La recaudación por impuestos especiales aplicables a las bebidas espirituosas cae un 3,9% en 2013

FEBE ya advirtió que la subida impositiva tendría un efecto contrario en términos recaudatorios

Madrid

Jueves 10 de Abril de 2014

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Los datos de tributación por impuestos especiales correspondientes al año 2013 publicados por la Agencia Tributaria confirman la caída en la recaudación aplicable al Alcohol y Bebidas Derivadas en un 3,9% respecto al 2012, alcanzando sólo 715 millones de euros frente a los 745 del año anterior, lo que avala los argumentos del sector de bebidas espirituosas y demuestra que la subidas impositivas no suponen una mayor recaudación, sino todo lo contrario.

Este dato es aún más significativo si tenemos en cuenta la recuperación de otros indicadores a lo largo de 2013 que evidencian una mejora de la situación económica y del consumo. Si el PIB del último trimestre del 2013 creció en un 0,3%, el Indicador mensual de Confianza del Consumidor (ICC) del mes de diciembre de 2103 se situó en 71 puntos, lo que supone una evolución en 15,3 puntos a lo largo del año. Asimismo los datos del tercer trimestre del 2013 confirmaron el repunte del consumo privado sugerido por los indicadores parciales de demanda, como el gasto de los hogares que aumentó el 0,4% en dicho trimestre, el último del que se tienen datos.

La positiva evolución de estos indicadores no tuvo su reflejo en el consumo de bebidas destiladas, que en 2013 cayó un 8%. Una caída superior a la del 2012, que fue del 6%, y que demuestra cómo la subida porcentual de los impuestos especiales aplicable sólo a las bebidas espirituosas ha tenido un claro impacto negativo en el sector. Una industria que acumula ya un retroceso que supera ya el 40% desde el comienzo de la crisis.

"Lo grave ya no es que acumulemos una caída superior al 40% durante la crisis, con las desastrosas consecuencias que ha tenido sobre cierre de pequeñas empresas del sector, destrucción de empleo y caída de recaudación", comenta Bosco Torremocha, director ejecutivo de FEBE. "Lo verdaderamente preocupante es que cuando los indicadores empiezan a repuntar nuestro sector acelera aún más su caída debido a una regulación y unas medidas que han alterado la competencia y distorsionado los mercados en perjuicio de un sector tradicional como el nuestro."

No se cumplen las previsiones

La subida del 10% de los impuestos especiales aplicables a las bebidas espirituosas llevada a cabo el pasado mes de junio supondrían un aumento en la recaudación efectiva por este concepto hasta los 770 millones de euros, según se anunciaba en los Presupuestos Generales del Estado, lo que suponía unos 26 millones de euros más de los que se había recaudado en 2012, 744 millones. Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente, como demuestran los informes presentados por la Agencia Tributaria, recaudando en 2013 un 7,6% menos de lo anunciado por Montoro al hacer efectiva la subida impositiva.

"Los datos son claros, la recaudación de bebidas espirituosas por impuestos especiales cayó un 3,9% como consecuencia de la caída en el consumo", afirma Torremocha. "Esto demuestra que la subida de impuestos especiales estuvo un claro impacto en el consumo de nuestros productos que se desplomó un 8%."

"Informe Lagares": oportunidad para hacer un impuesto especial más equitativo

Entre los objetivos generales del reciente informe presentado por el comité de expertos para abordar la Reforma Fiscal estaba la consolidación presupuestaria y establecer una imposición más equitativa. En este sentido el informe aconsejaba incrementar progresivamente la imposición sobre el alcohol hasta alcanzar la media de la Unión Europea, aunque también especificaba que la tributación sobre los distintos tipos de bebidas alcohólicas debería ser uniforme para evitar los efectos de sustitución entre ellos.

Sobre la recomendación de subir los impuestos especiales hasta la media europea hay que tener en cuenta la situación de cada país, su evolución histórica y su realidad actual. Los datos demuestran que aumentar los impuestos especiales a las bebidas espirituosas puede provocar el efecto contrario, como ha ocurrido con la última subida impositiva de junio de 2013, cuyo incremento del 10% ha supuesto una caída del consumo del 8% y de la recaudación en un 3,9%.

"Más allá de los datos, una subida no impacta igual en un sector que en otro", afirma Torremocha. "Las bebidas espirituosas llevamos cayendo desde 2001, acelerándose el desplome con la crisis. Si se suben los impuestos, aunque sea un poco, a un sector ya muy débil y compuesto sobre todo por pequeñas y medianas empresas familiares con recursos limitados las consecuencias son inmediatas: destrucción de tejido empresarial y de empleo. Otras bebidas alcohólicas, sin embargo, cuentan con una industria más concentrada y con mayores márgenes, por lo que si una subida busca recaudar más tendrá que atender a la realidad del mercado."

Acerca del segundo objetivo del Informe Lagares, "establecer una imposición más equitativa", es quizá la mayor oportunidad para conseguir la armonización fiscal. Actualmente, la carga fiscal por impuesto especial de los espirituosos es 4,6 veces mayor que la de la cerveza. Esto supone que las bebidas espirituosas recauden más de 71% de la recaudación total por impuestos especiales aplicables a las bebidas con contenido alcohólico, cuando sólo representan el 27% del consumo de alcohol en España. La cerveza, sin embargo, recauda sólo un 27% del total, representando el 49% del consumo; y el vino tiene una tasa 0.

Si tenemos en cuenta esta realidad y que las bebidas con contenido alcohólico son bienes económicamente sustitutivos (cerveza, vino y espirituosos compiten entre sí por la misma cuota de mercado), es lógico que la subida de impuestos a unos sí y a otros no, como ocurrió en 2013, se traduzca en el perjuicio de las bebidas destiladas frente a aquellos que tienen tipos más reducidos y una legislación, en general, más permisiva y beneficiosa –como la publicitaria-.

"La actual estructura del impuesto especial está cambiando la realidad del mercado. El Gobierno está ante una oportunidad única para reformar este impuesto, hacerlo más equitativo como recomienda el informe de los expertos y recaudar más", comenta Torremocha.

Las denominadas "externalidades negativas"

Una de las razones aducidas por el Gobierno en junio de 2013 para aumentar los impuestos especiales sólo a las bebidas espirituosas fueron sus presuntas "externalidades negativas". No obstante, el alcohol contenido por las bebidas alcohólicas es el mismo (etanol), independientemente del tipo de producto que lo contenga y su proceso de obtención (destilación o fermentación). Así, un grado de alcohol es un grado de alcohol independientemente del producto que se trate (vino, cerveza o destilados)

FEBE considera firmemente que la única manera de abordar estas denominadas "externalidades negativas" (comunes a todas las bebidas alcohólicas) no es criminalizando a un único producto, sino trabajando en materia de prevención en cuanto a consumos indebidos y abusivos se refiere, y llevando a cabo ambiciosas campañas de formación e información, algo que el sector de bebidas destiladas lleva haciendo décadas, y por lo que es ejemplo dentro y fuera de nuestras fronteras.

"No entendemos que el potencial daño que el consumo puede causar a la sociedad se determine desde el Ministerio de Hacienda o desde una comisión fiscal. Más bien debería ser un dictamen del Ministerio de Sanidad", comenta Torremocha. "Dicho de otra manera, si la subida de impuestos está motivada por supuestos aspectos sanitarios, lo lógico es que fuera acompañada de exenciones fiscales para aquellas empresas que realicen acciones destinadas a promover el consumo responsable de bebidas alcohólicas, y en eso las empresas productoras y distribuidoras de bebidas espirituosas, tanto directamente como a través de FEBE, son las que dedican una mayor esfuerzo: 25 millones en los últimos diez años"

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