Ruta de los viñedos olvidados: Asturias, rutas y viñedos de alta montaña

En las jornadas anteriores recorriendo Cantabria descubríamos la dispersión de sus bodegas y la variedad tanto en sus vinos como...

David Manso

Viernes 16 de Julio de 2021

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En las jornadas anteriores recorriendo Cantabria descubríamos la dispersión de sus bodegas y la variedad tanto en sus vinos como en las variedades cultivadas. Ya en Asturias, un territorio donde la sidra acapara el protagonismo, el vino busca su espacio. Así, encontramos varias zonas que recogen la producción de vinos, la mayoría lindando con la provincia de Lugo, centralizándose y siendo su sede principal Cangas del Narcea. Unos vinos con identidad propia gracias a las variedades autóctonas, a un clima más somero y a su aislamiento.

En el cuarto día de ruta me despedía de Potes y con ello de los vinos cántabros. Una nueva comunidad, Asturias, me esperaba. Pongo rumbo a Gijón para hacer noche, tengamos en cuenta que desde Potes a Cangas del Narcea por nacional tenemos cinco horas de conducción. Una parada obligada, y más si viajas en moto, es subir el Fito y disfrutar de las vistas que apuntan tanto al mar y como a la montaña. Llegado a Gijón, cena en un restaurante típico asturiano, Casa Corujo, productos de la tierra, buena carne, mariscos y pescados del Cantábrico son fijos en su carta, al igual que una gran variedad en vinos de diferentes localizaciones. Recuperadas las fuerzas toca descansar para afrontar una nueva jornada.

Amanece, con los primeros rayos del sol parto dirección Cangas del Narcea, el día va ha ser intenso y prefiero madrugar e ir con tiempo. La diversión pronto empieza, nada más dejar la AS-370 y ver el cartel que indica Monasterio de Corias. Rotonda y una carretera con 50 km. por delante remontando el Narcea llena de curvas y bonitos paisajes. Llego al Monasterio, no es mi primera visita, dos años atrás recorrí estos parajes, en esa ocasión mi visita fue sobre cuatro ruedas, algo menos atractiva en la parte viajera. Segunda vez en esta ruta, y no será la última, que una edificación religiosa aparece en nuestro camino. La importancia de la llegada del cristianismo a la zona, siglo XII en este caso con la fundación del Monasterio de San Juan Bautista de Corias, supone un punto de inflexión en la viticultura de la zona. Satisfacer las necesidades de la propia comunidad, lo monjes son consumidores de vino, y los oficios de la liturgia principales causas. Hoy, el monasterio es a su vez parador y también bodega, Monasterio de Corias. Esta última visitable y con oferta de enoturismo.

Repito anfitriona, un placer nuevamente compartir jornada con Alicia García, Directora Técnica de la DOP Vinos de Cangas. Con ella recorro viñedos de vértigo en diferentes localizaciones, de esos que hay que ir de poste en poste para no rodar pendiente abajo. Cangas pertenece a esa llamada "viticultura heroica", y no es de extrañar. Amplios y verdes valles rodean los viñedos. Según avanzamos por la cornisa cantábrica hacia occidente los macizos montañosos se suavizan. Alicia me cuenta la importancia del trabajo que vienen realizando con variedades autóctonas (albarín, verdejo negro, carrasquín,...etc.) como elemento diferenciador, junto a un particular clima y la orografía, circunstancias estas que se verán reflejadas en sus vinos. Me cuenta con satisfacción la incorporación de nuevas ha. de viñedo en la zona de Ibias a la denominación, y a su vez recibo la noticia con alegría al saber que esos viñedos olvidados buscados en mi ruta van siendo recuperados.

Parte del enoturismo es disfrutar de la gastronomía típica de la zona acompañada de sus vinos, Para ello, Alicia propone un emplazamiento del que faltan palabras para describirlo. El Alto del Acebo acoge dos restaurantes, el del santuario que encontraremos al coronarlo, y otro pegado a él. Será en este último, en Restaurante del Río, donde sentado frente a unas impresionantes vistas degusto los productos de la tierra acompañado de uno de los vinos nacidos de estos valles. Una sola copa ya que hay que conducir y que sinceramente sabe a poco, pero es lo que hay. La finalidad del viaje no es beber, sino conocer, dar a conocer, y después, cuando no haya que conducir o al regreso, disfrutar de lo conocido, revivir los conocimientos y experiencias a través del vino.

 

Continúo ruta de camino a mi siguiente destino. Para ello haré descanso en un lugar ya conocido por mí, en los Oscos. Para llegar hasta allí he diseñado la ruta que quizás sea la más motera e impactante de todas. Retomo camino de salida de Cangas, pasado el Puente del Infierno tomo dirección Pola de Allande para después subir el mítico Puerto del Palo. Nuevamente las increíbles vistas y la carretera son algo difícil de compaginar. Bajado el puerto el GPS me lleva hasta Pesoz para visitar su Museo Etnográfico donde el vino está muy presente. Allí, a 80 km. de distancia conocemos cómo es la elaboración del vino, sus suelos y los utensilios empleados tanto en su elaboración como en las tareas en el viñedo, además de las costumbres, tradiciones y vida de sus habitantes. Pesoz localizándose a esa mencionada distancia y estar pegando a su vecina Galicia pertenece a la DOP Cangas.

Museo Etnográfico

Un día increíble, una jornada maratoniana que se queda corta por su intensidad, los bonitos paisajes y viñedos, por la buena gastronomía de esta zona del occidental asturiano. Antes de pasar a nuestra última comunidad, Galicia, descanso en un lugar el cual visité una década atrás. Casa Pedro en Santa Eulalia de Oscos. Por aquel entonces descubrí las elaboraciones caseras en tintos de mencia, hoy toca disfrutar de nuevos vinos. Mientras desarrollaba la ruta me llegó la información de la creación de una nueva IGP Gallega apenas a 30 km de los Oscos, la quinta en este caso, Terras do Navia. No está previsto mi paso en esta "Ruta de los viñedos olvidados", pero quería de alguna manera tenerla presente. Pedro amablemente me abre dos elaboraciones de la Bodega Manuel Cancio durante la cena para que los cate. Panchín blanco de branco lexítimo y Panchín tinto cosecha de mencia y merenzao, registrados como vinos de mesa al carecer todavía de denominación. Dos vinos de baja graduación, apenas 12º, con buena estructura, frescura y la acidez que caracteriza a los vinos del norte peninsular, un avance a las variedades que nos encontraremos en nuestro siguiente destino. Galicia.

David Manso
Licenciado en Marketing y apasionado del vino.
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