Ferrán Centelles emociona Madrid con una cata de añadas históricas de vinos gallegos en el corazón de la feria Castes

Maurizio Limiti

Sábado 28 de Junio de 2025

El ex sumiller de El Bulli ofreció una cata inolvidable de vinos gallegos de guardia, convirtiendo Castes en un viaje sensorial donde cada copa narró identidad, memoria y respeto.

Madrid acogió, el pasado 15 de junio, una edición histórica de Castes, la feria que nació en Vilagarcía de Arousa con la vocación de dar visibilidad al vino independiente y a sus protagonistas. Fue mucho más que una feria: fue un punto de encuentro entre dos mundos —el gallego y el madrileño— unidos por una pasión común, el vino entendido como cultura, identidad y diálogo.

Desde primera hora, el Espacio MEEU en la estación de Chamartín se llenó de profesionales, aficionados y curiosos que recorrieron sin prisa pero sin pausa las mesas de las más de 40 bodegas presentes catando hasta unas 300 referencias.

Uno de los mayores atractivos fue la programación paralela. Las Wine Talks, a cargo de sumilleres como Ferrán Centelles, Tomás Ucha, Carlos Taboada o Mario Ayllón, ofrecieron un espacio de reflexión profunda. Se habló de añadas históricas, de la construcción de una identidad vinícola en Galicia, de bodegas icónicas y de los desafíos a los que se enfrentan los pequeños productores. No se trató de simples conferencias: fueron conversaciones vivas, en las que la pasión por el vino se mezcló con el conocimiento técnico y una visión ética del sector.

En especial, la cata dirigida por Ferrán Centelles —ex sumiller de El Bulli y actual responsable de España para Jancis Robinson— fue uno de los momentos más esperados. Centelles ofreció un recorrido sensorial por añadas antiguas de vinos gallegos, seleccionadas no solo por su rareza, sino por el testimonio que ofrecen sobre la evolución de una tierra, un clima y una filosofía de elaboración. No fue una cata técnica al uso: fue una narración con copa en mano, un ejercicio de memoria líquida que emocionó tanto a profesionales como a curiosos. Sus comentarios —siempre claros, precisos y generosos— ayudaron a los asistentes a entender que un gran vino no necesita volumen, sino alma.

Durante la wine talk se cataron los siguientes vinos, verdaderas joyas del patrimonio vitivinícola gallego:

Albariño Do Ferreiro 2014 (Bodegas Gerardo Méndez): bodega histórica del Salnés fundada por Gerardo Méndez y dirigida por sus hijos Encarna y Manuel Méndez con la misma filosofía de trabajo y respeto por la tierra. Monovarietal de Albariño sometido a fermentación alcohólica con pie de cuba seleccionado, trabajo de lía fina y depósitos de acero

Soverribas 2013 (Nanclares y Prieto Viticultores): Alberto Nanclares y Silvia Prieto se conocen como cliente y asesora, y en 2015 deciden unir caminos. Nace así Nanclares y Prieto Viticultores, con un enfoque artesanal y compromiso con las variedades gallegas. Monovarietal de Albariño sometido a fermentación alcohólica en tino de roble francés usado de 2.200 litros. Batonage semanal durante 1 mes y crianza sobre sus lías 9 meses.

Albariño Don Olegario 2007 (Bodegas y Viñedos Don Olegario): bodega histórica fundada en 1980 por Olegario Falcón en Corvillón (Cambados). La etiqueta de la botella lleva "importado por Kobrand Corporation Nueva York", ya que —como contó María Falcón durante la cata— se trata de un palé de botellas destinadas a EE. UU. que, tras la crisis financiera de 2008, nunca se enviaron y quedaron guardadas durante casi 20 años en la bodega. Monovarietal de Albariño con fermentación en cubas de acero inoxidable y crianza de 8 a 12 meses.

Brancellao 2010 (Adega Algueira): bodega fundada por Fernando Algueira en Doade en Ribeira Sacra. Monovarietal de Brancellao con fermentacion en roble francés con larga maceración y envejecimiento en barricas de roble francés usadas. Destacar que el primer año en el cual la bodega elaboró Brancellao fue el 2009.

El pliegue 2015 (Quinta da muradella): bodega nacida del impulso de José Luis por recuperar viñedos históricos en Monterrei. Coupage procedente de Bastardo, Mencía, Carabuñenta, Brancellao y Caíño Longo. Fermentación de racimos enteros y crianza en barricas de roble.

Lacima 2002 (Dominio do Bibei): bodega ubicada en la subzona Quiroga‑Bibei de la Ribeira Sacra por iniciativa de Javier Domínguez y María Prieto. Coupage procedente de Mencía, Mouratón, Brancellao, Alicante Bouschet, Souson (viñedos centenarios de 6 parajes emblemáticos del valle del Bibei). Fermentación alcohólica en barricas abiertas de 500 litros de roble francés y maloláctica en barricas de 300 litros. Posteriormente el vino se somete a crianza durante 19 meses en barricas de roble. Se trata de la primera añada elaborada por la bodega. Una verdadera joya.

Viña De Martin Escolma 2008 (Luis Anxo Rodríguez Vázquez): pequeña bodega en Ribeiro que cuenta con poco menos de 6 hectáreas de viñedo. Coupage de Treixadura, Albariño, Torrontés y Lado, de las viñas más viejas de la bodega. Cada parcela realiza la fermentación por separado en barricas de roble francés de distintos tamaños. Crianza de 12 meses en barrica de roble francés nueva y seminuevas. En una cata a ciega podría estar entre unos de los mejores vinos de borgoña.

As pasas do pasas 2011 (Luis Anxo Rodríguez Vázquez): Monovarietal de Treixadura. Vino naturalmente dulce elaborado tras secar la uva en locales con ventilación natural durante 4 meses antes del prensado. Fermentación en invierno o principios de primavera. Crianza de 4 años en recipientes de madera y 5 años en botella. El Tostado del Ribeiro era un tipo de vino tradicional que, aunque con pequeños volúmenes de producción, adquirió en el siglo XIX una gran fama. La añada 2011 fue la última elaborada por la bodega y salida al mercado en 2021 (la siguiente será la añada de 2017). Otra joya de Galicia.

Dos días más tarde, el 17 de junio, se celebró el Túnel del Vino en la Casa de Galicia, una cata guiada y profesional con aforo limitado. Allí, en un ambiente más íntimo, los asistentes pudieron descubrir con calma una selección especial de vinos y conectar directamente con los elaboradores. Fue una oportunidad única para catar sin prisa, hacer preguntas y profundizar en lo que hay detrás de cada etiqueta.

Otro elemento diferenciador fue la propuesta Chef Tables, una zona dedicada al maridaje gastronómico. La cocina madrileña se unió al vino gallego en un diálogo armónico que encantó a los paladares más exigentes. La combinación de gastronomía y enología ofreció un respiro delicioso entre copa y copa, y demostró que la experiencia del vino no termina en la nariz ni en el paladar, sino que se expande y se completa en la mesa.

Pero si algo caracterizó a esta edición de Castes fue su espíritu abierto y horizontal. Aquí no había stands pomposos ni discursos de marketing vacíos. Había personas. Productores que contaban con orgullo —y a veces con lucha— cómo elaboran sus vinos. Sumilleres que compartían conocimientos con sencillez. Visitantes que descubrían, preguntaban, compraban, comentaban.

Castes no aspira a convertirse en una feria masiva. Su valor está precisamente en lo contrario: en seguir siendo ese espacio en el que el vino es humano, directo, vivo. Su paso por Madrid ha sido un éxito, no solo por la asistencia, sino por la atmósfera creada. En un sector cada vez más condicionado por las grandes cifras y las modas, Castes recuerda que todavía hay lugar para lo pequeño, lo auténtico, lo que se hace con las manos y se defiende con el corazón.

https://castes.es/

https://bodegasgerardomendez.com/vinos-do-ferreiro/albarino-do-ferreiro/

https://nanclaresyprieto.es/

https://www.ribeiro.wine/es/bodegas-y-colleiteiros/luis-anxo-rodriguez-vazquez

https://www.domonterrei.wine/bodegas/quinta-da-muradella/

https://doriasbaixas.com/bodegas-y-vinedos-don-olegario-don-olegario/

https://www.adegaalgueira.com/serradelo

https://ribeirasacra.org/directorio/es/13/72

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