Redacción
Miércoles 17 de Marzo de 2010
El cocinero vasco Martín Berasategui, el chef italiano afincado en Ourense Flavio Morganti y tres socios de Valladolid han ideado una botella que incluye un decantador en su parte inferior, un curioso truco de diseño sin trampa ni cartón en el que la física es la única razón para que los posos del vino -sirve también para aceite, agua o zumos- se queden en el fondo. Su peculiar forma permite un vacío que retiene el residuo.
Con la llegada de “Martín Berasategui System”, el concepto del vino encuentra finalmente una aportación universal a todos los modelos existentes, uniendo en un mensaje común la mejora de la calidad y el respeto al producto: La botella actúa sin necesidad de ningún tipo de mecanismo, y el material es el de siempre y el más adecuado, el vidrio.
Durante la presentación, Berasategui explicó que la botella modifica también la manera de servir el vino. "Hay que cogerla por la parte inferior, con un dedo en el fondo y los otros en su baja cintura, lo que evita que la mano eleve la temperatura del vino por contacto sobre el vidrio".
Morganti, que comparte con Berasategui una larga amistad y la pertenencia al grupo Innovación y Desarrollo del Vino, explica que ya se han fabricado 30.000 botellas en Italia, pero que pronto aparecerán en otros países.