Elena Naranjo
Lunes 25 de Marzo de 2024
Este artículo está relacionado con el amor hacia las personas y compartir momentos especiales. Te invito a que abras hoy esa botella de vino que tanto te gusta y agradezcas por su aroma. Y reflexiones cómo estás saboreando la vida, al igual que ese vino, ¡¿en armonía con todas las personas que se cruzan a lo largo del día?! ¿O todas las personas que forman parte de tu vida.?
Acaba de pasar el mes de febrero, el mes del amor, "San Valentín", y ahora estamos en mes del padre, la imagen de cuidado y seguridad en la familia. Pronto llegará mayo, el mes de la madre, que representa ternura, amor y apoyo incondicional. Ante tantos eventos importantes, me surgen varias preguntas para compartir: ¿Qué es el amor? ¿Cómo celebras estos eventos tan esenciales? ¿Con qué vino sueles acompañar la comida o cena en esos días? ¿Cómo lo nutres en el tiempo?
Dado que nos encontramos en una revista de vinos, vamos a unir y extraer la esencia de ambos para obtener el máximo provecho del amor y el vino.
Al igual que los cuidados de pareja, familiares y seres queridos, el vino también requiere de su propio proceso de elaboración y cuidado. Este es el proceso básico de elaboración del vino, aunque puede haber variaciones dependiendo del tipo de vino de las preferencias del enólogo.
Me gustaría compartir mi reflexión: el proceso del vino y el proceso de cuidar y cultivar el amor hacia las personas comparten elementos fundamentales como el tiempo, la atención, la paciencia, la dedicación, la transformación y el valorar y agradecer lo que se tiene. Ambos procesos nos enseñan la importancia de invertir energía y cuidado en aquello que valoramos y amamos.
Y no nos olvidemos del proceso del amor, el más importante. Si este no fluye naturalmente y con amor día a día, el resto tampoco prosperará. ¿Qué te parece: el amor propio, ese que a veces cuesta tanto alimentar diariamente? El que nunca debería ser olvidado, herido o maltratado, siempre debe ser prioritario. Porque cuando este amor está incompleto, no facilita amar a los demás.
A veces puede ser el más difícil de cuidar, pero es el que te ayuda a creer, vibrar y vivir con bienestar. Solo necesitas persistir, fluir, esforzarte, escuchar tus necesidades, comprometerte con tus valores y hacerte responsable de tu corazón.
No aceptes menos de lo que estás dispuesto/a a dar; asegúrate de con quién compartes, para que sea recíproco y no te hagan daño. La reciprocidad debe existir, no solo en el amor de pareja, sino también en el de compañeros, familiares, amistades cercanas, conocidos y desconocidos. No permitas que ninguno de ellos te pise, porque es entonces cuando dejas de respetarte a ti mismo/a.
<Mímate cada día para que no dejes de brilla, a pesar de las picaduras recibidas por circunstancias o personas externas. Cuida el vino para que no se oxide y puedas disfrutarlo en su excelencia.>
Los seres humanos para sobrevivir necesitamos de otras personas, por lo que hay que trabajar para sanar si fue partido, aceptar si no fue correspondido y perdonar si no salió como deseabas. Para volver a sentir paz hacia uno mismo, primero y después con ternura, hacia los demás.
Hacer las cosas con amor, crea vínculos físicos o emocionales sanos. También para compartir y comunicarte con tu círculo cercano o a nivel individual.
El amor es especial y nos hace especiales, porque nos ayuda a evolucionar como sociedad y personas. Es necesario para todos.
Acompañar a las personas desde el corazón y no solo en los eventos importantes, nos hará más felices y nos generará satisfacción.
El amor no duele, duele el daño de las personas que no saben amar o compartir.
No pierde el que ama, pierde el que no sabe recibirlo.
Os deseo un día maravilloso, lleno de momentos felices y rodeado/a de cosas que os inspiren alegría y amor. ¡Salud con vuestro vino favorito!
Elena Naranjo
Coach y mentora