Arranque de viñedos en Rioja ¿Si o No?

¿Es el arranque de viña la solución? Debate sobre estrategias y consecuencias en el sector vinícola riojano

Úrsula Marcos

Lunes 22 de Enero de 2024

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La situación actual en la Denominación de Origen Calificada Rioja se caracteriza por una problemática de excedente de producción, lo cual ha propiciado un debate sobre la posibilidad o no de arranque de viña. Esta discusión no es un fenómeno reciente, ya que ha surgido en distintos momentos a lo largo de la historia de esta región vitivinícola. Sin embargo, es necesario analizar las circunstancias específicas de la situación actual para comprender la complejidad del tema y las posibles soluciones.

El profesor Juan Carlos Sancha ha sido una de las primeras voces en abordar este asunto con prudencia, sugiriendo un plan de arranques voluntarios en terrenos inapropiados. Esta propuesta busca equilibrar la necesidad de reducir la producción excesiva sin perjudicar la calidad y el prestigio de los vinos de Rioja. Por otro lado, la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) propuso una medida más conservadora: el arranque del 10% del viñedo plantado en los últimos diez años en zonas no aptas para el cultivo, una propuesta que, sin embargo, parece insuficiente para enfrentar el problema de fondo.

El Presidente de la Organización Internacional del Vino (OIV) también se refirió a esta cuestión a nivel global durante la última reunión del organismo en España, aunque sus comentarios fueron interpretados en un contexto específico de Rioja. También Tim Atkin, reconocido crítico de vinos muy conocedor de la viticultura española, sugirió un arranque de aproximadamente 10.000 hectáreas en Rioja, una propuesta similar a la realizada en Burdeos.

Este tipo de medidas radicales plantea numerosas preguntas sobre su viabilidad, tanto en términos de selección de viñedos para el arranque como en la compensación económica a los viticultores afectados.

Sin embargo, Miguel Larreina González, experto en viticultura y enología, argumenta que no es momento de considerar el arranque como una solución viable en Rioja. Según González, la situación en Rioja es diferente a la de Burdeos, ya que los viñedos en Rioja generalmente presentan una buena salud y una calidad potencial media. Propone, en cambio, alternativas como la cosecha en verde, la destilación y la prohibición de nuevas plantaciones, aunque reconoce que solo la reducción de rendimientos para variedades tintas podría tener un impacto significativo en la oferta de uva y vino.

González también critica la política del "café para todos" del Consejo Regulador, que implica recortar los rendimientos de forma indiscriminada, afectando por igual a los productores responsables y a los que no lo son. Argumenta que esta medida no es justa socialmente y podría tener efectos perjudiciales en el sector. En su lugar, propone medidas excepcionales basadas en criterios sociales y de calidad, que incluyen exenciones en la reducción de rendimientos para ciertos tipos de explotaciones.

La crisis actual en Rioja es el resultado de una serie de decisiones y políticas que se han tomado a lo largo de los años. Durante la década de 1990, mientras Europa enfrentaba excedentes de producción de vino y prohibía nuevas plantaciones, Rioja experimentó un crecimiento significativo en su superficie vitícola. Este crecimiento fue impulsado en gran medida por productores ajenos a la tradición vitivinícola de la región y por la expansión de viñedos en zonas no tradicionales, lo que ha contribuido a la situación actual de sobreproducción.

En este contexto, cualquier solución al problema de los excedentes en Rioja debe considerar la responsabilidad histórica de los diferentes actores en este crecimiento descontrolado. Medidas como los arranques de viña o las reducciones de rendimientos deben ser aplicadas de manera que reflejen la contribución de cada productor al problema actual. No se puede tratar igual a un pequeño productor que ha mantenido prácticamente constante su producción que a un gran terrateniente que ha incrementado significativamente su superficie cultivada.

Así las cosas, la crisis en Rioja es compleja y requiere soluciones que no solo aborden el problema inmediato del excedente de producción, sino que también consideren la historia, la cultura y la estructura social y económica de la región. Es esencial que cualquier medida adoptada sea equitativa, sostenible y respete la calidad y el prestigio de los vinos de Rioja.

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