 

 
 
 
 
 
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