Papúa Colón: cocina, espectáculo y una coctelería que merece su propio foco

Laia Acebes

Lunes 13 de Octubre de 2025

Un restaurante que transforma la cena en un viaje sensorial de platos y copas

En una ciudad donde la oferta gastronómica se reinventa a diario, Papúa Colón ha sabido encontrar su propio lenguaje: una cocina de raíces internacionales con carácter, un ambiente envolvente que bordea el espectáculo, y una coctelería que, sin ser protagonista absoluta, tiene luz propia. Porque aquí, beber bien no es un añadido: es parte esencial de la experiencia.

Ubicado en plena Plaza de Colón y con más de 600 metros cuadrados de espacio escénico, Papúa abrió sus puertas en 2020 y, desde entonces, ha seducido a un público en busca de algo más que una buena cena. Pero si hay un elemento que a menudo pasa desapercibido en el imaginario del restaurante, es su excelente propuesta líquida, comandada por el bartender Daniel Regajo, cuya mirada técnica y creativa eleva la barra a otro nivel.

Coctelería con narrativa propia

En Papúa Colón, la coctelería no es un gesto decorativo ni un guiño a la moda. Es una disciplina que se toma en serio. Regajo firma una carta breve pero intensa, donde cada cóctel está construido con precisión, originalidad y un punto de riesgo. Aquí, los sabores no se mezclan sin más: se piensan, se contrastan y se cocinan.

El Perro Verde, con pisco, mezcal, manzana, jalapeño y lima, es un trago que desafía el paladar con su frescura especiada. El Pasión Pop juega con ron, fruta de la pasión y chocolate blanco, coronado por el crujido inesperado de unas palomitas. El Jaka, mezcla de tequila, jackfruit, mole y tamarindo, es una oda líquida al mestizaje. Y el Papúa Spritzreinterpreta el aperitivo clásico con un toque sofisticado y burbujeante de champagne y St Germain.

Lo interesante de la propuesta de Papúa es que no pretende ser un bar de coctelería. Es un restaurante con una barra de nivel, donde quienes buscan una experiencia gastronómica completa —con cena, atmósfera y un cóctel perfectamente ejecutado— encuentran justo lo que desean. Un lugar donde el show, el buen producto y la técnica conviven sin que ninguna parte eclipse a la otra.

Daniel Regajo trabaja con la misma filosofía que el chef Wilmar Soto: romper expectativas y generar placer sensorial desde el detalle. En la cocina, eso se traduce en platos que mezclan tradición y globalidad. En la barra, en cócteles que equilibran sorpresa y coherencia.

Si estás buscando un restaurante en Madrid donde la experiencia no acabe en el postre, Papúa Colón merece estar en tu radar. Su coctelería —cuidada, creativa y técnicamente impecable— es ese plus que convierte una cena en una noche completa. Porque a veces, lo mejor de un restaurante no está solo en el plato... sino en la copa.

Tendencias