Capricho de Merenzao: voluntad inquebrantable

Hacer un vino en Ribeira Sacra es un acto de heroísmo por su orografía. Pero además, hacer un tinto en una Galicia de blancos, se convierte en un acto de fe

Javier Campo

Martes 19 de Julio de 2016

Compártelo

Leído › 7140 veces

Así es Capricho de Merenzao, una auténtica bomba. Adega Ponte da Boga está situada en un paraje de belleza incontestable, con una orientación hacia al sol, lo que confiere singularidad a sus vinos. El rio Sil se convierte en testigo del trabajo de los agricultores que luchan contra las escarpadas laderas del Gran Cañón para trasportar una caja de ésta variedad, la Merenzao. Completa el coupage la sousón, la brancellao y la Mencía, en un 15% más. Delicada selección del fruto que pasa 10 meses en barricas usadas de roble francés bajo la atenta mirada de Rubén Pérez y Dominique Roujou.

Así, la combinación de las variedades autóctonas, el clima atlántico y el terruño conformado por grava, pizarra y esquisto, confluyen en el resultado de un vino goloso y singular.

Tiene un color de cereza con capa media y densidad ligera cuando lo escanciamos en la copa. A copa parada, aromas un tanto metálicos y balsámicos que, en movimiento se combinan con frutos rojos, especies y manteca de cacao. En boca aparecen notas vegetales en medio de una dulce acidez. Tanino moderado y sensación golosa con un final largo y persistente que recuerda al boj y a las frutas rojas. Un regalo de la naturaleza y de quienes no se doblegan ante el esfuerzo.

Javier Campo
Sumiller y escritor de vinos
¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 7140 veces