Laia Acebes
Lunes 16 de Diciembre de 2024
El invitado especial de la Navidad madrileña de 2024 es Alemania. Por ello, el centro cultural Matadero se convertirá en una "pequeña Alemania" durante todas las fiestas (del 20 de diciembre al 3 de enero). El restaurante alemán de cuarta generación Leinerhaus (Ballesta, 18) tiene el encargo de crear el verdadero ambiente de weihnachdsmarkt (mercado navideño) con su biergarten (jardín de la cerveza). En sus puestos se presentarán las cervezas olvidadas (por primera vez en España) y la nueva Leiner bier y se servirán recetas gourmet y comida callejera alemana, entre otras sorpresas.
La diversidad cultural alemana (música, cine, literatura, artesanía) estará presente entre el 20 de diciembre y el 3 de enero en conciertos, talleres, espectáculos y narraciones; además de la nieve que caerá sobre la Plaza Matadero y la pista de hielo. Pero Matadero no se ha olvidado de la parte fundamental de un mercado germano: la gastronomía. Leinerhaus es el encargado de traer al espacio cultural las especialidades más sugerentes de Alemania y de su restaurante en Madrid.
Siguiendo una de las tradiciones más exitosas de los mercados, Leinerhaus aprovechará la ocasión para instalar un biergarten de bancos corridos y presentar una carta de cervezas única. Para empezar, se estrena la Leiner Zwickel, la cerveza de bodega casera de Leinerhaus, elaborada en homenaje al bisabuelo Karl (iniciador de la saga hostelera) y su bodega de guarda. Con Lúpulos de Hallertau y maltas de Weyermann (ambas en Baviera), se trata de una cerveza sin filtrar con una valiente lupulación: aromática, afrutada, muy gastronómica. Asimismo, se presentará el proyecto Frankenbier by Leiner, "las cervezas olvidadas", una selección de joyas que llegan a España por primera vez desde pequeñas cerveceras familiares de la Alta Franconia, una zona con siglos de tradición y récord Guinness de densidad de fábricas. Una de las más selectas, la familiar St. Georgen Bräu, estará presente con sus variedades keller y märchen. Estará también la reconocida bodega Schlenckerla, de la capital cervecera, Bamberg, célebre por su especialización en cervezas ahumadas. Asimismo, se ofrecerán otras variedades alemanas populares como la helles (ligera), la dunkel (oscura) y la weizen (de trigo) para que nadie se quede sin su sabor favorito.
Junto a la barra de cervezas, dos foodtrucks vintage ofrecerán diferentes posibilidades culinarias. En el primero, de madera, que homenajea a las antiguas estructuras de venta ambulante alemanas, se servirán las opciones gourmet: la salchicha Karl con chucrut, una elaboración casera, emulsionada y especiada a partir de una receta del bisabuelo del actual propietario de Leinerhaus e iniciador de la saga, carnicero y cocinero; y goulash casero con crema agria y pepinillo, procedente también de una receta familiar. El segundo foodtruck, plateado y sesentero, se ha dedicado a la cocina callejera alemana, donde las reinas absolutas son la currywurst y la salchicha blanca con bretzel y mostaza dulce.
Leinerhaus contará también con otras tres casetas en las que estarán presentes el resto de elementos imprescindibles de los mercadillos alemanes. En la primera, se servirá el clásico vino caliente navideño (glühwein), especiado siguiendo el recetario familiar. En la segunda, los protagonistas serán los breztel, calientes y caseros, lo más deseado durante estas fechas. Y, en la tercera, el restaurante ha reservado un espacio a los dulces. Aquí, además de poder degustar el tradicional apfelstrudell (pastel de manzana), los visitantes podrán llevarse a casa algunos de los postres más apreciados por los alemanes, como el stollen (pan dulce), los corazones y muñequitos de jengibre o el baumkuchen, un dulce tradicional de varias capas y recubierto de chocolate.
Según explica el propietario de Leinerhaus, Mario Lasheras Meierlohr: "aquí el Grinch lo tiene crudo. Somos pro navideños radicales. La Navidad nos hace mejores a todos una vez al año y Leinerhaus va a tener la oportunidad, por primera vez, de ser la casa de la Navidad de todos los madrileños gracias a un espacio único como Matadero. Hemos puesto todos los medios para que los que nos visitan vivan al cien por cien ese aire transformador. Yo, me quedaría a vivir en el espíritu navideño de los mercados alemanes".