Viernes 03 de Octubre de 2025
La administración de Estados Unidos está considerando reducir el arancel del 10 % que aplica al whisky escocés. Esta medida se estudia después de la visita de estado del primer ministro británico Keir Starmer a Washington, donde el asunto fue tratado en una reunión con el presidente Donald Trump. El Reino Unido sostiene que una rebaja del arancel no solo beneficiaría a los productores escoceses, sino también a la industria estadounidense del bourbon, ya que una parte importante del whisky escocés se envejece en barricas usadas de bourbon procedentes de Kentucky.
El arancel actual fue impuesto como parte de las políticas comerciales de reciprocidad y afecta a la industria escocesa con unas pérdidas estimadas en 20 millones de libras al mes por exportaciones no realizadas. Según la Scotch Whisky Association, cerca del 60 % del whisky escocés se envejece en barricas de bourbon estadounidenses, lo que supone un comercio anual valorado en unos 300 millones de dólares. Por este motivo, tanto productores estadounidenses como británicos consideran que una reducción de los aranceles podría beneficiar a ambos sectores.
Durante la visita oficial celebrada el pasado 18 de septiembre en Chequers, cerca de Aylesbury, Starmer trasladó a Trump la petición de revisar los aranceles sobre el whisky escocés. El Gobierno británico argumenta que eliminar esta barrera comercial ayudaría a proteger empleos en el Reino Unido y aportaría ingresos adicionales tanto a empresas británicas como estadounidenses. Un portavoz del Departamento de Negocios y Comercio del Reino Unido ha señalado que el whisky escocés ya cuenta con acceso preferente al mercado estadounidense respecto a otros países y que se seguirá trabajando para asegurar acuerdos que protejan los intereses británicos.
Por su parte, la Casa Blanca y el Departamento de Comercio estadounidense no han respondido a las solicitudes de información sobre el estado actual de las negociaciones. Fuentes cercanas al proceso indican que aún no se ha tomado una decisión final y que Trump mantiene cautela ante la posibilidad de conceder nuevas exenciones arancelarias.
El sector del bourbon estadounidense también se ha visto afectado por medidas similares impuestas por otros países en respuesta a las políticas comerciales estadounidenses. Los productores estadounidenses venden sus barricas usadas a destilerías escocesas porque la normativa local exige que el bourbon madure únicamente en barricas nuevas de roble americano tostado. Esta relación comercial ha sido utilizada por representantes británicos para argumentar que una reducción o eliminación del arancel beneficiaría directamente a los productores estadounidenses.
Empresas como Diageo, propietaria de marcas como Johnnie Walker y Talisker, podrían verse favorecidas si finalmente se alcanza un acuerdo. La Scotch Whisky Association ha confirmado que está al tanto de las conversaciones pero no ha ofrecido detalles sobre su desarrollo debido a la situación cambiante.
El primer ministro escocés John Swinney también ha realizado gestiones tanto en Washington como en Londres para pedir la retirada del arancel. En septiembre mantuvo una reunión con Trump y el secretario de Estado Marco Rubio en la Casa Blanca, donde defendió la posición del sector escocés y subrayó el apoyo recibido por parte de la industria estadounidense.
Representantes del sector hostelero estadounidense han señalado que una rebaja o eliminación del arancel aliviaría la presión sobre bares y restaurantes antes del periodo navideño, cuando aumenta el consumo de bebidas alcohólicas importadas. Chris Swonger, director ejecutivo del Distilled Spirits Council of the US, ha expresado su confianza en que pueda alcanzarse un acuerdo próximamente.
Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Reino Unido han experimentado varios ajustes desde mayo, cuando ambos países firmaron un acuerdo para eximir a ciertos sectores británicos, como el automovilístico y el siderúrgico, aunque algunos productos como el acero siguen sujetos a tasas superiores al 25 %. Las negociaciones sobre el whisky forman parte de un esfuerzo más amplio para reducir barreras comerciales entre ambos países y reforzar los vínculos económicos transatlánticos.