Martes 24 de Septiembre de 2024
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La vendimia de 2024 en la región de Champagne ha puesto de manifiesto la toma de conciencia de la industria frente a las difíciles condiciones que sufren los vendimiadores temporales. El reto de reclutar y alojar a 120.000 trabajadores estacionales para cosechar a mano 34.000 hectáreas de viñedos ha movilizado a la filière para proteger su reputación, especialmente tras los incidentes de 2023, cuando se cerraron alojamientos considerados insalubres y cuatro vendimiadores perdieron la vida durante una ola de calor. En respuesta, la industria ha reforzado su enfoque en la mejora de las condiciones laborales, incluyendo alojamiento, seguridad y contratación.
En el pequeño pueblo de Igny-Comblizy, en la región de la Marne, la CGT ha distribuido folletos informativos a los trabajadores estacionales, muchos provenientes de Europa del Este. El sindicato, que se desplaza por las comunas de la región con un camión rojo, ha proporcionado esta información en ocho idiomas diferentes, recordando a los trabajadores sus derechos, tales como el salario mínimo, el número máximo de horas de trabajo y las pausas obligatorias. Esta campaña busca hacer frente a las malas condiciones de trabajo que surgieron el año anterior, cuando tres alojamientos colectivos fueron cerrados por las autoridades debido a su estado "indigno" y "peligroso", lo que afectó negativamente a la imagen del sector, según David Chatillon, copresidente del Comité Champagne.
Como parte de las investigaciones que siguieron a esos cierres, dos casos relacionados con trata de personas fueron abiertos por el tribunal de Châlons-en-Champagne. Una empresa de servicios y su gerente serán juzgados en marzo de 2025, mientras que la segunda investigación continúa en curso. Estos eventos, sumados a las muertes de cuatro trabajadores en 2023 debido a las altas temperaturas, han intensificado las medidas de control dentro de la industria.
El alojamiento ha sido identificado como uno de los principales puntos de mejora. Según José Blanco, secretario general del sindicato interprofesional de la CGT del Champagne, aunque ha habido progresos, todavía se encuentran "campamentos improvisados en los bosques". Blanco atribuye parte de la culpa a la nueva generación de viticultores, que, según él, se ha desentendido de la responsabilidad de proporcionar alojamiento adecuado a los vendimiadores, contratando en su lugar a empresas externas para encargarse de la cosecha. Maxime Toubart, presidente del sindicato de viticultores, ha señalado que las estrictas normas impuestas por el Estado, como la exigencia de una superficie mínima de 4,5 metros cuadrados por trabajador, dificultan que los viticultores puedan cumplir con estos requisitos. Sin embargo, la supervisión de las condiciones de alojamiento, contratación y seguridad se ha convertido en un pilar clave del plan de acción adoptado tras las irregularidades detectadas el año anterior.
Algunas casas de Champagne, como Veuve Clicquot, han intensificado sus controles sobre los contratistas encargados de gestionar la vendimia, mientras que otras, como Moët & Chandon, han optado por alojar a gran parte de sus vendimiadores en instalaciones propias. Esta última alberga a 1.900 trabajadores en sus locales, brindándoles comodidades como dormitorios, sanitarios, servicios de lavandería, y sesiones de fisioterapia, con el fin de mejorar la experiencia laboral y atraer más trabajadores. El objetivo es crear condiciones laborales atractivas para garantizar que los vendimiadores no solo vengan, sino que deseen regresar en futuras campañas. La casa Moët & Chandon, por ejemplo, ofrece un salario bruto que oscila entre los 1.200 y 2.000 euros por una media de 10 días de trabajo.
Sin embargo, la CGT ha criticado el creciente uso de trabajadores extranjeros, argumentando que esto ha contribuido a la reducción de salarios. Toubart, en contraste, ha destacado las dificultades que existen para atraer mano de obra suficiente y ha asegurado que no hay diferenciación salarial entre los trabajadores locales y los extranjeros. Señala además que la imagen de la denominación Champagne está en juego y que no conviene comprometer las condiciones laborales, ya que cualquier mal manejo podría dañar la reputación global de la industria.
En esta campaña de 2024, la prefectura de la Marne ha desplegado un equipo de 22 inspectores de trabajo y 84 gendarmes para supervisar el desarrollo de la vendimia, con el objetivo de asegurar que las condiciones laborales sean respetadas. Esta presencia refuerza la idea de que toda la filière de Champagne está comprometida en mejorar la situación y prevenir que se repitan los errores del pasado, tratando de recuperar la confianza perdida tras los trágicos eventos de 2023.
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