BODA, no maridaje, en un bar de mi calle (*)

En mi calle de menos de un km de larga hay más de 15 bares –sin contar los 5 cerrados-; los hay de todos los colores, razas y credos. Los hay de chinos, ex de todo a cien –cinco al menos o sea más de un 30%-, autóctonos y mixtos.

Pero el bar que genera el titular, autóctono por cierto, -si a un sanabrés se le puede llamar autóctono en el foro- el bar del titular repito es muy especial. ¿Por qué es especial? Es el único bar de mi calle, por pura casualidad tal vez, en el que puedes pedir "un fino", un finito y además te lo sirven en su punto.

En el resto de los bares de mi calle pides un "fino" y no lo hay o no saben de que hablas; ha pasado de moda, ha pasado a mejor vida. Lo que pide la gente es la caña, el botellín el tercio, la jarra, el verdejo, el rioja/ribera, el tinto de verano por el calor...

Pides un finito o un fino y te miran como si fueras sospechoso de algo o de estar más "pallá" que "pacá".

Pero esta mañana, sabiendo bien donde estaba, pedí un fino y me "tocó el gordo": me sirvieron el vino pero no lo acompañaron del aperitivo habitual (quesito, lomito, jamoncito, anchoas, boquerones en vinagre...). Mé plantó mi querido barman una cazuelita de lentejas con chorizo, ver foto. Y, a la una de la tarde tras seis horas seguidas de trabajo, con un café con churros a primera hora como toda ingesta, vas y "plaf" ni te lo piensas y arreas con las lentejas... y el finito.

¿Y sabes qué?

Esto no fue un maridaje cualquiera esto fue una boda perfecta y en toda regla.

¡Que divino que te cae al cuerpo!

¡Y la energía que te da!

¡Beber para ver!

vinos y tempetarura

(*) Un finito con un aperitivo muy especial: cazuelita de lentejas (con 35ºC en la calle)