Martes 16 de Diciembre de 2025
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Jérôme Bauer, presidente de la Confederación Nacional de Productores de Vinos y Aguardientes con Denominación de Origen Controlada (CNAOC) en Francia, ha pedido a los responsables políticos que ofrezcan apoyo coherente y rápido al sector vitivinícola. Bauer ha señalado que la viticultura no solicita privilegios, sino coherencia en las decisiones y acciones. Según sus declaraciones, la situación actual del sector requiere medidas concretas y urgentes, no más reuniones o planes de soberanía.
El reciente informe del Senado francés sobre la crisis del vino indica que el sector no se ha adaptado lo suficiente a los cambios en el consumo ni a las variaciones climáticas. Bauer reconoce que es necesario seguir adaptándose, pero recuerda que ya se han realizado esfuerzos importantes en los últimos años. Entre estos cambios menciona la adaptación de los pliegos de condiciones, la revisión de los rendimientos y la transición hacia prácticas más respetuosas con el medio ambiente.
Sobre la propuesta de incluir al sector comercializador en los Organismos de Defensa y Gestión (ODG), Bauer recuerda que el sistema de denominaciones de origen en Francia ha funcionado durante más de 90 años gracias a una gobernanza liderada por los productores. Aunque algunos ODG ya han incorporado operadores comerciales, advierte que cualquier cambio en la gobernanza debe hacerse con cautela para no poner en riesgo la credibilidad de las denominaciones ni el valor que reciben los viticultores.
Respecto a la idea de organizar nuevas reuniones o asambleas para analizar la situación del sector, Bauer considera que ya se ha diagnosticado suficientemente el problema y que ahora es momento de actuar. Subraya que el plan Cap’Vin 2030, aunque no es perfecto, representa un consenso entre todas las organizaciones nacionales del sector. Insiste en que lo necesario son acciones concretas y un marco legal más flexible para facilitar la producción.
Bauer rechaza la propuesta de condicionar las ayudas al sector vitivinícola a los resultados de futuras asambleas o reuniones. Considera que esto supondría una presión injusta sobre los productores, muchos de los cuales ya atraviesan dificultades. En su opinión, las ayudas deben estar orientadas a objetivos claros como la adaptación al cambio climático, la transición ambiental, la reestructuración del viñedo y el impulso del mercado.
El informe del Senado también plantea reforzar el Instituto Nacional del Origen y la Calidad (INAO) y simplificar la oferta de vinos con Denominación de Origen Protegida (AOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP), considerada poco clara para el consumidor. Bauer apoya el refuerzo del INAO y agradece a quienes trabajan para mantenerlo. Sobre la simplificación de las denominaciones, opina que la diversidad forma parte de la identidad vitivinícola francesa, aunque reconoce que en algunas regiones sería conveniente revisar las gamas para facilitar su comprensión por parte del consumidor.
En relación con el desarrollo del etiquetado "Origin’info", impulsado por el Gobierno francés para informar sobre el origen de los ingredientes, Bauer expresa su preocupación por la falta de controles y requisitos claros. Considera que esta medida puede generar confusión entre los consumidores y diluir el valor asociado al origen.
Bauer también aborda otros asuntos prioritarios para el sector, como la simplificación administrativa, el desarrollo de herramientas económicas como Egalim, una gestión pragmática de las soluciones fitosanitarias —especialmente respecto al uso del cobre— y una oposición firme a cualquier iniciativa destinada a aumentar impuestos o restricciones sobre la publicidad del vino. Señala que es fundamental contar con un marco legislativo y financiero adecuado para adaptar el viñedo a las nuevas condiciones climáticas.
Sobre la ley Évin, que regula la publicidad del alcohol en Francia, Bauer afirma que no es responsable directa del descenso en el consumo de vino en el país. Recuerda que otros países europeos sin leyes similares han experimentado tendencias parecidas y que otros sectores sometidos a esta ley han logrado crecer en determinados periodos. Para él, es necesario abrir un debate sobre una posible modificación o clarificación de esta normativa, especialmente ante los nuevos códigos comunicativos y el auge del enoturismo.
Bauer concluye subrayando que lo esencial para el sector es contar con políticas coherentes y acciones efectivas por parte de las autoridades. Reitera su llamamiento a todos los actores implicados para movilizar recursos tanto en producción como en comunicación y pide un entorno normativo más favorable para garantizar el futuro del vino francés.
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