Francia rechaza el acuerdo UE-Mercosur por permitir hasta 145 pesticidas prohibidos en Europa

Miércoles 26 de Noviembre de 2025

El Gobierno francés alerta de riesgos para la soberanía alimentaria y exige reciprocidad en normas sanitarias y medioambientales

El acuerdo de asociación entre la Unión Europea y el Mercosur ha sido objeto de un debate intenso este martes, 26 de noviembre, en la Asamblea Nacional francesa. Las ministras Annie Genevard, responsable de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Bosques, y Sophie Primas, encargada de Comercio Exterior y de los Franceses en el Extranjero, han expuesto la posición del Gobierno francés ante las negociaciones en curso.

Annie Genevard ha recordado la larga historia de relaciones entre Francia y América Latina, pero ha subrayado que el acuerdo, tal como lo plantea la Comisión Europea, no es aceptable para Francia. Según la ministra, el Gobierno y el presidente Emmanuel Macron se oponen firmemente a la versión actual del texto. Genevard ha explicado que esta oposición no responde a una postura ideológica sino a motivos prácticos, ya que las preocupaciones económicas y sanitarias planteadas por el acuerdo no han recibido respuesta tras veinticinco años de negociaciones.

La ministra ha señalado que Francia es uno de los principales exportadores agrícolas del mundo y que su sector agroalimentario depende en parte de acuerdos comerciales equilibrados. Sin embargo, ha advertido que el acuerdo con Mercosur podría poner en peligro la soberanía alimentaria francesa y europea. Entre los puntos señalados figuran las diferencias normativas en materia sanitaria y medioambiental. Genevard ha puesto como ejemplo la importación potencial de grandes cantidades de azúcar y carne avícola producidas con pesticidas y antibióticos prohibidos en Europa. Según los datos presentados, hasta 145 pesticidas vetados en la Unión Europea pueden utilizarse libremente en los países del Mercosur.

Genevard ha defendido la necesidad de aplicar medidas “espejo”, es decir, exigir a los productos importados las mismas normas que se aplican a los europeos. Ha insistido en que abrir el mercado europeo a productos que no cumplen estos requisitos supondría una competencia desleal para los agricultores franceses y pondría en riesgo la seguridad alimentaria. La ministra también ha alertado sobre el impacto social: una bajada de precios derivada del aumento de importaciones podría provocar el cierre de explotaciones agrícolas y dificultar el relevo generacional en el campo francés.

Por su parte, Sophie Primas ha reiterado la unidad del Gobierno francés frente al acuerdo. Ha recordado que más de 600 parlamentarios franceses han enviado una carta a la presidenta de la Comisión Europea expresando sus preocupaciones. Primas ha señalado que el acuerdo con Mercosur no solo afecta al sector agrícola sino también al medio ambiente. Ha explicado que los países del Mercosur tienen un papel importante en la lucha contra el cambio climático y la preservación de la biodiversidad, pero considera incoherente permitir la entrada en Europa de productos menos exigentes desde el punto de vista ambiental mientras se imponen normas estrictas a los productores europeos.

La ministra delegada ha pedido que cualquier acuerdo comercial incluya cláusulas vinculantes sobre desarrollo sostenible y respeto al Acuerdo de París. También ha reclamado mecanismos efectivos para sancionar posibles incumplimientos. Primas ha dejado claro que Francia no rechaza el comercio internacional ni pretende aislarse, pero exige reciprocidad y protección para sus sectores estratégicos.

Durante el debate parlamentario se han escuchado voces críticas tanto desde el Gobierno como desde distintos grupos políticos. Se ha puesto en valor la importancia del voto parlamentario como mandato democrático para defender la posición francesa ante las instituciones europeas. El Gobierno francés también ha informado sobre contactos con otros Estados miembros; Polonia, por ejemplo, ya ha anunciado su rechazo al acuerdo.

Las ministras han insistido en que Francia seguirá defendiendo sus intereses agrícolas, sanitarios y medioambientales durante las negociaciones europeas. Han recalcado que cualquier cambio en la forma jurídica del acuerdo —que permitiera evitar el voto unánime o la ratificación por los parlamentos nacionales— sería inaceptable para París.

El debate concluyó con un llamamiento a rechazar el acuerdo tal como está planteado actualmente y a mantener una postura firme ante Bruselas. El resultado del voto parlamentario servirá como respaldo político para continuar defendiendo esta posición ante las instituciones europeas y otros Estados miembros.

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