¿Cómo conservar una botella de vino cerrada? ¿Y cuándo ya se abrió la botella?

En este artículo te mostramos la mejor manera de guardar el vino cerrado y el abierto para la próxima ocasión

Vilma Delgado

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El vino es un producto perecedero que puede conservarse durante mucho tiempo y evolucionar con la edad, manteniendo intactas sus cualidades, incluso mejorándolas con el tiempo.

Sin embargo, para que este proceso no sea el causante de que una botella de vino se malogre definitivamente, hay que tener en cuenta una serie de detalles: saber almacenar el vino de la forma correcta es, por tanto, el primer paso para conservar sus sabores y aromas a lo largo del tiempo, ofreciendo una experiencia de degustación agradable.

Por otro lado, cuando abrimos una botella y no la vamos a consumir por completo, existen maneras de poder conservarla de manera óptima para que se mantenga en las mejores condiciones posibles.

Por todo ello, veamos a continuación los mejores métodos para conservar el vino, con la botella cerrada o abierta.

¿Cómo guardar y almacenar botellas de vino en casa?

Cuando el vino entra en botella su viaje recién comienza. Su evolución no termina en el vidrio, sino que continúa. Para acompañar la crianza de tus etiquetas favoritas, el vino debe conservarse teniendo en cuenta algunas precauciones. Aquí, las maneras de conservar el vino sin abrir la botella:

1 - Colocar las botellas horizontalmente

Para una perfecta conservación de los vinos, las botellas deben estar acostadas. Esta posición facilita el contacto entre el vino y el corcho, manteniéndolo húmedo y bien adherido al cuello de la botella. El corcho cuando se reseca permite que entre aire en la botella y provoque la oxidación.

2 - Mantener las botellas en la oscuridad.

La oscuridad es el amigo del vino. Luz y sol, en cambio, no. El vino es un tesoro que se mantiene en la oscuridad tanto como sea posible. Hay que protegerlo de la luz solar y también de las luces artificiales.

3 - Evitar el estrés y los ruidos fuertes de las botellas.

Una vez que la bodega esté llena, las botellas deben permanecer en su lugar hasta el día del descorche. Esto significa que no deben moverse, ni someterse a vibraciones, ruidos fuertes, cambios bruscos de condiciones de luz o temperatura. La crianza y la maduración dan carácter y personalidad al vino, hacen mejorar al vino pero ¡sin molestarlo!

4 - No almacenar vino en ambientes con olores fuertes.

Guardar la colección de vinos al lado de la colección de embutidos, ristras de ajos y quesos curados no es una buena idea, tampoco productos químicos como cosméticos, detergentes, latas de pinturas o barnices, por ejemplo. El tapón de corcho podría permitir que los olores contaminen el vino, alternando sus características.

5 - Temperatura y humedad.

A falta de un sótano en nuestra vivienda, hay que optar por una habitación que tenga una temperatura de entre 10 y 18 grados y la humedad entre el 60 y 80 %, lo más estable posible en ambos casos. Una cava eléctrica es una alternativa, no demasiado cara, que resuelve todos los problemas en cuanto a conservación del vino: es regulable, mantiene constante la temperatura y la humedad y protege sus botellas durante toda su vida.

6 - Respetar el tiempo de conservación adecuado.

Cada vino tiene su propio ciclo de vida y su ciclo ideal de consumo: salvo raras excepciones, un vino joven debe consumirse en los primeros años tras su cosecha, mientras que los que tienen crianza habrá unos más longevos que otros dependiendo de la misma o del método de elaboración. El fabricante habitualmente indica el periodo óptimo de consumo en la etiqueta. Mantener las botellas con la etiqueta hacia arriba y, por lo tanto, fáciles de leer, puede ser una buena forma de vigilar las botellas de su colección privada.

Elegir el mejor momento para descorchar las botellas favoritas permitirá degustar los vinos en todo su potencial de sabor y aroma.

¿Qué hacer con una botella abierta?

Una vez abierta la botella, el vino queda expuesto al oxígeno, que provoca la oxidación que afecta las propiedades y composición hasta el punto de volverlo desagradable al paladar.

Sin embargo, igualmente se puede conservar, hasta cierto punto, con métodos correctos de cierre de la botella y herramientas de diversos tipos para mantener el vino en condiciones para la próxima degustación.

Lo primero a tener en cuenta es que el vino debe estar lo más aislado posible de la atmósfera, por lo cual el cierre hermético es vital. Así lograremos que pueda durar entre tres y cinco días, salvo que se trate de espumosos o cava, que requieren otro tipo de utensilios para conservar la frescura y efervescencia.

Las mejores formas de cerrar una botella de vino para preservar su sabor y aroma:

1- Corcho

Usa el corcho para cerrar bien la botella una vez abierta, es la más práctica idea, pero hay que asegurarse bien que el sacacorchos no lo haya dañado ni lo haya atravesado de lado a lado.

2- Papel de hornear

En caso de daño del corcho, es posible utilizar papel de hornear para envolverlo y evitar que algunos fragmentos caigan dentro de la botella al cerrarla.

Para utilizar este método será necesario envolver el tapón con un trozo de papel del mismo largo para taparlo, y luego empujarlo dentro de la botella colocada en un estante rígido y estable.

3- Ahora, de pie

El principal consejo para guardar un vino antes de abrirlo es guardarlo en posición horizontal para que el corcho quede sumergido. Una vez abierto, es todo lo contrario, debe estar de pie, en posición vertical y la razón es la de exponer la menor cantidad de superficie posible en contacto con el aire, aún con aquel que hay dentro de la botella cerrada.

4- Refrigerar

El frío ralentiza los procesos químicos. De esta manera, una botella tapada y en posición vertical, encuentra su mejor lugar en la puerta del refrigerador.

5- Tapón de goma

Para evitar la infiltración de aire dentro de la botella, el tapón de goma es una de las herramientas más efectivas en reemplazo del corcho.

6- Bomba aspiradora

Para reducir el contacto del vino con el oxígeno, es posible cerrar la botella abierta con una bomba de vacío que absorbe el aire contenido en su interior y mantiene las propiedades del vino por más tiempo. Esta sería la forma más segura e indicada, pero requiere de una herramienta que en el mercado se consigue a diversos precios.

7- Vinos espumosos (nunca uses una cucharita)

Existe un mito que dice que tapando un vino espumoso con una cucharilla de café las burbujas no escapan. Pues es, como es lógico, mentira. La cucharita no tiene poderes mágicos para evitar que el gas se libere. Lo que hay que hacer con los espumosos es taparlos y guardarlos siguiendo los puntos anteriores, y consumirlo lo antes posible, ya que el gas, una vez abierta la botella, se perderá rápidamente. Además para los espumosos existen tapones especiales que se pueden adquirir en tiendas especializadas así como sistemas de extracción de aire.

8 - Vinos generosos y dulces

Estos tipos de vinos, por su mayor contenido alcohólico o de azúcar, tienen la capacidad de aguantar más tiempo. Por lo demás, la manera de conservarlo sería igual que cualquier otro vino como hemos visto.

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