Miércoles 12 de Marzo de 2025
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La barrica, un recipiente que ha acompañado a la humanidad durante más de dos milenios, posee un origen y propósito que trascienden su mera función en la vinificación. Si bien su invención se atribuye a los celtas, fueron los romanos quienes, al reconocer sus múltiples ventajas, la popularizaron y extendieron su uso por toda la cuenca mediterránea.
Los celtas, establecidos en la Europa central, una región caracterizada por un clima húmedo y frío y, por ende, una abundante presencia de bosques, perfeccionaron gradualmente la elaboración de recipientes destinados a la conservación y el transporte de cerveza. Mientras tanto, los romanos, en la más cálida región mediterránea, empleaban vasijas de barro para sus vinos.
Durante su expansión, los romanos llegaron a la Europa central y la Galia, donde descubrieron las barricas. Al apreciar su resistencia, baja permeabilidad, facilidad de transporte y gran capacidad de almacenamiento, las adoptaron como propias. Es crucial considerar que, en plena expansión, el Imperio Romano requería transportar suministros para sus tropas. Además, la salubridad del agua era precaria, lo que obligaba a consumir cerveza o vino. El descubrimiento de la barrica facilitó el transporte de grandes cantidades de vino, contribuyendo significativamente a la expansión del imperio.
En aquella época, se utilizaban maderas como el pino, cerezo, fresno, abeto o castaño, aunque el roble terminaría por imponerse.
En la actualidad, además del roble francés, se emplean otras maderas en la elaboración de barricas. ¿Conocemos las particularidades que ejercen sobre el vino? A continuación, se describen algunas de las más utilizadas:
Roble de Tronçais: Proveniente de la región de Allier, confiere al vino notas aromáticas lácteas de mantequilla, matices dulces de vainilla y taninos finos y delicados.Roble del centro de Francia: Otorga al vino aromas similares, con predominio de mantequilla y vainilla.Roble del este de Francia: Originario de la zona de Vosgos, caracterizada por un clima riguroso, produce una madera de grano cerrado que propicia un añejamiento lento y una mayor longevidad del vino. Aporta aromas de madera fresca y una estructura tánica elegante.Mezclas: La combinación de maderas de estas regiones genera un equilibrio entre tipicidad, estructura tánica y complejidad.Roble americano: De grano más abierto, acelera la evolución del vino. Su riqueza aromática, acompañada de taninos moderados, se manifiesta en notas de coco y una textura untuosa.
Más allá del roble, otras maderas también ofrecen perfiles distintivos:
Acacia: Se distingue por la ausencia de aromas de vainilla o frutos secos, aportando notas minerales, de madera delicada y flores blancas, aunque con menor complejidad que el roble francés.Roble del este de Europa: De grano muy apretado, ofrece notas especiadas, como la pimienta negra.
Además de la barrica, existe el fudre, un recipiente de gran capacidad (10-300 hl) que, al colocarse horizontalmente, reduce el impacto de la madera sobre el vino debido a la menor superficie de contacto.
¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Dominas los distintos estilos de barricas?
¡Salud y buen vino!
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