Jesús Acha 2016, el gran blanco de Vintae

A finales de mayo tuve el inmenso placer de viajar hasta localidad riojana de Cárdenas, previa escala en Baradán (ya...

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Martes 06 de Junio de 2023

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A finales de mayo tuve el inmenso placer de viajar hasta localidad riojana de Cárdenas, previa escala en Baradán (ya sabes:"Baradán, vino, chorizo y pan") pueblo donde fui bienvenido y bien bebido, gracias a esa ejemplar costumbre riojana de tratar de maravilla al forastero. Lo dicho, acepté ir hasta esas tierras para conocer de primera mano una interesante novedad de Vintae, y he de reconocer que me volví para mi Benavente con mucho más de lo que podía imaginarme, incluso una resaca emocional que aún sufro y disfruto, ya que regresa en este mismo instante en que taconeo el teclado, regalándome recuerdos mágicos de dos días que ya forman parte de mi memoria.

Todo ello gracias a Savoir Faire, esa maravillosa y recomendable agencia de comunicación, que siempre está a la altura de las marcas que se ponen en sus manos, tanto por su profesionalidad y poder de conexión, como por su sensibilidad con lo bueno, lo sabroso y lo elegante.

Antes de contarte dicha novedad, me gustaría recordarte que Vintae es una de esas casas que maneja a la perfección el equilibrio entre el marketing y el buen vino, que es ya por méritos propios una gran compañía vitivinícola, presente en varias zonas españolas, y que cada añada aprueba con nota la vital asignatura de "El vino no solo hay que saber hacerlo, también hay que saber venderlo".

La razón de mi viaje fue una encantadora viña localizada en Cárdenas (Alto Najerilla riojano) que lleva por nombre <Senda de Haro>, la cual no llega a media hectárea, data de 1912 y tiene un vínculo tremendamente especial con las personas, sobre todo con una, el apasionado viticultor Jesús Acha, para quien fue "la viña de sus ojos" hasta el último instante de su vida, ya que el destino quiso que el tic tac de su corazón se detuviera, en 2017, en esta misma viña.

Y allí fue, en la Senda de Haro, donde Raúl Acha (hijo de Jesús y director técnico de Vintae) y Richi Arambarri (CEO de Vintae) mostraron con orgullo su gran blanco Jesús Acha 2016, dentro del proyecto Viñedos el Pacto. Un vino repleto de personalidad, con una historia que contar, que muestra sin complejos de donde viene y que tiene delicadeza y grandeza a partes iguales. Una finísima interpretación de la Viura, que va acompañada, ligeramente, de Malvasía, Jaina y Garnacha blanca todas ellas de la misma parcela. Un vino bien trabajado, con larga crianza combinada en tinaja y bocoy, y que sin prisa a engrandecido después en botella.

Un impecable y gran blanco de guarda y disfrute, que deja muy claro que en esta casa se hacen vinos sinceros y honestos con su origen, y son reflejo de las maravillosas personas que han trabajado con razón y corazón para hacer disfrutar a los demás.

No me gustaría terminar sin mostrar mi profunda convicción de que el mundo del vino necesita gente como Richi y Raúl, ¡qué delicia de personas!, dos profesionales con las que se conecta desde el minuto uno, que tienen capacidad y lo muestran con soltura y generosidad. Son incansables y tienen un "rollo contagioso" que va directo a la gente y rebota en la copa. Mantienen un discurso rabiosamente positivo a favor del vino, de acercar su cultura a la gente joven y al consumo desenfadado y casual. Y tienen la pericia, y el mérito, de llamar también la atención de los consumidores más clásicos, para bien o para mal, los cuales disfrutan de sus vinos, al tiempo que se sienten más modernos, y por qué no, más jóvenes.

Lo dicho, no pierdas de vista Jesús Acha 2016, el gran blanco de Viñedos el Pacto, un sincero homenaje a una persona que vivió por y para la viña.

¡volveré!

Foto: Viñedos el Pacto-Vintae

Un artículo de Marcelino Calvo
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