Vino, arte y emprendimiento femenino en Valladolid

La participación de las mujeres en el mundo del vino ha ido ganando terreno con firmeza y determinación. Es más, su presencia se siente con una fuerza renovadora que aporta perspectivas frescas y enriquecedoras a un sector que, hasta hace no mucho, parecía reservado casi en exclusiva para los hombres. Este cambio no solo se observa en los viñedos y bodegas, sino también en iniciativas creativas que buscan celebrar y potenciar el papel de la mujer en la industria vinícola. Un claro ejemplo de esto fue el taller "Mujeres sin etiquetas", una experiencia singular e innovadora que tuvo lugar en Valladolid, bajo el auspicio de la D.O. Rueda.

Este evento se desarrolló en el estudio artístico Spicy Monet, un lugar que se convirtió en el escenario perfecto para una fusión entre arte, vino y emprendimiento femenino. Dirigido por la ilustradora María Pérez, cabeza de Doce Leguas, el taller contó con la participación activa de 15 mujeres emprendedoras provenientes de diversos sectores como la joyería, el interiorismo, la hostelería, la farmacia, la literatura y el teatro, entre otros. Esta diversidad no solo enriqueció el encuentro, sino que también reflejó la variada contribución de la mujer al desarrollo local y su estrecha relación con el territorio.

El taller "Mujeres sin etiquetas" se propuso como un espacio de libertad creativa, donde la única etiqueta presente era la del vino. Partiendo de una imagen común, la de una mujer vendimiadora, las participantes utilizaron materiales variados como recortes de periódico, fotos, libros, telas y pan de oro para diseñar y dar vida a sus propias etiquetas de vino. El resultado fue un homenaje tanto personal como colectivo a su historia y a la de las mujeres de sus familias, subrayando el papel vital que juegan en la cultura vinícola.

Simultáneamente, el taller sirvió como un punto de encuentro sensorial a través de una cata de vinos de la D.O. Rueda, conducida por la enóloga Beatriz Oteruelo. Los vinos seleccionados, elaborados con la variedad autóctona verdejo, incluyeron verdejo joven, fermentado en barrica y espumoso, ofreciendo a las asistentes una experiencia rica en matices y sensaciones, y recordándoles la profunda conexión entre el vino, sus raíces y su vinculación con el territorio.

La iniciativa "Mujeres sin etiquetas" no solo destacó por su originalidad y su capacidad para fusionar vino y arte, sino también por ser un reflejo de la creciente influencia de la mujer en la industria vinícola. La D.O. Rueda, reconocida por su compromiso con la igualdad de género y el empoderamiento femenino, ha visto cómo el relevo generacional ha llevado a muchas mujeres a ocupar roles de liderazgo en todas las áreas de la producción vinícola, desde la viticultura hasta la gerencia de bodegas, pasando por la enología, el laboratorio y el marketing.

Este tipo de encuentros y talleres no solo celebran la contribución femenina al mundo del vino, sino que también fomentan la creatividad, el intercambio de ideas y el fortalecimiento de la comunidad local. Es un claro ejemplo de cómo el sector vinícola puede ser un espacio de inclusión, innovación y transformación social, donde la mujer juega un papel protagonista.