Las Moradas de San Martín, vinos con alma desde la Sierra de Gredos

En esta bodega, ideal para disfrutar del enoturismo al aire libre, encontramos cuidadas elaboraciones que apuestan por la sostenibilidad y las variedades autóctonas, con la garnacha como gran protagonista

Carmen Fernández

Jueves 13 de Febrero de 2020

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Amparados dentro de la denominación de origen Vinos de Madrid, encontramos una bodega que lleva más de dos décadas trabajando en la recuperación y elaboración de vinos respetuosos con su entorno, Las Moradas de San Martín. La bodega, que toma nombre del territorio en el que se ubica, San Martín de Valdeiglesias, y de la última obra de Santa Teresa de Jesús, 'Las Moradas', representa así la apuesta y el compromiso por el futuro de las personas y de esta tierra.

Aquí, la garnacha es la reina indiscutible, pero desde Las Moradas también se trabaja por la recuperación del albillo real, una variedad blanca tradicionalmente cultivada en la zona y de la que hoy hay muy poca existencia, que les permite elaborar un monovarietal que lleva el mismo nombre que su variedad, obtenido de viñedos plantados durante 1930-1940.

Así, la bodega madrileña trabaja en la elaboración de vinos fieles a su origen, al pago y al entorno natural de la Sierra de Gredos en el que se ubica, cerca de Toledo y Ávila. Parcelas cultivadas en altura, donde garnachas jóvenes y centenarias salpican el terreno. Aquí nacen unos vinos donde la tierra, la historia y la esencia de este territorio son los absolutos protagonistas en esta bodega, de la que surgen vinos de singular personalidad y elevada calidad, gracias al clima y a las condiciones especiales del suelo en el que nacen. Los viñedos están situados a 870 metros donde el terreno granítico puro es más pobre que en los valles, y donde la garnacha regula su producción y es capaz de madurar lentamente, proporcionando vinos elegantes y equilibrados de gran calidad.

Escuchando la garnacha

Las instalaciones de la bodega son sencillas, tradicionales y prácticas, con capacidad para producir unas 80.000 botellas por añada, aunque actualmente la producción es menor. El respeto al medio y la búsqueda de la máxima calidad, aplicando criterios de viticultura sostenible, ha llevado a esta bodega a vinificar cada variedad por separado, teniendo en cuenta las características de cada pago del que se obtienen y trabajando con levaduras propias de la uva, sin ningún aditivo. "Utilizamos únicamente los recursos que nos proporciona la naturaleza, escuchamos a la garnacha para trabajarla como ella nos dicta, realizando una vendimia manual y prácticas ecológicas", explican desde el departamento de Viticultura de Las Moradas, que actualmente cuenta con la certificación de cultivo orgánico y biodinámico.

Además del albillo real, en Las Moradas elaboran otras cuatro referencias: Senda, Initio, La Sabina y Las Luces, todos ellos con certificación de vino vegano y elaboradas a base de garnacha de diferentes edades. Elaboraciones minimalistas y artesanales para darle todo el protagonismo posible a esta variedad. En el caso de Las Luces, su vino más exclusivo y singular, se elabora a partir de una única parcela de garnachas centenarias. "Es un vino muy complejo, una elaboración que sólo puede hacerse cuando la climatología y las añadas te regalan esta oportunidad de elaborar grandes vinos", explican. De hecho, desde 2005 a 2017 sólo se han comercializado cuatro añadas de este vino.

Además, el elemento cultural se convierte en elemento conductor y vertebrador de esta bodega, que ha querido hacer un guiño a nuestra cultura literaria a través de las etiquetas que visten sus vinos, recordándonos que los vinos de San Martín, famosos ya en el XV, fueron citados por los más importantes escritores del Siglo de Oro español, como Tirso de Molina, Jorge Manrique o Cervantes. Una unión tierra-historia-literatura que se materializa en las etiquetas de estos vinos, en las que se pueden leer extractos de relatos literarios creados para Las Moradas por importantes escritores contemporáneos como Ángeles Caso, Lorenzo Silva, Marta Rivera, Ramón Acín, Óscar Sipán, Luz Gabás y Luis Zueco. De este modo, se recalca la vinculación de estos vinos con su carácter de autor y su artística elaboración a través de un proceso artesanal y casi tan manual como el del propio escritor, buscando trasmitir la esencia de este territorio.

Enoturismo todo el año

Una esencia que podremos descubrir con todos nuestros sentidos si tenemos la oportunidad de visitar los viñedos de Las Moradas, situados en un espectacular paisaje de enorme riqueza natural. Y es que la bodega ofrece una completa oferta enoturística a lo largo de todo el año enfocada a trasladar al visitante al paraje natural, a la tierra y el respeto por el entorno.

Así, Las Moradas es la búsqueda de la calidad y la diferenciación de unos vinos en los que se plasma a la perfección la esencia de la garnacha de Gredos de la forma más natural y respetuosa posible.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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