Coravin: La revolución silenciosa del vino por copa

Creado por Greg Lambrecht, el sistema extrae vino sin abrir la botella y evita la oxidación

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Lunes 01 de Septiembre de 2025

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En el mundo del vino hay innovaciones que pasan desapercibidas y otras que cambian para siempre nuestra manera de disfrutarlo. Coravin pertenece a este segundo grupo.
Lo que nació en 1999 como un prototipo casero ideado por Greg Lambrecht, ingeniero de profesión y amante del vino, hoy se ha convertido en una herramienta imprescindible en la restauración y, poco a poco, también en los hogares de los aficionados al vino, accesible y sencillo.

He tenido el privilegio de conocer personalmente a Greg Lambrecht y descubrir esa pasión convertida en un hecho, escucharle y sacar conclusiones me ha hecho ver lo importante que es disfrutar de una copa de vino de calidad, en un entorno de amigos, familia, o laboralmente, siempre digo que cada vino tiene su momento y es un gran compañero de amistades.

Vemos como el consumo del vino no llega como nos gustaria a las nuevas generenaciones, que lo consideran friki, dificil y con muchos tecnicismos, quizás este descubrimiento nos acerque a llegar a las nuevas generaciones para transmitirles la cultura del vino y que puedan disfrutar de la misma sin agobios, ni etiquetas.

Un origen sencillo, una idea brillante

La chispa surgió de una frustración muy común: abrir una botella y no terminarla. Greg diseñó un dispositivo capaz de extraer vino sin descorchar, manteniendo el resto intacto. Aquella noche probó cinco vinos distintos; al día siguiente, otros cinco.

Tras 12 años de pruebas, ajustes y catas comparativas, el primer Coravin vio la luz. La fórmula era tan simple como ingeniosa: una aguja atraviesa el corcho, el vino fluye y el oxígeno se sustituye por gas argón. Resultado: la botella sigue cerrada y el vino, protegido.

Se acabó la frustración por tener que abrir botellas que luego quedaban a medias, Gracias a Greg pudo servirse una copa sin descorchar, y al día siguiente probar vinos completamente distintos sin preocuparse de que se estropearan. Esa libertad, poder disfrutar de cualquier vino de su colección, en cualquier momento, sin límites, fue el germen de Coravin.

Una nueva manera de disfrutar una copa de vino

La esencia de Coravin es simple pero poderosa: insertar una aguja ultra fina a través del corcho, extraer vino y sustituir el oxígeno por gas argón. Así, la botella permanece sellada y el vino protegido de la oxidación. La consecuencia es una nueva forma de consumir: no se abre una botella "para acabarla", sino para disfrutar una copa. Esto ha transformado los hábitos de miles de amantes del vino, que ahora pueden descorchar mentalmente cualquier etiqueta de su bodega sin miedo al desperdicio.

Impacto en la restauración

Pero quizá donde más se ha hecho visible su impacto es en los restaurantes. En ciudades como Barcelona, Londres, Tokio o Nueva York, la incorporación de Coravin ha supuesto un cambio radical en la oferta y en la economía del vino por copa. Sentarte en la mesa y poder disfrutar de un espumoso de aperitivo, seguido de diferentes copas, ya sea blanco, tinto es como descorchar la añada completa de una bodega, inimaginable.

Los datos hablan por sí solos: aumentos de hasta un 248 % en ventas por copa, reducción drástica del desperdicio y mejora de márgenes. Sommeliers de prestigio reconocen que, en muchos casos, "el vino paga la cocina". Es decir, que la rentabilidad de la bebida sostiene la estructura del restaurante. Con Coravin, la carta por copas se amplía con referencias que antes parecían imposibles: grandes vinos, espumosos de prestigio, ediciones limitadas... Todo con la garantía de servirlos siempre en condiciones óptimas.

Dato clave: Hoy en día resulta difícil encontrar un restaurante con estrella Michelin que no utilice Coravin en su servicio de sala.

De la alta cocina a la mesa de tu casa

Aunque se implató en los restaurantes de la alta gastronomía, Coravin empieza a conquistar también los hogares. Al igual que Nespresso cambió la relación con el café, o Spotify con la música, este propone una nueva manera de entender el vino en casa: variada, libre y adaptada a cada ocasión. Abrir un blanco, un rosado y un espumoso en una misma cena deja de ser un derroche para convertirse en un placer cotidiano.

Greg Lambrecht lo resume con un ejemplo personal: en su casa siempre tiene seis botellas de champán abiertas, y cada día él y su esposa se sirven una copa diferente. Esa experiencia de libertad, poder disfrutar de lo que apetece en cada momento sin pensar en la conservación, es lo que la marca quiere trasladar a todos los consumidores.

Más que una herramienta, una nueva cultura del Vino

Sin embargo, Coravin no es solo una herramienta. Es también una invitación a construir experiencias alrededor del vino. Quienes lo utilizan con éxito en la restauración coinciden: no basta con tener el dispositivo, hay que integrarlo en la propuesta gastronómica. Presentar una carta por copas más diversa, educar al cliente, animar a probar vinos únicos... Todo ello convierte cada servicio en una oportunidad de aprendizaje y disfrute.
El fenómeno es tan fuerte que hoy resulta difícil encontrar un restaurante con estrella Michelin que no trabaje con Coravin. Y lo mismo ocurre en bodegas y enoturismo, donde el dispositivo abre nuevas posibilidades de cata sin comprometer botellas valiosas.

"Coravin no preserva botellas. Libera experiencias."

El futuro del vino por copa

Lo interesante de esta revolución es que no se trata solo de tecnología, sino de un cambio cultural. Durante siglos, abrir una botella de vino era un acto de consumo total: una decisión que implicaba acabarla o asumir la pérdida. Hoy, gracias a Coravin, se impone la lógica de la flexibilidad y la exploración. Un vino deja de ser "una botella" para convertirse en una suma de copas, de momentos y de experiencias compartidas.


Este cambio está teniendo consecuencias profundas. En el sector profesional, permite ofrecer mayor calidad y variedad, aumenta la rentabilidad y reduce costes. En el ámbito doméstico, democratiza el acceso a vinos de mayor nivel y fomenta una relación más cercana y educativa con la cultura vinícola.

Los datos globales lo confirman: el consumo de vino en botella desciende en todo el mundo, pero el de Coravin sigue creciendo. ¿La explicación? Se bebe menos, pero con mayor calidad. Y, sobre todo, se bebe por copas.

El futuro del vino pasa por ahí: menos rigidez, más experiencias. Y en ese escenario, Coravin ya es mucho más que un dispositivo. Es una nueva forma de entender el vino.

Conclusión

Coravin no es simplemente un dispositivo para preservar vino. Es, en muchos sentidos, una nueva gramática del vino. Una manera distinta de escribir nuestras experiencias alrededor de la copa, sin las ataduras del pasado y con la curiosidad como motor.

Tal vez por eso muchos lo comparan con Spotify o con Nespresso: porque ha logrado que lo extraordinario se convierta en cotidiano. Y porque nos recuerda que el vino, al final, está hecho para disfrutarse en libertad, copa a copa.

Un artículo de Mar Galván
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