Viña del Mar y el Valle de Casablanca: destino de la buena vida y el buen vino

La ciudad de Viña del Mar se está perfilando como uno de los destinos más importantes de Chile, desplazando notablemente a la capital. Situada cerca de Santiago de Chile, se está poniendo también a la par en importancia con Valparaíso, centro de su Región y uno de los puntos más turísticos del país.

Santiago de Chile

Jueves 05 de Febrero de 2015

Compártelo

Leído › 7227 veces

Rodeada por el mar y por uno de los valles vitivinícolas con mayor crecimiento de Chile, Viña del Mar se convierte en uno de los destinos más atractivos y completos de América Latina.

Viña reúne el encanto de Valparaíso pero con una oferta de servicios igual o mayor que la de Santiago. Si recientemente el diario británico TheTelegraph incluía a Valparaíso en el listado que había elaborado con los 17 lugares más felices del mundo, en un estudio elaborado en Chile en 2013, los propios chilenos elegían a Viña del Mar como el mejor sitio del país para vivir y trabajar.

En la última década Viña se está convirtiendo en un centro neurálgico de Chile en el que confluyen todo tipo de eventos y celebraciones que hacen que cada vez más se ponga el foco internacional en esta ciudad que toma su nombre del viñedo que plantó uno de sus fundadores (y que resistió hasta que un gran temporal se lo llevó por delante en 1827).

Pese a que ya no tiene viña, Viña del Mar sigue muy ligada al vino. Se encuentra situada entre la Región vitícola del Valle Central, la más importante y la que más se ha desarrollado en Chile, y la de Aconcagua, la más emergente gracias al Valle de Casablanca del que hablaremos más adelante.

La evolución de la industria del vino es paralela a la de la propia ciudad de Viña del Mar, pese a que su atractivo y potencial han estado latentes desde hace años, no ha sido hasta hace relativamente poco que se han empezado a explotar y compartir con la comunidad internacional.
La Región de Valparaíso era conocida por sus playas y en especial por la célebre Isla de Pascua que forma parte de esta región pese a estar en medio del océano a casi 4.000 km del Continente. Ahora se empieza a oír hablar también de Viña.

El vino

A media hora de Viña del Mar se encuentra el Valle de Casablanca, un recién llegado al creciente mercado del vino en Chile pero establecido ya como uno de los más importantes, especialmente por sus vinos blancos.

El año pasado se supo que Chile era ya el cuarto mayor exportador de vino del mundo por detrás de España, Italia y Francia, que se mantiene en el número uno. La exportación chilena superaba así a la australiana y se ponía en cabeza del llamado “Nuevo Mundo”, países como los americanos o los de las Antípodas donde la tradición vitivinícola no cuenta con siglos de tradición.

Chile, en general, es un mercado nuevo que despertó en las últimas décadas del siglo XX. El Valle de Casablanca se encontraba en una situación similar a la de Viña del Mar: estaba a la sombra de otras regiones cercanas, como la del Valle de Curicó perteneciente a la Región vitícola del Valle Central. Sin embargo se ha esforzado por mejorar y darse a conocer, y ahora es una de las máximas potencias nacionales.

Las primeras parras de este valle se plantaron a mediados de los años 80 pero su evolución ha sido meteórica y ha supuesto un soplo de aire fresco para la producción chilena. Esta zona costera de clima frío produce un vino, de Denominación de Origen Aconcagua, que ha llamado la atención tanto en casa como a nivel internacional como demuestra el hecho de que Casablanca haya sido la última incorporación a las Capitales Mundiales del Vino, donde España está representada con la DOca Rioja.

Gracias a la cercanía con Viña del Mar, una visita a las bodegas del Valle de Casablanca es una mezcla de opuestos que se atraen: mar, montaña, tranquilidad, entretenimiento, tradición, innovación. Una agradable montaña rusa para los sentidos.

¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 7227 veces