Hay un vino para cada momento

El chef español Damián Montarelo nos presenta su visión del vino español en Ecuador, donde vive, a través de este...

Viernes 18 de Mayo de 2012

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El chef español Damián Montarelo nos presenta su visión del vino español en Ecuador, donde vive, a través de este interesante artículo de elcomercio.com

Llama la atención la diferenciación de consumo que establece según el momento: estado de ánimo, el momento del día,...

Hay un vino para cada momento. Sí, pero también existe un momento para cada vino. No es una contradicción, debe ser así.

Los momentos son los que escogen el vino que se va a tomar. Es decir, el consumidor debe tener claro qué es lo que va a celebrar y, según eso, escoger el trago que va a tomar.

El chef español Damián Montarelo sabe que el consumo de vino en Ecuador no es como en su país natal, pero se atreve a asegurar que “ está creciendo”.

Allá, en España, hay cinco momentos que él identifica y que se atan a un vino. Uno es el vino de mesa, que se toma para “refrescarse”; otro es el de cosecha, que se recolecta en septiembre y se consume en enero, “se lo puede tomar en casa si llega un amigo de visita”.

El tercer vino es el de crianza, que se lo bebe en el almuerzo, “eso quiere decir que están contentos y que hubo una buena mañana”.

Luego, si hay algo muy especial, se ingiere un vino de reserva y si lo que se celebra es algo muy especial, un vino gran reserva es la mejor opción.

“Este se abre cuando se ha cerrado un gran negocio, por ejemplo”, explica el chef. Pero esta costumbre en Ecuador no existe, reconoce el experto.

Empero, está seguro que el interés por un buen vino va creciendo en el país y con él, su mercado. “Y más en Quito”, afirma Montarelo. ¿Por qué en la capital? Pues, por el clima, me parece, asegura y aclara que eso no quiere decir que en las otras ciudades del país no se consuma, pero en Quito se acentúa ese gusto.

En España la crisis económica sí ha permitido que el vino reduzca su precio, pero esto no sucedió en Ecuador. Acá los gravámenes que tiene esta bebida no permiten que los precios se reduzcan.

Así lo afirma la chef y también la docente y chef de la Escuela de Gastronomía de la Universidad San Francisco, Ana Teresa Pérez.

Ella piensa que para cada persona hay un vino. Y se explica: en el momento de tomar un vino influye mucho la compañía, el estado de ánimo y “lo que voy a hacer”.

En el mercado hay vinos que son muy fuertes y son los que deben tomarse en una comida. Y otros que pueden usarse para aperitivos.

Existen vinos que son para la mañana, “más frescos, cuando hay sol, calor y otros que son más fáciles de tomar frente a una chimenea, en una charla”. Pérez piensa que se debe saber que no necesariamente un vino tinto viejo es mejor.

Es decir, si el vino se hizo para consumirse joven, pues hay que consumirlo pronto y si se lo hizo para tomarlo viejo es mejor dejarlo en la percha y esperar para tomarlo.

Pero Montarelo está seguro de que un vino tinto mientras más viejo mejor, si está envejecido en madera primero y luego en botella bajo una buena selección del enólogo se vuelve bueno.

Y un vino blanco mientras más joven es mejor, porque no tienen cuerpo suficiente para aguantar vejez. Todo depende del gusto, la ocasión y claro la comida...

Un artículo de María Ribes Martín
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