Alcanfor: un refugio de sabores disruptivos y esencia sustentable

Alcanfor no es solo un restaurante; es un rincón de Villa Crespo donde la cocina se vuelve experiencia y los recuerdos se transforman en inspiración

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Domingo 09 de Febrero de 2025

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Alcanfor no es solo un restaurante; es un rincón de Villa Crespo donde la cocina se vuelve experiencia y los recuerdos se transforman en inspiración. Su nombre evoca la infancia de su chef, Julián Galende, y el árbol de alcanfor que crecía en su casa. Ese vínculo con la naturaleza y la memoria se refleja en cada detalle del restaurante: un espacio intimista, iluminado a la luz de las velas, con pocas mesas y una cocina abierta que permite ver el arte detrás de cada plato.

La propuesta gastronómica de Galende es una combinación de creatividad, técnica y sostenibilidad. En Alcanfor, nada se desperdicia; incluso las cartas del menú están hechas con material reciclado de restos de comida, y la carta de vinos, elaborada con cajas de vino reutilizadas.

La noche comenzó con una selección de entradas que desafiaban las expectativas y exaltaban los sentidos. Probé remolachas en croûte de sal con ciruelas frescas y fermentadas, semillas de girasol y vinagreta de balsámico, una combinación que equilibraba dulzura y acidez con precisión. Luego, llegaron los tomates reliquia con vinagreta de arroz, ketchup de algas, avellanas y dashi de tomate: un plato vibrante y lleno de umami.

Las cebollas greñot glaseadas en miel de caña, acompañadas de chutney de damascos y queso de cabra, fueron una sorpresa exquisita. Y los langostinos con puré de apio, arándanos en pickle y vinagreta de sauco confirmaron el sello de la casa: combinaciones inesperadas que funcionan a la perfección.

Platos principales con alma y conciencia

Para los principales, la propuesta fue tan provocativa como reconfortante. Probé un corte de cordero con puré de cebolla blanca, manzana verde y un fondo infusionado con cedrón, una combinación que realzaba la profundidad del cordero con notas herbales y frutales. También degusté una pechuga de pollo grillada, acompañada de espuma de vichyssoise y salsa de puerros, donde la suavidad y el equilibrio de sabores eran protagonistas.

Acompañé estos platos con un Rincón Famoso, un tinto de Bodegas López, blend de Sangiovese, Malbec y Merlot, ideal para quienes buscan un vino clásico. Sin embargo, la carta ofrece una selección diversa de bodegas boutique, perfectas para descubrir y armonizar con cada plato.

Un detalle especial fue la inclusión de un pequeño plato de acompañamiento, elaborado con los ingredientes no utilizados en los principales, reafirmando la filosofía de cocina consciente y sin desperdicio.

Un final dulce y lleno de emoción

El broche de oro llegó con los postres: un sorbet de mango con crema de cajú, jengibre encurtido y maní, refrescante y lleno de matices, y una mousse tibia de chocolate con avellanas y helado de Nutella, que equilibraba intensidad y cremosidad en cada bocado.

Y como toque final, un gesto entrañable: en el toilette, una caramelera con dulces, cortesía de la mamá de Julián, un detalle simple pero lleno de significado.

Alcanfor es más que un restaurante; es un homenaje a la memoria, la creatividad y el compromiso con la gastronomía sustentable. Un lugar donde cada plato cuenta una historia y cada cena se convierte en un momento .

Un artículo de Jocelyn Dominguez
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