Jueves 21 de Mayo de 2015
Aún recuerdo la primera vez que me encontré con una mermelada para acompañar el queso. Sería hace ya más de 10 años, en un restaurante en el que me pusieron como parte de los entrantes unos palitos de queso con mermelada para mojarlos. Inicialmente parecía chocante… ¡pero estaba muy bueno!
Una década después, lo de combinar mermeladas o salsas similares con quesos es algo mucho más común, pero aún así todavía hay muchas personas que fruncen el ceño cuando se les plantea esta idea. ¿Quesos con dulce? ¿Y no es un postre?
Lo de combinar quesos con algo dulce viene de antiguo: el queso curado con dulce de membrillo es un postre típico en buena parte de la geografía castellana. Pero lo cierto es que la combinación de quesos con salsas dulces o agridulces, o mermeladas, es perfecta no sólo para postres, sino también para entrantes, ya que los sabores se contrarrestan y complementan, atenuando el dulzor del acompañamiento hasta hacerlo casi imperceptible. Y, combinando distintos tipos de quesos con distintas mermeladas, salsas, chutneys o gelées, los resultados resultan tremendamente originales y sabrosos.
Lo mismo podemos decir de los patés, otro tipo de alimentos que combina maravillosamente con estos acompañamientos.
Si queréis conocer más en profundidad cómo estas combinaciones pueden darle fácilmente un toque divertido y original a vuestros menús, podéis seguir leyendo el artículo completo en nuestro blog, donde no sólo os damos ideas sobre qué tipos de quesos y salsas combinar entre sí, sino también con qué vinos podemos acompañar lo que puede, por sí solo, constituir una cena ligera y divertida.
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