El vino natural, más que una categoría, una filosofía de elaboración

El término “vino natural” carece de una definición legal estricta, pero algunos países lo regulan

Úrsula Marcos

Viernes 10 de Enero de 2025

Compártelo

Leído › 1762 veces

El vino natural ha cobrado protagonismo en los últimos años y se posiciona como una alternativa que busca recuperar la esencia de la viticultura tradicional. Este tipo de vino no es solo una categoría más en el mercado, sino una filosofía que defiende una forma de elaborar vinos con el menor nivel de intervención humana posible, respetando los ciclos naturales de la vid y evitando el uso de aditivos.

La elaboración de vinos naturales parte, generalmente, de viñedos cultivados de forma orgánica o biodinámica, donde no se emplean pesticidas ni fertilizantes químicos. Durante el proceso de vinificación, se prescinde de levaduras comerciales, aditivos y filtraciones agresivas, y el uso de sulfitos —un conservante común en la producción vinícola— se reduce al mínimo o se elimina por completo. Esto permite que el vino refleje de forma más directa las características del terreno y la añada, devolviendo al consumidor una experiencia más pura y menos estandarizada.

El término "vino natural" carece de una definición legal estricta, lo que significa que muchos de estos productos no llevan etiquetas oficiales que los certifiquen como tales. Sin embargo, algunos países europeos han comenzado a regular esta categoría, introduciendo sellos específicos para identificar los vinos que cumplen con estos principios. Además, la Unión Europea ha reconocido recientemente algunas certificaciones que garantizan que los vinos naturales siguen métodos tradicionales y respetuosos con el medioambiente.

Los defensores de esta forma de vinificación aseguran que los vinos naturales tienen un perfil más vivo y expresivo en boca, y que ofrecen una experiencia sensorial distinta a la de los vinos industriales. Según estos entusiastas, lo que caracteriza a los vinos naturales es su capacidad para transmitir la personalidad del viñedo y de la tierra, lo que convierte cada botella en un reflejo de su origen y de las condiciones específicas de cada añada.

A menudo, los vinos naturales son producidos por pequeñas bodegas que trabajan en explotaciones de tamaño reducido. Estos viticultores suelen enfocarse en variedades autóctonas, muchas de ellas ancestrales y poco conocidas, con el objetivo de preservar el patrimonio vitivinícola local. La producción es limitada y se lleva a cabo de manera artesanal, lo que refuerza la conexión entre el productor, el viñedo y el consumidor final.

El concepto de vino natural también está vinculado a prácticas sostenibles. Los productores que siguen esta filosofía suelen priorizar métodos que minimizan el impacto ambiental, fomentan la biodiversidad y promueven un uso responsable de los recursos. En muchos casos, la vendimia se realiza de forma manual, y se evita el uso de maquinaria intensiva para reducir el daño a las vides y al suelo.

Uno de los aspectos más característicos de los vinos naturales es que pueden tener un aspecto turbio debido a la ausencia de filtrado, algo que puede sorprender a quienes están acostumbrados a vinos más cristalinos. Además, algunas botellas presentan una ligera efervescencia natural provocada por el dióxido de carbono residual, que actúa como conservante y se disipa con el tiempo en contacto con el aire.

Entre las categorías más destacadas dentro del mundo de los vinos naturales se encuentra el pétillant naturel o pet nat, un tipo de vino espumoso que se elabora mediante un método ancestral. A diferencia del champagne, que requiere una segunda fermentación en botella, el pet nat se embotella antes de que termine la fermentación inicial, lo que permite que el gas carbónico natural quede atrapado, generando burbujas. Este proceso, menos complejo y más espontáneo, da lugar a vinos espumosos frescos y desenfadados que han ganado popularidad en los últimos años.

Otra categoría relevante son los vinos naranjas, elaborados a partir de uvas blancas que fermentan en contacto con sus pieles durante un periodo prolongado. Este método, que se remonta a prácticas tradicionales de algunas regiones europeas, otorga al vino un color anaranjado y una mayor estructura tánica, lo que los hace más versátiles en términos de maridaje.

Para quienes deseen explorar el mundo de los vinos naturales, es recomendable buscar información en tiendas especializadas o consultar a sommeliers que puedan orientar en la selección. En muchos casos, el nombre del importador en la etiqueta trasera de la botella puede ser una pista útil para identificar si se trata de un vino natural o de un producto que sigue prácticas mínimamente intervencionistas.

Uno de los encantos de los vinos naturales es que no hay dos añadas iguales. Incluso dentro de una misma cosecha, pueden apreciarse diferencias entre botellas debido a la mínima manipulación que caracteriza este tipo de producción. Esta imprevisibilidad, lejos de ser un defecto, es valorada por los aficionados como parte de la autenticidad y la emoción de consumir un producto único.

El interés por los vinos naturales también está ligado al movimiento que promueve el consumo de productos locales y sostenibles. Los consumidores que eligen estos vinos suelen valorar no solo la calidad del producto final, sino también el esfuerzo y la dedicación que los productores ponen en cada etapa del proceso. Al optar por vinos naturales, los consumidores apoyan a pequeños viticultores que priorizan la ética y el respeto por el entorno por encima de la producción masiva.

En fechas festivas, los vinos naturales se presentan como una opción interesante para quienes buscan ofrecer algo distinto en la mesa o regalar una experiencia original. La diversidad de estilos disponibles, desde espumosos hasta tintos, blancos y naranjas, permite encontrar opciones para todos los gustos.

Más allá de las modas, el vino natural invita a redescubrir la esencia del vino como un producto agrícola y cultural, que conecta al ser humano con la tierra y con las tradiciones ancestrales que forman parte de nuestra historia.

¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 1762 veces