El viñedo viejo, patrimonio vegetal de la humanidad

Carlos Aguila Muñoz

Jueves 05 de Septiembre de 2019

Toda historia tiene un comienzo... y esta es la historia de amor por la recuperación y conservación del viñedo tradicional, para conocer el trabajo que hay tras un buen vino

Vistas a la iglesia de Sta. María la Mayor de Villamuriel

El Cerrato es la comarca castellana por antonomasia de Palencia, una tierra de cerros y municipios históricos entre campos de cultivo y viñedos. Pronto, porque no? Una nueva denominación de origen: DO Valle del Cerrato.

Esta historia surge de la iniciativa privada para la recuperación y conservación del viñedo tradicional en el Valle del Cerrato de la mano de una familia arraigada en el pueblo de Villamuriel de Cerrato.

Ubicación del Cerrato Castellano

Con el objeto de poner en valor viejos viñedos abandonados, recuperar una parte del paisaje, su ecosistema, la biodiversidad, la economía rural, la etnografía y en definitiva parte de la historia de una comarca.

El objetivo secundario es la creación de una bodega, que no es más que la forma mercantil y productiva de buscar y encontrar el sustento económico necesario para la conservación de los majuelos que motivaron este proyecto.

En definitiva, cultivar la viña acercándose a los estándares de ecología y sostenibilidad, así como elaborar un vino de alta calidad, elaborado de manera artesanal.

De vinos, de la evolución del viñedo, las inquietudes y el futuro hablamos con Luis Miguel Gil Montoya, al frente de este proyecto.

¿CUÁNDO DESCUBRISTE EL MUNDO DEL VINO?

En casa de mis abuelos maternos siempre hubo majuelo y dos bodegas. Desde niños hemos conocido este mundo de la producción de vino a pequeña escala. Aunque por diferentes motivos hemos estado desvinculados de él unos años, sobre todo desde el año 1997 cuando falleció mi abuelo. Pero en 2015 "invitamos" a la persona que nos cuidaba el viñedo a dejarlo, pues la mala praxis sobre todo en la poda estaba debilitándolo rápidamente. Fue entonces cuando en la familia nos implicamos en el cuidado de éste y decidimos recuperar la tradición de vendimiar y elaborar nuestro propio vino.

¿CÓMO 'APRENDISTE' DE VINOS?

Reconozco que no tenemos formación reglada en vitivinicultura, por lo que nuestros conocimientos se limitan al autoaprendizaje. Bien sea por medio de libros o por medio de la gente de la zona. De los libros sacamos datos, métodos, fórmulas... Pero del saber popular, de la tradición oral, sacamos sobre todo experiencia y vivencias. Éstas no siempre son exactas ni capaces de dar unos vinos equilibrados, pero ver a la gente enorgullecerse y disfrutar al contarnos cómo hacen el vino a su manera no tiene precio.


“Con esa edad ya había probado el vino, pero nunca como ése. Me supo a pura fruta. Era fresco, casi un mosto y desde entonces sigo buscando ese sabor”


¿RECUERDAS EL PRIMER VINO QUE TE EMOCIONÓ Y CUANDO SUPISTEIS QUE SERÍA TU FORMA DE VIDA?

Recuerdo bajar a la bodega de un amigo cuando tendría unos catorce años y como chiquillada bebernos una jarrilla de vino de una cuba que tenía allí su abuelo.

Con esa edad ya había probado el vino, pero nunca como ése. Me supo a pura fruta. Era fresco, casi un mosto y desde entonces sigo buscando ese sabor.

A día de hoy no nos es posible vivir de la producción de vino o la venta de uva, pero es uno de los pilares de este proyecto, sacar un rendimiento económico a través de un producto de calidad de los viñedos que vayamos recuperando.

Todavía no contamos con una bodega en la que producir con estándares de calidad suficientes, aunque en la elaboración de vino ya vamos más avanzados, esperamos cumplir esos estándares en un plazo de dos años.

Espergura y desbroce en el majuelo

¿QUÉ RELACIÓN VES ENTRE EL VINO Y LA FAMILIA?

Toda. En mi caso espero que sea lo que reúna a mi familia. Por motivos laborales o personales nos hemos dispersado y espero que volvamos a juntarnos para poner en marcha esta idea. La familia es el punto de apoyo y uno mismo es la palanca, a partir de aquí es cuestión de aplicar esfuerzo, tesón e ilusión para mover el proyecto.

Majuelo en el paraje "La Viñuela"

¿CÓMO ESTÁ EL MUNDO DEL VINO EN EL VALLE DEL CERRATO?

Sinceramente, mal. Como ejemplo mi pueblo, Villamuriel de Cerrato, cuyos terrenos del término municipal junto con los del contiguo Calabazanos, perteneciente al Convento de Santa Clara, se consideraba muy a propósito para el cultivo a gran escala y la producción de un vino de excelente calidad y pureza muy apreciado en toda la comarca. Entre los siglos XVIII y XIX se contaban casi mil Ha de viñedo, con una producción estimada de un millón de litros. Aquí se establece Narciso Rodríguez Lagunilla (militar naval, político y viticultor) quien se dedicó desde 1898 a la plantación de viveros de vides americanas para paliar las plagas de la "filoxera" y a su comercialización. Creó también bodegas, laboratorios y campos de experimentación.

Rodríguez Lagunilla, en esta línea de fomento de la viticultura, promovió en 1892 la creación del Sindicato Central de Viticultores de la provincia y consiguió la creación de una estación Enológica en Palencia. Pero a día de hoy queda escaso patrimonio vitícola, unas diez hectáreas de viñedo (una y media aproximadamente abandonadas y un ochenta por ciento con más de 75 años) sólo cinco familias elaborando vino para autoconsumo y un patrimonio vinícola como lagares y bodegas en franco deterioro.

Tenemos ejemplos más esperanzadores en el Valle como Dueñas que está dentro de la DO Cigales o Palenzuela y Torquemada, dentro de la DO Arlanza, donde todavía hay buenas bodegas y una considerable extensión de viñedo. Otro buen ejemplo en el que fijarnos es Baltanás, con un barrio de bodegas espectacular.

El Valle del Cerrato Castellano ofrece grandes posibilidades para el cultivo del viñedo por su clima y sus suelos, prueba de ello es que está rodeado por tres Denominaciones de Origen, Arlanza, Cigales y Ribera del Duero. Pero el éxodo rural que sufrió la zona a partir de los años sesenta con su consiguiente pérdida de mano de obra y abandono de tierras y la llegada de la fasa Renault, que animó a muchos a cambiar la incertidumbre de los ingresos de la agricultura por la estabilidad económica de la fábrica, revirtió el paisaje de grandes extensiones de viñedo a algo testimonial, haciendo del cereal el cultivo mayoritario para el secano.

Bodega de Rodriguez Lagunilla

¿NOS FALTA CULTURA DEL VINO Y DE VITICULTURA?

De viticultura francamente sí. Creo que al consumidor final le cuesta hacerse a la idea del trabajo que hay tras un buen vino, tanto en bodega como en viñedo. En la zona nadie apuesta por poner viñas ya. De los años cuarenta a esta parte lo único que se ha hecho ha sido arrancar cepas.

El viñedo que ocupaba zonas con suelos más pobres o secos fue sustituido por cereal como trigo o avena y el que ocupaba zonas cercanas al río Carrión, Pisuerga o al Canal de Castilla, por cultivos de regadío como alfalfa, remolacha o maíz.


“Creo que al consumidor final le cuesta hacerse a la idea del trabajo que hay tras un buen vino”


La cultura del vino está más extendida por el valle y en la sociedad en general, pero sí que noto que hay un salto generacional, los jóvenes de hoy parecen menos interesados en el mundo del vino. He hablado con algunos y al preguntarles si conocen el vino "ojo gallo" que es un tipo de clarete y como se denomina aquí a la mayoría del vino que la gente elabora en sus bodegas, la mayoría no han sido capaces de reconocerlo.

D.O. existentes en el Cerrato Castellano y Castilla y León

¿QUÉ SIGNIFICA PARA TI EL VIÑEDO VIEJO?

En lo personal es sin duda un nexo con nuestros antepasados, una forma de materializar su presencia. Pensar que estás trabajando una cepa que plantó tu bisabuelo, cuidó tu abuelo y mantuvieron tus padres le llena a uno de orgullo, nostalgia, cariño, alegría y responsabilidad. A mí me gusta pensar que hay un poquito de cada uno de la familia en esas cepas.


“No entiendo el afán desde las administraciones de alentar o subvencionar el arranque de cepas viejas. Un viñedo viejo debería ser visto como un bien común, un patrimonio vegetal”


Pero hay algo más que lo sentimental. Un viñedo viejo debería ser visto como un bien común, un patrimonio vegetal que aporta diversidad a la fauna, la flora y el paisaje, enriquece los ecosistemas y es indicativo del respeto que una sociedad debería profesar hacia la agricultura, pues de ella subsistimos todos en mayor o menor medida desde que el ser humano se hizo sedentario.

No entiendo el afán desde las administraciones de alentar o subvencionar el arranque de cepas viejas. Miran más por las cantidades y la rentabilidad que por las calidades del producto y la conservación.

Majuelo abandonado en el paraje "El Pedracho"

¿QUÉ HA SIGNIFICADO PARA TI RECUPERAR EL LEGADO FAMILIAR?

Ha sido una experiencia que me ha hecho asimilar mejor la forma de vida que tuvieron mis antecesores. Me ha ayudado a valorar lo que con tanto esfuerzo nos legaron. Además de hacer nuevas amistades y darme a conocer un mundo, el del vino, con infinidad de posibilidades y temas en los que indagar.

Arando el majuelo en el paraje "La Viñuela"

¿QUÉ OBJETIVO BUSCAS EN TU PROYECTO?

Principalmente concienciar a la gente para que no abandone o arranque y reconvierta los viñedos viejos que posea. Esperamos que entrevistas como esta ayuden a dar a conocer nuestra iniciativa y que nos pongan en boca de la gente, haciendo que se interesen por lo que estamos haciendo. Queremos demostrar que nos tomamos este proyecto muy en serio. En este momento estamos todavía empezando, con las limitaciones propias de todos los inicios. En un futuro próximo nos gustaría poder contar con la colaboración de diferentes partes, tanto públicas como privadas.

Pueden ponerse en contacto con nosotros a través de redes sociales, en Twitter @MurielVina, Instagram @vina_muriel, o directamente en el teléfono 686322325 preguntando por Luis M. Gil Montoya Meneses, donde estaremos encantados de contarles nuestra historia, resolverles cualquier tipo de duda o explicarles nuestro proyecto.

¿DE QUÉ TE SIENTES MÁS ORGULLOSO DE ESTE PROYECTO?

Sin duda alguna de volver a darle valor a algo que fue abandonado, de ser capaz de darle un rendimiento.

Me gustaría agradecer a toda la gente que hemos contactado y que ha compartido desinteresadamente con nosotros su conocimiento sobre la tradición vitivinícola de la zona, como Zacarías Díez y Montse Blanco de Amigos del Patrimonio de Villamuriel o familias como los Pérez Herrera, Pinto, Antolín o Herrero.

Carlos Aguila Muñoz
Winelover y escritor especializado en enoturismo, enología e historia del vino.

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