Lunes 10 de Noviembre de 2025
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El pasado viernes, 7 de noviembre, el Hotel InterContinental de Barcelona acogió la primera edición del Barcelona Wine Test Urban 2025. Este evento reunió a 150 personas que participaron en una cata a ciegas de más de 200 vinos procedentes de diferentes denominaciones, estilos y rangos de precio. El objetivo principal era conocer las preferencias reales del consumidor en materia de vino.
La convocatoria atrajo sobre todo a un público joven y diverso, con una proporción de 55% hombres y 45% mujeres. La mayoría eran aficionados al vino interesados en descubrir nuevas referencias. La demanda superó la capacidad prevista, lo que obligó a la organización a limitar la asistencia y rechazar solicitudes de decenas de personas. Este hecho pone de relieve el interés actual por las experiencias participativas en torno al vino y la importancia que los consumidores otorgan a su propio criterio.
Durante la sesión, cada participante recibió quince copas de vino servidas en distintas rondas. Para cada muestra, el catador escaneaba un código QR desde su teléfono móvil y accedía a una ficha simplificada para puntuar aroma, sabor, equilibrio y agradabilidad. El sistema garantizaba una evaluación independiente y completamente a ciegas, ya que los asistentes no conocían ni la marca, ni el origen ni el precio del vino que probaban.

Juan Muñoz, profesor de sumilleres e integrante del equipo organizador, explicó que existía cierta incertidumbre sobre cómo responderían los catadores no profesionales ante la tarea de valorar quince vinos distintos. Según sus palabras, el comportamiento fue ejemplar y los asistentes demostraron capacidad para degustar, comparar y argumentar sus valoraciones.
Roger Grifoll, también miembro del equipo del Barcelona Wine Test Urban, subrayó la complejidad técnica del evento. En esta primera edición se limitó la participación a 200 vinos para asegurar que tanto la tecnología como la logística funcionaran correctamente. Todas las valoraciones se realizaron en tiempo real desde los móviles de los asistentes, lo que supuso una exigencia técnica considerable. Según Grifoll, todo funcionó según lo previsto.
Antes del evento se realizaron entrevistas a los participantes. El equipo organizador comprobó que muchos jóvenes perciben el mundo del vino como algo lejano o difícil de entender. Sin embargo, la dinámica participativa y guiada de la cata les permitió acercarse al vino sin prejuicios ni barreras. Este aspecto resulta relevante para un sector que busca conectar con nuevas generaciones.
Tras finalizar la cata a ciegas, se celebró un showroom abierto donde los asistentes pudieron conversar directamente con representantes de algunas bodegas presentes en el concurso. Este espacio sirvió como punto de encuentro entre elaboradores y público final, facilitando el diálogo sobre estilos, variedades y tendencias actuales.
El Barcelona Wine Test Urban 2025 se presenta así como una propuesta diferente dentro del sector vinícola español. La organización tiene previsto publicar próximamente los resultados globales de la cata popular y el ranking final con los vinos mejor valorados por los asistentes. Además, se darán a conocer las encuestas realizadas entre los participantes y se anunciarán los ganadores durante la próxima edición de Barcelona Wine Week en febrero.
El proyecto continuará con el Barcelona Wine Test Profesional 2026, previsto para el 27 de enero en Barcelona. En esa cita participarán compradores, sumilleres, periodistas y comunicadores especializados. Se realizarán catas a ciegas bajo un sistema de puntuación sobre cien puntos que permitirá otorgar medallas y acreditaciones de calidad a las bodegas participantes.
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