Jueves 10 de Abril de 2025
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El sector del vino de alta gama y la restauración alcanzó un valor conjunto de 58.000 millones de euros en 2024, según un informe publicado por Bain & Company y la fundación italiana Altagamma. El estudio, titulado Fine Wines and Restaurants Market Monitor, es el primero que la consultora dedica exclusivamente a este segmento del lujo. El documento señala que el mercado del vino de alta gama llegó a los 30.000 millones de euros, mientras que la restauración de alto nivel alcanzó los 28.000 millones, con un crecimiento del 27% desde 2022.
El informe indica que el vino de alta gama representa solo el 1,5% del volumen total de consumo mundial, pero supone el 11% del valor económico del mercado vinícola. Esta diferencia se debe al precio medio más elevado de estos productos frente a los vinos convencionales. A pesar de su crecimiento durante la última década, el sector registró una ligera caída del 2 al 3% en 2024, atribuida a la inflación y a una menor demanda entre los consumidores más jóvenes, que optan cada vez más por bebidas con bajo o nulo contenido alcohólico.
En cuanto a la restauración, Europa concentra más de la mitad de los 14.000 restaurantes considerados de alta gama en todo el mundo. Este segmento ha recuperado fuerza tras la pandemia, impulsado por un mayor interés en experiencias gastronómicas completas y personalizadas. En muchos establecimientos con estrella Michelin, los maridajes representan hasta el 40% de los ingresos totales.
El estudio divide el mercado del vino de alta gama en tres categorías: Collector (1.000-2.000 millones), Connoisseur (8.000-9.000 millones) y Cult (19.000-20.000 millones). Cada una tiene características distintas en cuanto a distribución y perfil del consumidor. Aunque las diez principales marcas concentran el 35% del mercado mundial, existen más de 400 productores activos en este segmento.
Europa sigue siendo el principal productor mundial, con un 75% del total en 2023. Junto con América, estas regiones también lideran el consumo, con un 80% combinado. Sin embargo, Asia-Pacífico y Oriente Medio muestran señales de crecimiento, especialmente en países como Japón y zonas del sudeste asiático, donde el turismo vinculado al vino está ganando terreno.
El cambio climático está afectando directamente a las zonas productoras. En regiones del sur de Europa se han registrado aumentos de temperatura de hasta tres grados entre la floración y la vendimia durante este año, además de episodios prolongados de sequía. Por otro lado, países del norte como Dinamarca están empezando a desarrollar viñedos gracias al aumento térmico. Según las proyecciones citadas en el informe, variedades como Cabernet Sauvignon podrían cultivarse habitualmente en zonas centrales y septentrionales del continente hacia finales de siglo.
En Estados Unidos se han producido 30 operaciones corporativas relacionadas con bodegas en lo que va de año, por un valor total cercano a los 8.000 millones de euros. Francia e Italia también han registrado movimientos similares con diez operaciones cerradas en cada país.
Desde el punto de vista financiero, el vino de alta gama ha demostrado ser una inversión rentable. En los últimos diez años sus precios se han duplicado y han superado a otros bienes considerados tradicionales dentro del lujo como bolsos o relojes. Los índices Liv-ex Champagne 50 e Italy 100 han subido un 34% y un 20%, respectivamente, en los últimos cinco años.
La tendencia hacia productos premium se ha acelerado tras la pandemia. Los consumidores priorizan ahora la calidad sobre la cantidad. El consumo fuera del hogar refleja esta preferencia: más del 50% corresponde a vinos espumosos, asociados habitualmente a celebraciones o experiencias turísticas relacionadas con bodegas.
No obstante, las marcas deben adaptarse a nuevas demandas sociales y culturales. La generación Z muestra una inclinación hacia bebidas sin alcohol o con bajo contenido alcohólico. Esto obliga al sector a replantear su oferta para mantener su relevancia entre nuevos públicos.
Según las previsiones recogidas por Bain & Company, el mercado del vino de alta gama podría alcanzar entre 35.000 y 40.000 millones de euros para el año 2030, lo que supondría un crecimiento anual compuesto del 4 al 6% desde 2025. Sin embargo, factores como las tensiones comerciales podrían frenar esta evolución. La reciente imposición de aranceles por parte del expresidente Donald Trump es uno de los elementos que podría afectar especialmente al segmento más accesible.
Francia sigue liderando el mercado por valor económico y número de marcas reconocidas: nueve de las diez principales etiquetas pertenecen a este país y concentran el 95% del valor minorista total dentro del segmento superior. Italia ofrece una estructura más diversa: cuenta con veinte regiones vinícolas frente a las trece francesas y dispone de mil variedades autóctonas frente a las doscientas cincuenta registradas en Francia.
El informe concluye que el sector combina tradición e innovación para adaptarse a nuevas condiciones económicas, climáticas y sociales. La evolución futura dependerá tanto del comportamiento del consumidor como de factores externos como la política comercial o los efectos medioambientales sobre las zonas productoras actuales y futuras.
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