Jorge Trives: “Los envases de Creating Bags pueden incrementar hasta en un 25% la venta de un vino”

Creatividad, sostenibilidad y exclusividad son los tres pilares fundamentales en los que se sustenta la filosofía de Creating Bags, una empresa, creada hace casi una década que destaca por su capacidad para lanzar nuevos vinos al mercado

Susana Formoso

Martes 25 de Noviembre de 2014

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El jefe de producto, Jorge Trives, indica, en este aspecto, que las ventas pueden subir hasta en un 25% cuando se presenta uno de estos artículos en un envase ecológico, elaborado artesanalmente y con un diseño que marca la diferencia.

¿Cómo surgió la idea de fundar Creating Bags?

La idea surgió hace nueve años a partir de la empresa de mi padre. En ella nos dedicábamos a la venta de tejido yute y, por darle un valor añadido, empezamos a crear envases. Hoy en día es una empresa paralela que se dedica única y exclusivamente a la fabricación de envases, ya no solo de yute, sino también de otras fibras naturales como el algodón. Somos una empresa capaz de fabricar y diseñar envases adaptados a las distintas necesidades de nuestros clientes, que hoy se encuentran con el problema de la diferenciación. Hace unos años se buscaba hacer un producto lo más económico posible y ahora lo que buscan más bien es cómo diferenciar sus productos de los de los competidores llegando a una mayor calidad.

¿Qué valor añadido da el uso de materiales naturales en los envases?

El valor añadido principal es la diferenciación. Hoy en día, los envases que se encuentran son de papel o de plástico, principalmente. En el caso del yute, se ofrece un material distinto, algo a lo que cabe sumar la originalidad y variedad de los modelos que ofrecemos y la posibilidad de fabricarlos a medida es lo que hace que seamos diferentes.

En los últimos años ha bajado el consumo de vino, ¿en qué medida puede contribuir TodoYute a revertir esta tendencia?

En realidad cuando se saca un producto nuevo, nuevas añadas, el productor normalmente está pendiente de que su vino sea bueno y va a intentar venderlo, pero a la hora de llevarlo al mercado es un vino más que compite por precio. Hasta que el consumidor final no lo prueba, no se enamora de su vino. Lo que nosotros pretendemos es que el cliente se fije en esa imagen. Es una forma de que prueben el vino y, si este es bueno, van a volver a comprarlo. Cuando tú vistes la botella, los ojos del consumidor final se van directamente a ese envase. Le llama la atención, lo toca y, en caso de que tenga, por ejemplo, una cena, se lo lleva porque tiene la convicción de que no va a fallar en su elección. El consumidor final también lo quiere para sorprender a invitados.

¿En qué medida pueden incrementar estos envases la intención de compra?

Un buen envase capta la intención de compra y puede incrementar un mínimo de un 20 o un 25% las ventas. Es muy sorprendente. De hecho, hemos comprobado la importancia de este tipo de packaging con uno de nuestros clientes. En un principio, habían elegido nuestro producto como funda corporativa pero ahora no pueden quitar este envase porque, cada vez que lo hacen, bajan un millón y medio de unidades vendidas. Los productores deben darse cuenta que cuando sacan una nueva añada primero hay que captar la atención de compra para que prueben el producto.

Uno de los sectores que se pretende atraer a la cultura del vino es el de los jóvenes. ¿En qué medida contribuyen estos formatos a ello?

Hoy en día, los jóvenes están más concienciados con el medio ambiente que las personas de entre 45 y 50 años. En este caso, cada vez piden más productos ecológicos, que están muy inmersos ya en la cultura europea y que poco a poco se va extendiendo a España. Valoran mucho este tipo de envases, porque también los pueden reutilizar. Además, hay un interés creciente por saber sobre el vino y sus propiedades, que se pueden perder si les da la luz directamente, algo que no ocurre al utilizar nuestros envases. Ya no tienen que utilizar botellas oscuras y el vino mantiene mejor sus propiedades.

¿Cómo se llega a la personalización de los productos?

Por un lado, tenemos una vinoteca o enoteca que nos compran los envases con las medidas estándar que aparecen en la web. Por otro lado, tenemos bodegueros que acuden a ferias y que cuidan más la imagen. Estos últimos, nos mandan la botella o el pack de botellas que quieren y nosotros le hacemos un envase a medida para que le quede bien ajustado y si quieren cualquier variación, también se la podemos realizar. Por otra parte, tenemos otro tipo de mercado que son las catas. Tenemos una gran demanda en este aspecto, porque nuestros envases impiden que se vean las marcas de los vinos que se van a probar y, además, ofrecen una imagen diferente, más sofisticada, a las bodegas. Sobre todo en el caso del yute, está muy relacionado con el vino, porque ambos salen de una planta, de la tierra, por lo que le aporta un empaque muy artesanal y ecológico.

Otra de las líneas abiertas se encuentra en la hostelería, que ofrece a sus clientes la posibilidad de llevarse el vino sobrante en uno de estos envases...

Hay un montón de restaurantes que te dan la posibilidad de probar un vino y, después, te lo puedes llevar. Si el cliente decide llevárselo, lo sorprenden aún más aportando el envase de yute.

Ahora que están a punto de llegar las Navidades, ¿hay mucha más demanda de producto?

Sí. Por ejemplo, dentro de una cesta de Navidad, si se incluye un vino de baja calidad, con una funda de yute se viste mucho más. Para las empresas, como bancos y demás, nos compran para sus aguinaldos o se preparan los envases para que se regalen junto con el vino a las bodegas.

¿Comercializáis principalmente en España?

Lamentablemente, en España es donde menos vendemos, porque aquí aún no hay una concienciación total sobre la importancia de calidad de los vinos, ya que se mira principalmente el precio. Nuestros principales mercados son Italia y Francia, donde sí valoran más estos aspectos.

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