Bébete una Navidad diferente: qué vinos comprar esta Navidad

Además de las clásicas burbujas, debemos tener en cuenta la posibilidad de comprar otro tipo de vinos para estas fechas de buena mesa y reencuentros. Aquí os dejamos unos cuantos ejemplos.

Javier Campo

Miércoles 07 de Diciembre de 2022

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Las compras navideñas ya han empezado. De hecho, hay gente que ya hace tiempo que va comprando cosas y las va "archivando" en la despensa y el congelador cosas que, después suelen sobrar y nos las seguimos comiendo en marzo. Sin embargo, en lo que al vino se refiere, no tenemos las mismas prioridades y suelen pasar dos cosas: que te esperes a ver que viene de vino en la cesta de navidad o que compres algunas botellas a ultima hora. La primera, a veces, es una aventura, porque la calidad de lo que se pone en las cestas es cuestionable. La segunda implica la compra de un blanquito, un tinto clásico y las imprescindibles burbujas para el postre que casi nunca encajan con este.

¿Qué os parece si rompemos algunos clásicos y nos vamos a la tienda y compramos alguna cosita interesante? Venga pues.

Aperitivos: espumoso rosado con barrica, un generoso o un rebujito

Empezamos por los aperitivos. Como siempre, suelen ser muchos y muy variados. Langostinos, canapés, patés, embutidos, encurtidos, ahumados... ufffffff que montón de cosas, sabores y texturas. ¿Nos tomamos un espumoso rosado con pase por barrica? o ¿Nos tomamos un vino generoso como por ejemplo un fino? "es que a mi no me gustan esos vinos tan fuertes". Venga, vale. Tengamos una botella de soda dulce para preparar un "rebujito" que va a ser mucho más amable para los no iniciados en generosos.

Cenas y comidas: un vino blanco con larga crianza o un vino tinto joven y fresco

La continuación de las cenas o comidas navideñas son variopintas y tremendamente amplias en cuanto a las opciones se refiere. Nos podemos encontrar con sopas (de carne o pescado), canelones (clásicos y no tanto), mariscos y crustáceos varios en varias recetas diferentes, pescados múltiples y carnes típicas o buscadas.... Muchas cosas ¿sí? Vamos a tener un par de opciones abiertas en la mesa y que cada uno se beba lo que más le gusta. Es muy típico el tomar un blanco joven y un tinto con crianza. Pues vamos a hacerlo al revés.

¿Qué tal si buscamos un blanco con una buena y larga crianza? Podemos jugar con las variedades y con los elementos de la crianza: madera, hormigón, ánforas... Algo que sea lo suficientemente gastronómico y estructurado como para disfrutar de muchas cosas sin que sea un vino tinto. Y si del tinto hablamos, ¿Qué os parece el coger un vino tinto joven sin crianza y fresco en el que predomine la fruta? Nos va a aportar ligereza y contraste con la contundencia de muchos platos de carne (o de pescado) y se nos va a hacer todo más llevadero y menos pesado.

Postres: espumoso semidulce, generoso de licor, vodka o sidra de segunda fermentación en botella

Los postres. También son muy variados y cuando pensábamos que ya no había nada más nos sacan polvorones, turrones, bombones, frutos secos y Dios sabe que más cosas garrapiñadas y hipercalóricas. Toma ya!!.

Pues para los que les van los espumosos, vamos a los espumosos. Pero, por favor, no elijamos un brut nature y tomemos un brut o un semi dulce que hay auténticas joyas que se han dejado de consumir incomprensiblemente. Otra opción es tomar un generoso de licor como por ejemplo un cream. ¿Que en lugar de en copa prefieres tomarlo con hielo y en vaso tipo on the rocks? Genial!. Para los que son más atrevidos, podemos irnos a un destilado bien frio como el vodka o para los clásicos, una sidra, pero de las excelentes que se hacen en segunda fermentación en botella.

¿Qué no había opciones? Claro que las hay. Bébete una Navidad diferente.

Ho, ho, ho!

Javier Campo
Sumiller y escritor de vinos
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