Miércoles 09 de Abril de 2025
El estado de Chihuahua, en el norte de México, ofrece una combinación de paisajes naturales, historia y cultura indígena. Uno de sus principales atractivos es el sistema de cañones conocido como Barrancas del Cobre, ubicado al suroeste del estado. Este conjunto de siete cañones es más extenso y profundo que el Gran Cañón de Colorado, en Estados Unidos. La zona se ha convertido en un destino para quienes buscan actividades al aire libre y contacto con la naturaleza.
En el Parque de Aventura Barrancas del Cobre, los visitantes pueden realizar tirolesa, rappel, escalada y cruzar puentes colgantes. El parque cuenta con un circuito de siete tirolesas, entre ellas una que supera los 2.500 metros de longitud y es considerada la más larga del mundo en su tipo. También hay un teleférico que permite observar el paisaje desde las alturas sin necesidad de esfuerzo físico. El parque se encuentra cerca del punto conocido como Divisadero, donde hay restaurantes con suelo de cristal que permiten ver el fondo del cañón mientras se come.
Divisadero también ofrece alojamiento en hoteles y cabañas con vistas a las barrancas. En esta zona se puede conocer la cultura Rarámuri, un pueblo indígena que habita la Sierra Tarahumara. Los Rarámuri son conocidos por su capacidad para correr largas distancias y por mantener tradiciones ancestrales. Algunos viven en cuevas o casas dispersas en la sierra y se trasladan según las estaciones del año.
Una forma habitual de recorrer esta región es a bordo del tren Chepe Express, que conecta varias localidades entre Chihuahua y Los Mochis, en Sinaloa. El tren atraviesa zonas montañosas y cañones que serían difíciles de alcanzar por carretera. Entre las paradas recomendadas está Creel, un Pueblo Mágico cercano a la capital estatal, desde donde se puede iniciar el recorrido hacia otros puntos como Divisadero o Cerocahui.
En Cerocahui se encuentra la Cascada de Yeparavo y el mirador del Cerro del Gallego, desde donde se observa la Barranca de Urique, la más profunda del sistema. También hay misiones jesuitas construidas durante la época colonial. A 18 kilómetros está Bahuichivo, otro punto donde se puede convivir con comunidades Rarámuri y adquirir artesanías locales.
Al fondo de una de las barrancas está Batopilas, otro Pueblo Mágico que fue centro minero durante el auge de la plata. Hoy conserva haciendas antiguas y misiones coloniales. El acceso a Batopilas requiere tiempo debido a su ubicación remota, pero ofrece una experiencia distinta dentro del mismo sistema montañoso.
Chihuahua es el estado más grande de México y tiene una superficie mayor que la del Reino Unido. Su territorio incluye desiertos, bosques, ríos y zonas arqueológicas reconocidas por la UNESCO. Además del turismo del vino en otras regiones mexicanas, Chihuahua apuesta por el turismo cultural e histórico vinculado a sus pueblos originarios y a su pasado minero.
La ciudad capital cuenta con un aeropuerto internacional situado a 13 kilómetros del centro urbano. Desde allí parten vuelos nacionales hacia ciudades como Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey, así como vuelos internacionales hacia Dallas/Fort Worth y Denver en Estados Unidos.
El Chepe Express permite conectar esta región montañosa con destinos costeros del Mar de Cortés y Baja California. Esta ruta ferroviaria facilita el acceso a zonas remotas sin necesidad de largos trayectos por carretera.
La gastronomía local incluye platillos como burritos, machaca o carne seca preparada en caldo, además de mariscos traídos desde el Pacífico. Una bebida típica es el sotol, un destilado artesanal elaborado con una planta silvestre similar al agave.
Chihuahua combina naturaleza extensa con tradiciones vivas. Su oferta turística incluye actividades físicas exigentes o recorridos más tranquilos según las preferencias del visitante. La presencia constante de paisajes abiertos y comunidades indígenas le da al estado una identidad propia dentro del norte mexicano.