Alberto Sanz Blanco
Sábado 06 de Septiembre de 2025
Entrar en el local de la Calle de Andrés Borrego, 16 es comprobar de primera mano por qué Juancho's BBQ ha pasado de ser una hamburguesería de barrio a convertirse en uno de los nombres más repetidos cuando se habla de las mejores burgers de Madrid. No venimos a descubrir una novedad, sino a constatar una reputación ganada a golpe de carne, pan y carácter. La visita confirma que su propuesta trasciende la moda pasajera y es el resultado de una fórmula sostenida en el tiempo: producto reconocible, ejecución precisa y una personalidad arrolladora que ha sabido conquistar tanto a críticos como a un público cada vez más fiel.
La atmósfera del local en Malasaña no se entiende sin el barrio que lo acoge. El ladrillo visto de la entrada marca un carácter urbano prolongado en un mobiliario sencillo de mesas y sillas altas, cómodas pese a su aparente austeridad. El espacio respira un estilo informal y moderno, pensado para acompañar el ritmo callejero de la zona. A un lado, una cristalera revestida de espejos amplifica la sala; al otro, un mural con pintadas encarna a la perfección el espíritu combativo y alternativo de Malasaña. Todo ello se envuelve con un hilo musical bien escogido, reforzando la propuesta y convirtiendo la experiencia en algo más que comer una hamburguesa: es participar del pulso vital del barrio. La vivencia se potencia con la atención de Clari, profesional cercana y cálida con eficacia impecable. Presente sin resultar invasiva, transmite seguridad en cada gesto y maneja las mesas con decisión y agilidad, logrando un servicio tan lleno de personalidad como la propia propuesta culinaria.
Antes de entrar en lo puramente gastronómico, conviene detenerse en la fiebre por las hamburgueserías de autor, un fenómeno replicado por toda la ciudad. No se trata solo de abrir nuevos locales; lo importante es ver si logran consolidarse con una personalidad clara y un discurso propio en un mercado cada vez más competitivo. Durante años, la hamburguesa estuvo injustamente encasillada en el estereotipo de comida basura: un producto industrial, de escaso valor nutritivo y asociado a cadenas impersonales. La irrupción de propuestas como Juancho's BBQ ha ayudado a derribar esa percepción, demostrando que una burger puede ser tan honesta y disfrutable como cualquier otro plato de cocina urbana bien concebida. Con sus nueve locales en la Comunidad de Madrid, esta cadena además de conquistar paladares ha contribuido a dignificar un formato que hoy se lee en clave de calidad, técnica y autenticidad.
La carta, disponible tanto en formato QR como en papel, es sencilla, bien estructurada y fácil de leer, lo que facilita la elección sin abrumar. Comenzamos por los entrantes y nos decantamos por El Juanchamole: un guacamole casero preparado al momento con aguacate, pico de gallo, lima y totopos. Fresco y cremoso, invita desde el primer instante a dipear. La presentación sorprende por su recipiente hondo y elegante, reflejo del cuidado del local en cada detalle. Se percibe claramente que es casero: en la primera cucharada quizá el sabor no explota del todo, pero al mezclar los ingredientes se alcanza un equilibrio notable. El picante del pico de gallo resulta perfecto, aunque un toque más de cebolla blanca y algo de sal realzaría aún más la mezcla. Otro acierto es la abundancia de totopos, para comer con las manos sin reservas y reforzar la sensación de generosidad del plato.
Si eres fan de las patatas, la carta ofrece la opción de disfrutarlas solas o acompañadas de salsa de cheddar ahumado con bacon bits por encima. En el apartado de frituras también encontramos una propuesta novedosa como las Pickle Fries, pepinillos largos rebozados; las Juanchoquetas, croquetas de carne de buey; y los clásicos Juanchequeños, tequeños rellenos de jalapeño-cheddar o gouda. Todas las opciones reflejan la coherencia de la carta y su intención de ofrecer alternativas atractivas dentro del apartado de entrantes.
Cuando llega el momento de las hamburguesas, se hace evidente por qué Juancho's BBQ ha construido su reputación: la calidad de la carne y la precisión de los ingredientes marcan la diferencia, un nivel que ha sido reconocido por la prestigiosa Guía Repsol con un Solete en su local de Zaragoza. Todas las opciones de la carta comparten este mismo principio, alejándose de la tendencia actual de acumular elementos innecesarios, donde parece que cuanto más, mejor. Aquí se cumple la máxima de que, en gastronomía, a veces menos es más.
No podía faltar en nuestra elección la Bacon Juancheeseburger, reconocida como la Primera Mejor Hamburguesa de España (2019). Se trata de un medallón de 200 g de carne, jugoso y consistente, coronado con cheddar fundido y panceta ibérica macerada al cubata, acompañado de salsa barbacoa. Desde el primer vistazo, la presentación demuestra cuidado: el pan brioche sostiene perfectamente el conjunto, mientras que la mordida resulta muy agradable, con una fusión equilibrada de todos los ingredientes sin que ninguno enmascare al otro. Cada elemento aporta sabor y textura, logrando un conjunto armónico y plenamente disfrutable. Una hamburguesa de corte clásico, con mucho sabor. No se necesita más.
Para quienes buscan salirse de lo habitual, conviene apostar por las opciones nuevas o del mes, como La Caprichosa, resultado de la colaboración con El Capricho, el restaurante leonés con mayor renombre internacional por su exquisita carne de buey. Esta hamburguesa gourmet reúne 220 g de cortes seleccionados de este animal, havarti fundente y cecina premium. Lo que realmente destaca es la carne de altísima calidad, considerada por algunos como la mejor de España: un sabor untuoso y profundo, con notas de umami que permanecen en cada bocado. El havarti aporta suavidad cremosa y la cecina, un toque curado y sabroso, completan un conjunto donde la carne se mantiene como protagonista absoluta, ofreciendo una experiencia gastronómica intensa y memorable.
La carta incluye también otras opciones para todos los gustos: la Chicken Pickle, con contramuslo de corral y pepinillo frito; la Piccolo, la más verde con carne, lechuga y salsa Momami; La Vegeta, opción vegetariana con patty de Heura; La Juanita, con aguacate y pico de gallo con habanero; La Federer, con raclette y guiso de champiñón; y La Trufada, con raclette y trufa recién rallada. Todas mantienen la coherencia y cuidado que caracteriza a la casa. Todas las hamburguesas vienen acompañadas de patatas fritas caseras en aceite de oliva, bien fritas, crujientes y sin exceso de grasa, un complemento perfecto que no necesita más. Además, es posible elegir una entre las ocho salsas disponibles, pensadas para todos los gustos, y así adaptar cada plato al paladar del comensal sin complicaciones.
Y hablando de complicaciones, llegamos al postre, donde de nuevo no hay mucho que pensar: el protagonista es la tarta de queso, un clásico irresistible, casi una religión con muchas ramificaciones según cada cual defienda su versión favorita. La carta ofrece varias opciones: la Clásica 'DeQueso', con base de galleta Lotus y sabor suave; la Tarta de Nocilla 'DeQueso', con crema de chocolate; y la Tarta de Chocolate Blanco y Pistacho, muy cremosa, donde el chocolate blanco no enmascara el intenso sabor del queso. Nosotros optamos por esta última: espectacular en textura y untuosa, aunque el sabor del pistacho resulta demasiado sutil, casi imperceptible, dejando al queso como absoluto protagonista del bocado.
Después de recorrer entrantes, hamburguesas y postres, queda claro que Juancho's BBQ no es solo un lugar para comer bien: es una experiencia que combina calidad, cuidado y personalidad en cada detalle. Desde la atención cercana y resolutiva de Clari hasta la carne de altísima calidad y los postres memorables, todo invita a volver. No es exagerado decir que, tras esta visita, uno ya se siente un "Juanchonista" más, entregado a la filosofía de sabor, técnica y coherencia que ha hecho famosa a la casa.