Ozone Sky: la nueva azotea de Madrid que apunta alto este verano

Una terraza recién llegada con vistas, ambiente y una carta accesible, apuntando maneras para convertirse en uno de los rincones más frecuentados del verano madrileño

Miércoles 06 de Agosto de 2025

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En plena calle Montera, a escasos metros de la Gran Vía y en el corazón más vibrante y bullicioso de Madrid, Ozone Sky se presenta como una opción ligera, desenfadada y funcional si buscan una comida informal en el circuito turístico. Su propuesta —centrada en cocina mediterránea de corte rápido— cobra especial sentido en los meses de calor, cuando apetece picar algo fresco, reponer fuerzas y refugiarse en un espacio climatizado y atmósfera urbana.

Como ocurre tantas veces en la vida, pasamos de largo sin darnos cuenta. Algo similar sucede aquí: tras un portal abierto —de esos que fácilmente se confunden con la entrada a un comercio—, se esconde el acceso a Ozone Sky Basta coger un ascensor y dejarse llevar hacia las alturas, donde aparece un rincón inesperado entre azoteas, ideal para desconectar del día a día. El local se distribuye en dos espacios bien diferenciados: uno más social, con vistas directas a la calle Montera y un ambiente animado; y otro más reservado, con menos iluminación en un ambiente más íntimo. El espacio central destaca por su decoración herbácea, que aporta frescura y naturalidad, mientras el diseño diáfano invita a compartir con amigos o grupos. Las grandes cristaleras permiten la entrada abundante de luz natural, convirtiendo el lugar en un escenario muy fotografiable, especialmente durante el día.

Una vez acomodados, tanto Anthony como Briseño se ofrecen amablemente a aconsejar en la elección, brindando un servicio agradable y ágil, siempre acompañado de una sonrisa que contribuye a crear un ambiente cercano y cordial. Esa atención se refleja también en una carta pensada con propuestas sencillas, reconocibles y fáciles de disfrutar por un amplio perfil de público. No obstante, se echa en falta elaboraciones más personales y menos comunes, así como alternativas dirigidas a vegetarianos o a quienes buscan una experiencia gastronómica algo más sofisticada.

Comenzamos con las tablas surtidas, una excelente forma de abrir el apetito. La ibérica destaca por un jamón al corte de sabor intenso y bien curado. La selección de quesos reúne cinco variedades que equilibran texturas y aromas. Para los indecisos, la mixta combina embutidos ibéricos y quesos, acompañada de picos, en un conjunto generoso y perfecto en clave informal.

En cuanto a las raciones, la propuesta ofrece varias opciones como un mix, con tequeños, croquetas, gyozas y fingers de pollo, ideal si buscan variedad en un solo plato. Los tequeños, rellenos de queso, guayaba con queso y piña, aportan un toque dulce y salado muy apetecible. Las empanaditas, con rellenos de carne y queso, resultan un bocado sabroso y tradicional. No faltan las clásicas patatas bravas con alioli, un imprescindible para compartir. Los fingers de pollo y las alitas con salsa barbacoa, presentados por separado, destacan por su sabor contundente y textura jugosa. Las gyozas, en versiones vegetales y de pollo con verduras, añaden un guiño fresco y ligero a la carta. Por último, las croquetas de jamón, aunque cremosas, adolecen de un sabor demasiado marcado a harina, lo que resta profundidad al esperado sabor ibérico.

Entre los platos principales, encontramos una opción de hamburguesas que destaca por su equilibrio entre tradición y sabor. La Zone Burger se presenta con pan brioche, 200 gramos de carne de ternera, bacon loncheado, cebolla a la plancha, queso cheddar y salsa de la casa, ofreciendo un conjunto clásico y satisfactorio sin defraudar. Por otro lado, la Meet Sky Burger incorpora cebolla caramelizada, queso cheddar, pepinillos y una salsa casera realzando la jugosidad y el dulzor sutil de la carne de ternera. Quienes busquen una opción más generosa, la versión doble de la Meet Sky Burger duplica la cantidad de carne, intensificando la contundencia y el sabor. Si no son muy fan de la carne, otra opción interesante son las pizzas. Destacan la ibérica, con jamón ibérico y rúcula; la pepperoni, clásica con salsa de tomate y mozzarella; la hawaiana, elaborada con jamón york y piña con un toque dulce; y la street bacon, con jamón, bacon y maíz.

Como colofón a la experiencia, la carta ofrece un final dulce con varias opciones de tartas: chocolate, red velvet, piña colada y lotus, elaborada con galletas. Además, Ozone Sky cuenta con desayunos contundentes, que incluyen tostadas y sándwiches, perfectos para empezar el día con energía.

La oferta de bebidas no se limita a refrescar, también acompaña y potencia la experiencia gastronómica. Ideal como maridaje a cada plato, la carta líquida cuenta con sección propia y cubre todos los registros: refrescos clásicos, una amplia selección de cervezas —tanto nacionales como internacionales— y una discreta pero solvente propuesta de vinos. Si buscan algo diferente, destacan los batidos naturales, como el Red Banana (fresa y plátano), Piña Colada (piña y coco), Berry Dream (fresa, frambuesa y arándanos) o Tropical Mix (piña, papaya y mango). Y si la velada se prolonga, la coctelería ofrece un cierre perfecto, con opciones tradicionales, sin alcohol, destilados y algún guiño más atrevido.

Con apenas dos meses de andadura, Ozone Sky aún no figura entre las azoteas más conocidas de Madrid, pero lo tiene todo para convertirse en un lugar de moda. Su ubicación privilegiada, el ambiente cuidado, una carta efectiva y una oferta líquida versátil son pilares sólidos sobre los que construir su identidad. Si mantiene el pulso y sigue afinando los detalles, esta terraza elevada —literal y figuradamente— puede consolidarse como uno de los puntos de encuentro más atractivos de la temporada estival.

Un artículo de Alberto Sanz Blanco
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