Lunes 03 de Noviembre de 2025
La ministra de Agricultura de Francia, Annie Genevard, se reunirá este jueves, 6 de noviembre, en París con los representantes del sector vitivinícola. El encuentro llega tras varias semanas marcadas por decisiones políticas importantes para la gestión de la crisis que atraviesa el vino francés. La cita se produce después de la reunión del comité mixto Francia-Italia-España celebrada en Roma entre el martes 4 y el miércoles 5 de noviembre, donde participaron ministerios y representantes del sector para tratar la próxima Política Agrícola Común (PAC) y el futuro de la Organización Común del Mercado vitivinícola (OCM vino).
El miércoles 5 de noviembre, la comisión de agricultura del Parlamento Europeo votó las enmiendas a la propuesta legislativa sobre la regulación del sector vitivinícola europeo, conocida como “paquete vino”, que será sometida a votación en sesión plenaria a finales de mes. Ese mismo día tuvo lugar una reunión convocada por el Sindicato de Viticultores del Aude en Ferrals-des-Corbières (Aude), con el objetivo de preparar una manifestación prevista para el sábado 15 de noviembre en Béziers (Hérault).
La ministra Annie Genevard, que fue confirmada en su cargo en octubre y lleva más de un año al frente del ministerio, mantiene así su compromiso de presentar un plan para salir de la crisis tras su encuentro este verano con la Asociación General de la Producción Vitícola (AGPV). Según Jérôme Despey, presidente del consejo especializado en vino de FranceAgriMer, “el sector espera con impaciencia esta reunión”. Entre los temas que preocupan figuran una vendimia históricamente baja (36 millones de hectolitros en 2025), mercados poco dinámicos que no compensan los sobrecostes de producción y que sufren las consecuencias económicas y geopolíticas internacionales, así como una ayuda de 10 millones de euros a las cooperativas vinícolas que sigue pendiente a la espera de un informe previsto para finales de octubre.
El sector también reclama mejoras en los préstamos para reconsolidación financiera, actualmente limitados en su aplicación, y ayudas a la tesorería mediante la asunción por parte del Estado de las cotizaciones a la Mutualidad Social Agrícola (MSA) y el impuesto sobre bienes no edificados (TFNB), tras los daños causados por fenómenos climáticos. Otra cuestión es la protección de los medios de producción vitivinícola, especialmente el uso del cobre, cuyo empleo está muy restringido tanto en cantidad como en modalidades. Además, se pide suspender proyectos parlamentarios que proponen aumentar los impuestos sobre el consumo y la publicidad del vino.
El sector solicita también medidas para garantizar los ingresos de los viticultores, desde herramientas nacionales como Egalim hasta nuevos instrumentos europeos. En el plano internacional, se pide protección diplomática para los vinos franceses ante Estados Unidos evitando gravar a las grandes empresas tecnológicas estadounidenses (GAFAM), lo que podría provocar represalias comerciales.
Uno de los puntos centrales es la petición al Gobierno francés y a las instituciones europeas para desbloquear fondos destinados a financiar una nueva campaña de arranque definitivo de viñedos. Jérôme Despey recuerda que “se esperan al menos 200 millones de euros para el plan de apoyo al arranque”, solicitando que se utilice la reserva europea para crisis y se complemente con fondos nacionales. Esta demanda choca con la falta de apoyo claro por parte de la Comisión Europea, ya que existen divisiones entre los Estados miembros: Alemania y Francia están a favor, Italia se opone y España pide más explicaciones.
El comisario europeo responsable de Agricultura, Christophe Hansen, declaró recientemente en Estrasburgo que prefiere exportar los vinos antes que destruir su potencial productivo. En sus reuniones con el primer ministro francés Sébastien Lecornu y con Annie Genevard no abordó directamente este asunto, aunque sí trató cuestiones generales como el futuro de la PAC o el apoyo a las regiones ultraperiféricas.
La magnitud del plan solicitado por el sector aún no está cuantificada. Este jueves se presentará durante la reunión con la ministra el resultado del último sondeo sobre arranque definitivo. El sector también trabaja en una destilación extraordinaria vinculada al arranque, con destino a biocarburantes.
Mientras tanto, un grupo de senadores propone celebrar unas jornadas nacionales sobre viticultura a principios de 2026. Jérôme Despey considera útil este tipo de iniciativas si sirven para implicar a todos los actores pero advierte sobre la gravedad actual: “el tiempo para hacer diagnósticos ha pasado; ahora hay que actuar”. El informe senatorial plantea cuestiones sobre economía, comercialización, clima e inversiones que afectan al sector más allá del papel del Estado. El plan sectorial presentado este año bajo el nombre “Cap Vins” busca abordar estos problemas mediante acciones como apertura a nuevos mercados, investigación y desarrollo, herramientas para fijar precios o reducción del potencial productivo.
Jérôme Despey reconoce que quienes no han participado directamente pueden ver estas propuestas como lejanas o teóricas pero insiste en que son puntos concretos que presentarán ante la ministra este jueves.