EFE
Martes 18 de Octubre de 2011
Las aguas de Plentzia (Vizcaya, País Vasco) han conseguido madurar la primera cosecha de vino submarino. Estos vinos ya se encuentran a la venta bajo la denominación 'Robinson Crusoe Treasures' a un precio de 85 euros la botella.
La Denominación de Origen Ribera del Guadiana participa en el proyecto "Laboratorio Submarino de envejecimiento de bebidas" (LSEB), pionero en la materia en el mundo, para el almacenamiento de vinos bajo el mar.
Según explica hoy una nota el Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Guadiana, este proyecto inició sus estudios en octubre de 2010 al sumergir en el mar botellas de 27 bodegas de 14 denominaciones de Origen españolas.
Los productos son comparados cada tres meses con sus testigos almacenados en tierra por los enólogos de las bodegas y las denominaciones de Origen.
En el caso de Ribera del Guadiana ha sido un vino joven el que ha permanecido 12 meses bajo el mar después de su envejecimiento.
En concreto, ha permanecido en la bahía de Plencia (Vizcaya), donde está el Laboratorio Submarino de Envejecimiento de Bebidas.
Una serie de módulos con sensores, cámaras y cierres de seguridad se han colocado en el fondo del mar, a unos 15 metros de profundidad, para analizar el envejecimiento del vino bajo el mar.
Los módulos denominados "MEC" (Monitorización Envejecimiento y Control) contienen las botellas de vino y comunican los datos en tiempo real con superficie.
En estos módulos de hormigón se encuentran apiladas y convenientemente identificadas todas las botellas que se han presentado para realizar el proyecto, entre ellas se encuentran botellas de vino tinto joven de la cosecha 2009 de la Denominación de Origen Ribera del Guadiana.
Para hacer el seguimiento de cómo envejecen las bebidas bajo el mar, cada cierto tiempo se extraen unas botellas de muestra, se realiza una cata con las bodegas que participan en el proyecto y enólogos de las denominaciones de origen, se realiza una primera valoración de las características organolépticas de los vinos almacenados bajo el agua y de sus homólogos de tierra.
Otras botellas son enviadas a la Universidad del País Vasco, donde se distribuyen en dos laboratorios, en uno se realiza el análisis sensorial y en el otro se analizan los compuestos que caracterizan a las bebidas.