El mercado del vino en EE.UU. muestra una preocupante situación

Las cifras más recientes del mercado de bebidas alcohólicas en Estados Unidos confirman un panorama preocupante para la industria del vino. Según datos de IWSR, proveedor global de análisis y estadísticas del sector, el volumen de ventas de bebidas alcohólicas ha disminuido más de lo esperado en los primeros siete meses de este año. La contracción general se ha situado en un -2,8%, una caída más pronunciada que el descenso del -1,9% que los analistas habían anticipado. Sin embargo, los números para el vino son incluso peores, con una disminución del -4%, afectando especialmente a mercados clave.

En Nueva York, por ejemplo, los volúmenes han caído un -5%, y otros estados como Washington, D.C., Idaho, Kansas, Maryland y Oregón también reportaron caídas superiores al -5%. El único estado con un descenso menos severo ha sido Nuevo México, donde las ventas se redujeron un -2%, lo que, aunque negativo, no es lo peor del sector.

El informe de SipSource de la Wine & Spirits Wholesalers of America, que analiza datos de ventas de 450,000 minoristas en todo el país, ha registrado una caída del -8% en el volumen de ventas, lo que resalta las dificultades que sufre la industria. Uno de los puntos de debate más relevantes ha sido el impacto en los vinos de precios más altos, que hasta hace poco se consideraban una apuesta segura. Según Dale Stratton, analista de SipSource, el fenómeno conocido como "premiumización", que impulsaba el crecimiento de las ventas, ahora soporta una presión significativa en un mercado en contracción. Por ejemplo, el segmento de licores en bares y restaurantes con precios superiores a 100 dólares ha sufrido una caída del -12,5%, y los vinos en la franja de 50 a 99,99 dólares han visto un descenso más moderado del -3,9% en el consumo dentro de locales.

El segmento fuera del ámbito de la restauración no ha escapado a esta tendencia, con una reducción del -8,5% en las ventas de vinos de más de 100 dólares, un dato relevante ya que aproximadamente el 80% del volumen de vino en Estados Unidos se consume fuera de establecimientos.

Incluso gigantes como LVMH, con su histórica fortaleza en vinos y champán, han reportado un descenso global del -7% en ventas durante los primeros nueve meses del año, según datos de la compañía.

Sin embargo, no todo es negativo. Dentro de este escenario, se han detectado algunas áreas de crecimiento. Las ventas de Prosecco han aumentado un 2%, y los vinos en el rango de 50 a 100 dólares han mostrado un leve incremento del 1%, con vinos estadounidenses en esta franja que han crecido un 3%. En el ámbito de los coleccionistas, los blancos de Borgoña han aumentado un 9% año tras año, y los Chardonnays de Oregón están ganando terreno.

Sin embargo, el segmento que muestra un crecimiento sin ambigüedades es el de los vinos sin alcohol. La pandemia ha acelerado el crecimiento de este sector, que ha experimentado un aumento a dos dígitos en 2023, según la agencia IRI. Los consumidores no están sustituyendo necesariamente el vino con alcohol, sino complementando su consumo en un momento actual de tendencia hacia la moderación y salud. IRI informa que las tres opciones más populares de vino sin alcohol son Chardonnay, Sauvignon Blanc y rosé, lo que refleja tendencias similares a las de los vinos tradicionales.

Así las cosas, aunque la industria debe sortear grandes obstáculos y hacer encaje de bolillos para salir adelante, hay indicios de esperanza en ciertos nichos de mercado. Los próximos meses, marcados por la temporada de fiestas y la posibilidad de una mejora en la confianza del consumidor, podrían ofrecer una oportunidad para la recuperación. El segmento de vinos de alta gama y las inversiones en Champagne podrían seguir mostrando resistencia, mientras que los actores de la industria buscan adaptarse a estas nuevas realidades.