Blanco tendencia

Normalmente cuando nos iniciamos a beber vino, tomamos tinto. Lo hemos visto siempre como EL vino. El resto, como que...

Miércoles 08 de Junio de 2016

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Normalmente cuando nos iniciamos a beber vino, tomamos tinto. Lo hemos visto siempre como EL vino. El resto, como que son secundarios. Será por haberlo visto en casa desde pequeños, porque sale más en las pelis y se pide más en los bares y restaurantes. España es de de tintos y no se hable mucho más.

A mí me pasó también eso. Cuando me empecé a estudiar este mundillo y a probar todos los vinos que se me ponían a mi alcance, me gustaban los tintos de regiones conocidas por su contundencia, potentes, con cuerpo y madera. Me gustaba la idea de ver el vino en cuestión un toro Miura y tuviera que dominarlo yo al final.

Pero enseguida vi que era todo como muy agresivo y mi paladar podría empezar a resentirse y dejar el tema por sobreexplotación. Así que empecé a aflojar y me empezaron a gustar tintos más ligeritos, más frescos, con los que pudiera notar más fruta y menos tablones (madera). Consideré que iba evolucionando en mis gustos, de lo rústico hacia algo más delicado.

Así llegó un día en que me dije que ya estaba bien de tanto tinto y que por qué no los blancos. Coincidió la época en que empecé a colaborar con una bodega de txakolí de Álava y entonces me dije que eso era lo mío: yo soy de blancos. Fui probando todos los que podía: txakolís, albariños, ribeiros, godellos, viuras, malvasías, airenes etc.

Descubrir las delicadezas de sus aromas frutales, esa pera, manzana, plátano, piña, melocotón, lichi, anises o hinojos, me produce un gran placer en los sentidos. Ese paso de boca más delicado, refrescante, cítricos o incluso ligeramente graso es lo siguiente.

Al seguir estudiando el tema de vino blanco me fui enterando de que precisamente el blanco se estaba poniendo muy de moda, de tal manera que el consumo de blancos en España había subido mucho más que los tintos, hablando en términos relativos, claro está. El tinto sigue mandando.

¿Por qué este auge del blanco en estos últimos tiempos? Se me ocurren algunas razones.

a) los gustos y los paladares se van suavizando. Estamos en plena época "gourment" donde la gastronomía es muy mediática. Los chefs más creativos son casi como Cristiano Ronaldo, saliendo hasta en la prensa rosa.

b) el blanco se considera muy gastronómico ya que gracias a sus delicadezas, marida con todo tipo de productos, desde quesos hasta mariscos pasando incluso por carnes blancas.

c) es más "fácil de beber". Frase manida pero necesaria. El consumidor ahora mismo busca más vinos que no abrumen tanto el paladar y el blanco de corte más moderno, lo consigue.

d) la producción se ha generalizado mucho en todas las regiones. Ahora es posible encontrar blancos de calidad en regiones donde antes era impensable. Una bodega que se precie se esfuerza por ofrecer un buen blanco.

e) la calidad no defrauda incluso donde te lo esperarías. Productores y enólogos se han tomado muy en serio apostar por el blanco. Uvas tan denostadas históricamente como el airén manchego consiguen pasar la prueba. "¿A que no parece airén?", me comentó satisfecha una export manager de una bodega manchega.

En este último punto, me encanta la revolución blanca de Rioja, región tradicionalmente de tinto. Cada vez oímos más eso de "Blancos de Rioja". El descubriendo casual de la mutación de tempranillo blanco nos ha alegrado la vida a los fans de este tipo de vino. Vinos más aromáticos, más frescos y refrescantes, con más nervio, que te alivien del caluroso ambiente es una gran noticia. Se aprecia también una reinvención de la clásica viura riojana, dándole toques más cítricos eliminando esa cierta pesadez grasa que te impedía tomar más de una copa.

Y qué decir de los amigos gallegos, que son los que tiran al alza esta clase de vinos, con esos albariños, ribeiros o godellos. Es admirable el esfuerzo que están haciendo en aumentar exponencialmente su producción, lo que les da una proyección internacional irresistible. ¿Sabían que en Nueva Zelanda, país de blanco por excelencia del Nuevo Mundo, se cultivan variedades de albariño?

Tuve la suerte de preguntar en cierta ocasión a Sarah Jane Evans, Master of Wine, hispanista de los vinos muy reputada, enamorada de Valdeorras, si los vinos atlánticos españoles serían tendencia internacional. "Ya lo son", me dijo sonriente.

Un artículo de Eloy González
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